miércoles, 12 de julio de 2017

Ahora se puede usar orina como combustible

por Alejandro Chitrángulo

Desde hace muchos años, científicos y ambientalistas  del mundo trabajan en la idea de encontrar una energía renovable que produzca el combustible necesario para movilizar máquinas y vehículos.
  En respuesta a esa búsqueda se crearon los biocombustibles, aquellos producidos con materia orgánica como el maíz o la soja. Pero han sido cuestionados como los sustitutos de los combustibles fósiles por múltiples razones.Tal vez la más indiscutida es que resulta inconcebible quemar alimento como combustible. Por esta razón los investigadores se afanan en buscar nuevas fuentes de energías a partir de materias primas renovables no alimenticias.A partir de esta idea la ciencia ha determinado que el hidrógeno es el mejor combustible natural que existe para
propulsar un automóvil, y por eso se decidió comenzar a trabajar sobre ese tema hasta llegar a los avances actuales, como, en esta ocasión, en la Universidad de Ohio, que estudia obtener hidrogeno a partir de la orina.
El potencial de la orina
El ser humano genera entre dos y tres litros de orina al día, un desecho que se desperdicia y debe ser tratado para no crear problemas ambientales. Sin embargo, el equipo de investigadores dirigidos por la profesora Gerardine Botte asociada de química e ingeniería biomolecular del Russ College de Tecnología e Ingeniería, perteneciente a la Universidad de Ohio ha encontrado una salida mejor a estos residuos: utilizar la orina como combustible.
Verdad o mero adorno histórico, se dice que un día la científica estadounidense  estaba haciendo sus necesidades fisiológicas cuando le cayó la idea, en alegoría a Arquímedes: la orina es el principal desecho orgánico en el mundo, y ésta muy claro que contiene hidrógeno porque es líquida. Desde ese punto se comenzó a trabajar satisfactoriamente sobre un sistema químico que permita separar los átomos de hidrógeno de la orina para ser usado como combustible.
Esta profesora ha conseguido separar el hidrógeno presente en el orín y el amoniaco para así utilizarlo para energía. Además, “es un proceso más barato y eficiente” explicaba a la BBC la propia Botte.
Esta tecnología que provoca la electrolisis del amoniaco gracias a una pequeña corriente eléctrica podría ser la solución a cientos de miles de litros de estos residuos. Uno de los componentes mayoritarios de la orina es la Urea, cuya fórmula es CO(NH2)2. Es decir, incorpora cuatro átomos de hidrógenos por moléculas, los que están menos apretados que en el agua y son más sencillos de separar.
Aplicado al transporte y según los cálculos de Gerardine Botte, un vehículo que se moviera con una celda de hidrógeno podría recorrer unos 40 kilómetros por cada litro de orín. Igualmente esta nueva tecnología se podría aplicar a las casas. En palabras de Botte, “la orina de los 22.000 estudiantes de la Universidad de Ohio podría generar energía para unas 50-70 casas, al ser procesadas por una celda de combustible”.
  En épocas de crisis la ciencia y la innovación tienen la clave en muchos aspectos de la mejora de las condiciones de vida de los habitantes y de la disminución del daño al medio ambiente. En esta ocasión, un recurso renovable, o mejor dicho un desecho diario, parece que podría convertirse en el mejor combustible para los coches del mañana. 
Ya existe la tecnología para colocar tanques de urea en los camiones de diesel fabricados en Estados Unidos desde 2010. Ingenieros de la empresa japonesa Honda colocan un tanque de hidrógeno. La urea se usa para generar una reacción catalizadora de “lavado” de los óxidos de nitrógeno (NOx) para reducir las emisiones del gas contaminante.Ya sea poniendo orina en el tanque del auto o con células de combustible de hidrógeno más baratas, la tecnología del futuro parece estar cada vez más cerca.
Lo único que si sabemos, es que una vez se comience a utilizar este sistema, los más beneficiados serán aquellas empresas que venden cerveza!