jueves, 6 de diciembre de 2018

No a la desaparición de La Defensa de Lanús en papel

por Lisandro Martínez*

Señalar que el vínculo que me une a La Defensa de Lanús desde hace una docena de años no es económico ni de afinidades ideológicas, sino que por el contrario tiene que ver con las diferencias políticas, es toda una definición, que de por si habla de la altura de miras de su editor y su amplia visión, cuando se trata del respeto a opiniones divergentes.
La desaparición de La Defensa en papel que Masiello la atribuye a que “no se puede cargar el costo de impresión y papel al anunciante” y “que por menos gasto (el lector) accede a la edición digital diariamente” parece irrebatible ante la nueva tecnología o ciclo impuesto por la maquinaria de empequeñecer cerebros, que en nuestro municipio se ha destacado a través del gobierno de "saquiemos", tramitándole a jóvenes estudiantes un trabajo en la pancheria amiga o en su defecto incorporándolos al Polo Educativo en Villa Jardín donde el yeite es adocenarlos y prepararlos, no para elaborar ideas sino para que asuman su rol de trabajadores manuales, mal pagos y peor tratados, que conformaran “la factoría argenta” donde venga la “lluvia de explotadores” y haga estragos. Este es un mandato del periodo de descomposición social del capital internacional cuyo formato del G20 es: abaratar la mano de obra, trabajo monotributista y jubilaciones de mendicidad.
    Es interesante en este sentido analizar los exámenes (PISA) que son obligatorios, en la educación en todo el mundo, para entender el período de barbarie generalizada que no deja títere con cabeza, ahí tenemos como prueba irrefutable al propio presidente Macri que sabe chapurrear inglés, pero no leer, ni hablar de corrido en castellano. Este es un ejemplo redondo de un producto de la UCA y las universidades privadas donde se recibe “el niño bien” que paga la cuota. Aun en esos “templos del desconocimiento” la descerebración de
futuros dirigentes patronales es atroz.
   Macri no es un producto único en el G20. No vamos a analizar uno por uno a los imputados, pero además de criminales renombrados, allí “il Capo” es Trump quien le saca a Mauri varios cuerpos en su rudimentarismo intelectual y esa constatación ya dice mucho del cuadro mundial de decadencia en que nos ha tocado vivir.
   La Defensa de Lanús en papel no puede faltar
  En esta situación forzada desde afuera ¿es verdad que debemos adaptarnos a perder el As de espada que ingresó durante 36 años todos las semanas al Palacio municipal sin importar quién era el intendente y muchas veces producía una hecatombe por sus investigaciones y denuncias? ¿Es verdad que nos debemos conformar con el As de basto cuya colectivización es cero? ¿Es igual para el pueblo de Lanús tener a no tener un órgano periodístico de defensa impreso, que ingrese todas las semanas al Palacio municipal y al HCD a plantar la bandera de las verdades y la voz del pueblo que no tiene voz?.  
   Omar Dalponte señala que “adaptarse no es resignarse y dice estar convencido que todavía queda un lugar para la prensa gráfica y señala que habría que pensar en cómo se pueden superar inconvenientes económicos y recuperar la atención de los lectores”. Posiblemente hay que distinguir sobre un formato dedicado a noticias y otro a noticias acompañadas de opiniones. En el terreno de la noticia electrónica e instantánea  no hay con que darle a los medios digitales que incluso se han auto infligido una “tara” que ya los caracteriza asegurando que los lectores no soportan textos largos. Por lo tanto nada de ideas sino “140 caracteres” escritos en lenguaje ramplón y para capacidades craneanas reducidas. Si hay una diferencia notable entre lo digital y lo impreso es que los diarios de papel se destacan por su contenido y análisis: “lectura de editoriales y columnas de opinión”.
 Hace tiempo que el futuro de los medios se discute en el ámbito editorial y tecnológico. Las opiniones van entre la conveniencia de formatos digitales, hasta la extinción del papel para la lectura diaria. Pero aquí es necesario introducir los estudios científicos sobre las plataformas digitales y cómo pegan en la cerebración del lector.
   “Los textos impresos en papel. Tiene un valor simbólico y ofrecen la seguridad que nunca dejaran de funcionar. Según diversos estudios científicos, la lectura de textos impresos permite concentrarse más y recordar mejor lo que se ha leído. Al cerebro, le resulta más fácil elaborar mapas mentales al leer textos impresos que digitales, ya que puede obtener una idea de conjunto a través de los sentidos”.
   “Naomi Baron, experta en lingüística de la American University, con sede en Washington DC, EEUU, investigó el tema durante 2 años. Reunió datos de 429 estudiantes universitarios de EEUU, Japón, Alemania, India y países escandinavos. Cuando se les preguntó con cuál soporte se concentraban mejor, el 92 % de los alumnos respondió que con los textos impresos. Muchos señalaron también que, al leer en papel, entienden más y se distraen menos” (www.eldiario.es 30/8/17).
   En agosto estuvo en la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas, la investigadora de la Universidad de Texas, Iris Chyi, quien señaló -en contra de la corriente de ideas cristalizadas en el ámbito mediático y en el vulgo intelectualoide- que la industria de los diarios debe reenfocarse en el formato papel y transformar sus procesos, estructuras y modelo de negocios. Aseguró que con 20 años de experiencia en lo digital, los ingresos de los diarios, siguen proviniendo 90% de la edición en papel, a escala global.
   Apoyándose en datos de la News Media Alliance, dijo que “los ingresos provenientes de ediciones online se estancaron en los 10 años últimos sin lograr superar el 20% de los ingresos totales. Y que el predominio del papel se repite en las suscripciones, que se transformaron en moda. Las suscripciones digitales de The New York Times, generaron u$s99 millones, contra 162 de suscripciones en papel, cifras similares ocurrieron con Wall Street Journal y con The Washington Post”.
  Además la lectura del diario en papel surge como nítida ganadora “Un ejemplar pasa por varios lectores. La lectura promedio en papel tiene una media de 15’ contra 2’ de la edición digital; y una lectura concentrada contra un consumo cruzado y superficial propio de internet. (www.adepa.org.ar 21/8/18)
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(*) Del Partido Obrero