sábado, 29 de agosto de 2020

En Lanús ¿linchamiento social?

por Lisandro Martinez*

En Lanús, Diego Kravetz busca el clamor popular para aplicar un castigo para resolver cuestiones sociales. Esta persecuta tiene su historia, como en “Los miserables”, un pibe, “el Polaquito”, fue expuesto en la tele en julio de 2017 por Lanata en “Periodismo para Todos”, un programa guionado por “los servicios”. Allí Kravetz y Lanata, instrumentos e instrumentadores de la cloaca servicial, violaron los derechos del Polaquito un delincuente juvenil de 11 años quien por exposición mediática “sufrió extorsión, amenazas, violencia física y verbal por la policía”, según denunció en un comunicado el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) (www.tiempoar.com.ar 19/7/2017). La denuncia de la madre contra Kravetz/Lanata está radicada en Tribunales de Lomas de Zamora.
   El interrogante de “¿Qué tiene que pasar con el Polaquito?” planteado por el secretario de Seguridad del municipio de Lanús Diego Kravetz, publicado en La Defensa el 18/8/2020, es una pregunta retórica que como a toda pregunta de ese tipo se la conoce como “erotema”.  Su objetivo no es expresar dudas, pedir respuestas o una explicación sobre un problema, sino impulsar una medida ejemplificadora que legalice el linchamiento social -ya decidido- que se le va a aplicar al descarriado Polaquito o el encierro en un lugar donde adquiera más experiencia en delitos o en su defecto liquidándolo físicamente para terminar con el problema. La pregunta del Secretario de Seguridad busca la autorización del soberano para aplicar la barbarie medieval judeo/cristiana de “diente por diente”. En este juego macabro Kravetz, el interrogador público, simula ser un tranquilo dialoguista de la primera hora pero da por hecho que a poco de estimular a la audiencia ella sacara la misma conclusión que
tiene desde hace rato “la gente de bien”.  
El inefable Kravetz que eligió como su “enemigo público” a un incapaz ante la ley, tiene en su haber la detonación financiera de Industrias Metalúrgicas y Plásticas de Argentina (IMPA), empresa recuperada en 2001 que actuó bajo sus directivas; allí se desviaron fondos aportados por familiares de desaparecidos que depositaron indemnizaciones que pagó el estado (www.lapoliticaonline.com 16/6/2006). Kravetz años después se presenta como un amoroso servidor de la ley en Lanús y escribe: “Los vecinos lo saben: desde que me hice cargo de la Seguridad, traté de estar presente en cuanto operativo y allanamiento pude”. Esto ¿qué significación tiene? o ¿qué pretende el funcionario, tal vez una medalla al valor? 
 Kravezt repasa el CV del niño chorro y se pregunta: ¿Qué tiene que pasar con el Polaquito? 
  Este compromiso con la ley no lo vimos durante el periodo que los barras de clubes se incorporaron al gobierno de Lanús. ¿Acaso el Fanfi Goncebate no continuó manejando la barra de Lanús desde la cárcel y mantuvo trabajando para el municipio a 80 de sus punteros para hacerle la campaña electoral al Intendente? La promesa al «Fanfi» fue que si colaboraba con la campaña electoral y Grindetti resultaba reelecto, su situación judicial mejoraría y obtendría su libertad. Carrió denunció que Goncebate fue “uno de los nombres propios con los que Grindetti reforzó el equipo que conducían las cuestionadas cooperativas” (www.infobaires24.com.ar 26/9/2019).
  El Polaquito, está condenado de antemano por elementos reaccionarios como Kravetz a los cuales la historia habrá olvidado con el próximo ascenso de las luchas. Los valores humanos de “los polaquitos” todavía pueden ser, en una sociedad solidaria y responsable, reformulados, destacados y salvaguardados, en cambio los de los vaciadores del país jamás y serán ellos los condenados al olvido.  
  La atención síquica y social nunca va a ser garantizada por el régimen capitalista cuyo servicio penitenciario tiene este prontuario: masacre de Pergamino (2016), la de Esteban Echeverría (2018) y la de San Miguel del Monte (2019).   
Cuando la rebelión popular gana las calles –como va a pasar en los próximos meses- aparecen los grandes problemas irresueltos por el régimen explotador: los chicos de la calle, los delincuentes juveniles, que sobreviven en el delito. Estos deberán ser reeducados por quienes aspiran a vivir en un mundo solidario, es allí donde vuelve al escenario “El Poema pedagógico” (1933) de Antón Semiónovich Makárenko. Ese maestro se hizo cargo de una tarea de reconstrucción humana desde 1920 y su libro recoge las experiencias de 13 años. Esto comenzó a tres años de constituirse la “República de las asambleas de trabajadores” (URSS). El ministerio de educación de esa República le solicitó al joven maestro que organizara una colonia para rescatar delincuentes menores de edad y los convirtiera en seres humanos útiles.  
  Makárenko reunió allí a lo que el poder y los hombres “de bien” califican de escoria social (niños vagabundos, delincuentes, vándalos y hasta criminales), cuyos padres o habían muerto o los abandonaron. Su trabajo entre delincuentes juveniles pronto pasó a ser el eje de vida, su impronta modificó la política de atención de los niños que presentaban conductas traumáticas profundas que el mundo del crimen les impuso. Makárenko se dedicó al servicio educativo para transformar a sus “pibes” en seres humanos nobles, comprometidos con la sociedad y por la naturaleza de esa reeducación salieron universitarios, ingenieros y profesionales al servicio del pueblo.
A partir del “Poema pedagógico”, se entiende que detrás de cada delincuente hay una persona que pide auxilio. Los símiles al maestro Makárenko en Argentina deben ser cientos que están dando una lucha desigual contra instituciones reaccionarias a cuyos fines están enfrentados, ya que les impiden sacar adelante a personas que delinquen. El régimen institucional está basado en el lucro y lo que no tenga ese propósito no interesa.
La delincuencia es una organización central que disemina la descomposición social en la que aspira mantenernos el régimen de la corruptela que reina.  
Para el Polaquito como dice Joan Manuel hay una oportunidad: “Si el pegamento no le pudre los pulmones, si huye de los matones, si no cae en manos de quienes lo vendan entero o en partes como barra de chocolate… “ Y si la suerte… por llamarlo de algún modo, ahuyenta a los Kravetz, y le alarga la vida un poco más. 
Pero para todos “los polaquitos” su redención estará siempre ligada a la irrupción de las masas trabajadoras que acaben con la explotación y funden en la tierra el paraíso para la humanidad.  
    
(*) Del Partido Obrero Tendencia