sábado, 22 de agosto de 2020

Santiago, Facundo y un protocolo represivo desaparecedor de jóvenes

por Lisandro Martínez*

La desaparición hace más de 100 días de Facundo Astudillo Castro de 22 años, vuelve a mostrar “el procedimiento de manual” seguido por sus captores: su secuestro, su cautiverio, hasta la presentación del cuerpo donde dejaron obrar a la fauna cadavérica. Los secuestrados fueron sumergidos en aguas del río y ahora en el canal Cola ballena, para lavar pruebas. Sólo el aparato judicial hijo de la dictadura, actuante con Alfonsín, Menem, De la Rúa, NK, CFK, Macri y aún con los Fernández, puede persistir en proteger al alto mando represor y asesino de jóvenes, al que cuando la movilización crece trasladan de localidades ocultando así la mano de obra criminal que sigue actuando impune en su cruzada contra “el zurdaje” y la rebelión popular que siempre anida entre jóvenes sanos, liberados de la tutela religiosa. 

Un subgénero humano
    La metodología, procedimientos y prácticas para desaparecer personas, pueden -aun por un lego- ser seguidas paso a paso por las evidencias que dejan como recordatorio que “la bestia” vigila y está vigente. Así todo se ajusta como piezas de un puzzle siniestro cuya acción provoca por lo menos la violación de derechos, cuando no la muerte violenta. 
Investigadores de la criminalidad encuentran en la pauta, secuencias e indicios, la presencia meticulosa y perversa de asesinos seriales. Las reglas y sus patrones se pueden seguir como un ritual y los textos que los guían provienen de manuales de los “Boinas Verdes” y la escuela de Panamá, son las indicaciones seguidas por los paracaidistas franceses en Argelia (1954/1962), que aquí se aplicaron en los ‘70 por el crecimiento exponencial de la juventud revolucionaria, primero con la Triple A para luego la dictadura eliminar disidentes
de izquierda y hacer desaparecer la vanguardia juvenil obrera y estudiantil, para que sigan gobernando los entregadores seriales del país, bajo distintas siglas políticas como hasta hoy. 

Jurisprudencia de la dictadura 
El encubrimiento tiene su epicentro en lo más alto de la responsabilidad política que anida en las instituciones del estado. Si a 36 días de la desaparición de Maldonado y luego de 20 días de secreto sumarial, la familia de Santiago denunció que la fiscal federal Silvina Ávila no los recibía, el mismo procedimiento siguió el fiscal Ulpiano Martínez con los familiares del desaparecido Facundo Castro. Ulpiano entre 2012 y 2015 subrogó el Juzgado Federal 1, donde protegió a Néstor Montezanti, camarista e integrante de la Triple A y el Batallón de Inteligencia 601. Martínez se fue del Juzgado 1 llevándose los archivos de la causa Triple A. Martínez rechazó la extradición de Alfredo Astiz requerida por Francia, para juzgarlo por desaparecer a las monjas Duquet y Domon. También se negó a imputar a 70 militares acusados de delitos sexuales en la dictadura, ayudó a fugar al Cnel. (RE) Carlos A. Arroyo y favoreció al capellán Omar Vara, quien aleccionaba a cadetes del Ejército a no contar sobre sesiones de tortura (www.infobae.com.ar 6/11/2014).
    Por impresentable y cómplice fue apartada la Gendarmería en el caso Maldonado. Ahora es la Policía Bonaerense quien está comprometida por encubrimiento, plantado de pruebas y plan de ocultamiento del cadáver. 
 “Un policía de los implicados fue reconocido por la mamá de Facu como quien tuvo problemas con su hijo. El 8/7 la Bonaerense fue apartada. El 9/7, el fiscal Rodolfo de Lucía se declaró incompetente por “existir elementos de posible comisión del delito de desaparición forzada” (www.elcohetealaluna12/7/2020). 
“La jueza Gabriela Marrón en línea con Berni, determinó que no había pruebas para indagar a los policías” (www.elcohetealaluna19/8/2020).  
    Marcelo González, hermano de la ex novia de Facundo, relató que fue encerrado en un cuarto de la comisaría de Pedro Luro por cuatro policías, uno estaba en un escritorio y cree que era el comisario Fernando Grilloni quien lo amenazaba y lo instruyó que dijera que a Facundo lo había visto en Bahía, porque si no le iban a pegar. Los otros estaban de civil y había efectivos de otras localidades (www.lavaca.org 18/8/2020).
El cadáver de Santiago plantado por Patricia y sus sicarios en un río en el sur, con su DNI en perfecto estado de conservación luego de 78 días en el agua -que en cambio sí lavó y borró hasta donde pudo evidencias de maltratos y torturas-, no es una casual coincidencia sino que se repite con el hallazgo de un cuerpo al que según las noticias le cortaron los brazos y le arrancaron la dentadura a alguien que también como Maldonado fue asesinado de frio.  
     
Ejército de ocupación
Berni a cargo de la coartada de los criminales se paseó por los canales de TV declarando: “No se determinó ningún vínculo entre la desaparición de Facundo y la Policía”. Por lo que el pedido de Cristina Castro que renuncie inmediatamente el Ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni y que se aparte del cargo el intendente de Villarino, Carlos J. C. Bevilacqua" apunta a descabezar parte del aparato encubridor nacional, provincial y municipal (www.cadenanoticiasur.com.a4 18/8/2020). 
Aquel que revise el código de procedimientos de Guantánamo se encontrará con la esencia del sistema carcelario argentino que está dispuesto a no reinsertar a nadie sino a destruir toda potencialidad humana, porque igual de lo que se trata en Medio Oriente es sojuzgar a las sociedades. El cuadro de ocupación del país mediante la militarización de calles y barrios es la constatación del sometimiento nacional con el que están destinados a convivir y sobrevivir -si pueden- el pibe y la piba, aunque no sean politizados ni militantes, sino también el joven más simple que tenga la mala pata de caer en un retén policial puede finalizar en una comisaría en un cuadro agravado que habilita castigar con violencia a quien viola la cuarentena.  
Reorganizar la sociedad sobre nuevas bases es parte de la agenda que el pueblo más temprano que tarde echará andar; para asegurar los derechos hay que acabar con el gatillo fácil, palizas y arrestos por odios. Hay que elegir y revocar jueces para que respondan al soberano y no a las mafias. Hay que desarmar las fuerzas armadas y que las organizaciones de DDHH seleccionen en concurso de oposición una seguridad responsable ante asambleas municipales con derecho a votar y revocar sus mandatos.
Juicio y castigo, cárcel a los asesinos y sus cómplices instalados en el Estado. 

     (*) Del Partido Obrero Tendencia