viernes, 20 de enero de 2023

¿Acuerdo radical-peronista?


por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

Qué hará en el futuro con su vida la compañera Cristina Fernández de Kirchner sólo ella lo sabe. Lo cierto es que su último discurso, pronunciado a fines de diciembre en Avellaneda, tuvo gusto a poco. Fue interesante respecto  a su crítica a lo que denomina el "partido judicial" y su mención a la existencia de "un estado paralelo mafioso". Pero un tanto (o muy) decepcionante para quienes esperaban que modifique su decisión de no participar en las próximas elecciones generales y anunciara su candidatura a la presidencia de la Nación.

No fue así y el pedido de: "Cristina presidenta" quedó, por ahora, en el territorio de las ilusiones perdidas. De ahora en más, en medio del desconcierto, del tironeo entre ambiciones desmedidas, de las diferencias ideológicas, del enfrentamiento entre diversos intereses y las múltiples disputas que suelen ocurrir en  el mundo de la política, el Frente de Todos tendrá que ver cómo se la rebusca para mantener la unidad del espacio, ampliarlo en lo posible y hallar los candidatos que conformen a la mayor parte de esta coalición cuya fuerza principal es el peronismo.

El tiempo apremia. Por estupidez, desidia o intenciones aviesas, quienes insisten con que para las elecciones falta mucho y es prematuro hablar de candidaturas juegan a favor de la oposición macrista. Es necesario definir nombres para instalarlos en tiempo y forma frente al electorado y elaborar un programa de gobierno que despierte el interés de la mayor parte posible de nuestro pueblo. Va de suyo que este razonamiento también es válido para nuestra realidad política local en que distintos referentes del FdT, cada uno por su lado, realizan actividades que, seamos sinceros, quedan limitadas a la concurrencia de las compañeras y los compañeros de asistencia regular a estos actos de parcialidades. Unas veces con mayor número, otras no tanto, la realización de estos actos, por lo que se puede apreciar, hasta ahora no son suficientes para que alguna de nuestras figuras políticas se eleve y destaque

sobre el resto. Tampoco se advierte, al interior del Frente de Todos, que tal o cuál agrupación o núcleo militante experimente un crecimiento notable que le proporcione fuerte poder de convocatoria y la coloque por encima de las demás expresiones integrantes de la coalición. Esto indica que los esfuerzos parciales en que cada quien atiende sus intereses personales o de grupo no son suficientes ni ayudan al crecimiento y organización de la fuerza política que necesitamos para competir exitosamente en los próximos comicios. Nuestros dirigentes deben comprender que no queda mucho tiempo por delante para decidir cuestiones fundamentales. Urge producir hechos políticos trascendentes como ser la institucionalización del Frente de Todos local, garantizar el compromiso de todos y todas por la unidad del espacio, convocar a una asamblea distrital para la aprobación de un programa municipal y en lo posible presentar a las compañeras y compañeros que competirán en las PASO por la candidatura a intendente de Lanús. Habrá que entender que no queda tiempo para perder y que de seguir con la modalidad egoísta de la gimnasia política en cada carpa, sin responder a la necesidad de accionar en unidad, corremos el serio riesgo de ser pasto para las fieras.

Claro que el desorden y la incertidumbre no sobrevuelan solamente los cielos del FdT. Tampoco hay alineamiento total y certezas absolutas en Juntos por el Cambio. Allí, si bien es cierto que Mauricio Macri es el patrón a quien no se le desobedece y al final todo se hará a su antojo, las posiciones cada vez más conservadoras de esa fuerza, las manifestaciones ultraderechistas con ribetes filonazis de algunos actores de su elenco estable, las inmoralidades de ciertos personajes cercanos a determinadas parcelas del macrismo y el maridaje con el poder judicial cuya cara más grotesca es la llamada Suprema Corte, ha removido la conciencia de no pocos radicales que por disciplina partidaria, algún beneficio politico y su tradicional antiperonismo aceptaron participar como socios de segunda categoría en la empresa neoliberal gerenciada por el macrismo. Pero como todo tiene un límite, los sucesivos embates neoliberales contra el pueblo, el ataque, dominación, putrefacción de instituciones fundamentales de la República y el endeudamiento atroz de nuestro país con los usureros internacionales seguramente produjeron vergüenza y cansancio moral en radicales que, a pesar de todo, han conservado suficiente dignidad y no dejaron en el rincón de los recuerdos los tradicionales valores nacionales y democráticos que supo sostener el radicalismo en tiempos pasados.

Hay voces dentro de la UCR que reclaman mayor protagonismo en Juntos por el Cambio. Saben que sin su apoyo el Pro quedaría reducido a un partido político local. Fue el radicalismo quien le facilito territorio a nivel nacional y en algunos distritos.

En Lanús, por ejemplo, sin su apoyo el Pro sería un partidito vecinal sin posibilidades de competir electoralmente. Aqui, salvo el doctor. Néstor Grindetti quien ya es alguien muy conocido, el macrismo carece de figuras relevantes reconocidas por la sociedad lanusense.

Por estos días han aparecido afiches en distintos puntos de la ciudad -también carteles en un tramo de la ruta 2- con la imagen del doctor Emiliano Bursese, joven dirigente radical que, según alguna información periodistica, estaría dispuesto a competir por la candidatura a intendente de Lanús en las PASO o en algún otro formato de elección interna. Conociendo la trayectoria de algunos y algunas referentes del radicalismo lanusense que acompañan a Bursese y enterados a través de diferentes publicaciones de determinadas propuestas por él formuladas, recibimos esta posible postulación cómo una buena noticia. La reconstitución del radicalismo de Lanús, que en nuestro distrito ha tenido en sus filas hombres y mujeres ejemplares, sería un muy buen aporte a la calidad de la política local. Anhelamos que esto ocurra pues aquellas personalidades y organizaciones que, desde su posición ideológica reafirmen su vocación democrática y se opongan al siniestro concubinato del neoliberalismo macrista con demenciales grupúsculos que expresan un nazifascismo delirante, estarán despejando el camino para que en el futuro podamos superar diferencias que hoy parecen insalvables y logremos la convergencia de los tradicionales movimientos históricos hacia la definitiva recuperación nacional. Hace cincuenta años, el abrazo del general Perón con el líder radical Ricardo Balbín demostró que era posible superar viejas rencillas cuando se imponía la necesidad de unirse en defensa de los altos intereses de la Patria. Hoy, si pensamos la política en grande, debemos aceptar que sin un acuerdo de las fuerzas con raíces nacionales reconocidas por las grandes mayorías (el radicalismo y el peronismo lo son) no hay posibilidades de gobernar en paz y se abren espacios que finalmente son ocupados por lo peor de la política. Basta observar el damero político argentino para comprobar esta triste realidad.

¿Puede ser posible un acuerdo de radicales y peronistas? No hay que olvidar que la alianza de radicales y macristas se realizó hace siete años en Gualeguaychú, provincia de Entre Rios, y que no todos los convencionales estuvieron de acuerdo. Antes bien una importante porción de los presentes en aquella asamblea se opusieron al acuerdo con el conservadurismo neoliberal. 186 votaron a favor y 130 (o 144 según otra información) lo hicieron en contra. Algunos que aceptaron ese acuerdo a regañadientes despues se acercaron a nuestro gobierno. Ricardo Alfonsín es actualmente nuestro embajador en España. En política nunca está dicha la última y definitiva palabra, de manera que puede haber sorpresas. Veremos.

   (*) De Iniciativa Socialista