domingo, 15 de enero de 2023

Derrotemos al fachismo con la huelga general


por Lisandro Martinez*

El golpe civil, militar e internacional, en desarrollo en Brasil está inscripto en la crisis económica y política mundial del régimen capitalista cuya gestión augura huelgas de masas, guerras y revoluciones. 

Es un golpe de estado donde en las primeras 24 horas las fuerzas armadas se paralizan y dejan hacer a los forajidos. Sobresalió como parte del golpe el gobernador de Brasilia, un bolsonarista que no ordenó defender edificios y oficinas que fueron destrozadas por las hordas derechistas a pesar que en sus subsuelos había efectivos para enfrentar y derrotar a los lumpenes contratados por los fachistas. Este movimiento de más de 5.000 marginales fue financiado por empresarios que juntos con la derecha internacional apoyaron política y económicamente el golpe que no ha dado por concluidas sus tareas. 

La crisis del capital

La crisis económica internacional impone abaratar la mano de obra o directamente esclavizar el trabajo a nivel mundial. El crack de 1929 dio motivo para la aparición de Hitler y Mussolini para quebrar la resistencia obrera con campos de concentración, hambrunas, torturas y trabajo esclavo del que abrevó también Stalin. 

Amazon y otras tecnológicas que hasta ayer marcaban el pulso de las bolsas del mundo después que retrocedieran sus ganancias frenaron la contratación de nuevos empleados y además echaron a 100.000 trabajadores entre marzo y julio de 2022. Amazon hace 5 días despidió a 18.000 trabajadores más y hay muchos otros datos de la ofensiva contra los laburantes de grandes corporaciones. 

Para ir a ese ataque brutal de la vida obrera que liquide derechos laborales, la derecha tiene un plan que ya ha presentado en cada uno de sus gobiernos: Trump, Macri, Bolsonaro, Giorgina Meloni, Néstor Grindetti, etc. El objetivo es una rebaja salarial draconiana y barrer de un plumazo todo tipo de legislación laboral imponiendo el trabajo a destajo, en negro y sin

derechos, abriendo un retroceso civilizatorio. Violar las reglas establecidas ya lo hicieron en
Brasil los Macri cuando en sus grandes empresas le robaban a los obreros los aportes jubilatorios y esto fue condenado por la justicia.  

Para eso los fachistas han conformado varios espacios, entre otros El Foro de Madrid, que reúne a líderes como Trump, Bolsonaro, Milei, Macri, etc. También está el reagrupamiento fachista de Italia Fratelli italiani de Giorgia Meloni, una fanática de Mussolini cuyos seguidores luego de haber conquistado escaños en el parlamento italiano, concejalías, etcétera, visitaron en noviembre de 2022 al intendente de Lanús para establecer una coordinación. Para revisar las coincidencias políticas entre Grindetti/Meloni basta cotejar el plan contrario a los desocupados presentado por el intendente de nuestra aldea, cuando se pronunció contra el pago de los subsidios si estos no están atados a una contraprestación supervisada por el propio Grindetti para convertir eso en una relación de dependencia donde se obliga, por una bagatela de $20.000 sumados al subsidio de $29.000, a trabajar durante 8 horas diarias con una paga salarial que significa el 25% de la canasta familiar que actualmente está en $227.392 según el estudio realizado en el mes de diciembre por la Comisión Interna del Indec. 

¿Primero golpe a Brasil y luego Argentina?

Este golpe de estado en Brasil -todavía vigente- debe preocupar sobremanera a los trabajadores y explotados de Argentina, ya que no es con diplomacia que se derrota al fachismo sino con la huelga general de masas. 

Argentina tiene una larga historia durante otro gobierno Nac & Pop, cuando el imperialismo dio luz verde a una seguidilla de golpes de estado: 1971 en Bolivia (Perón minimizó sus consecuencias). Allí el golpe con refugiados nazis armó el tráfico de cocaína internacional con apoyo yanqui. 

El futuro gobierno nacional y popular peronista no dijo nada. Luego en 1973 en Uruguay y Chile dos dictaduras militares atroces crearon un plan continental de ilegalización, persecución, secuestros y muertes contra agrupaciones políticas de izquierda mientras el gobierno de Argentina confraternizaba con Pinochet y Stroessner. En junio de 1975 el golpe preventivo del brigadier Capellini con el Comando Condor Azul contra Isabel Perón fue una prueba piloto que concluyó que la CGT no iba a convocar a una huelga ni movilización ni tampoco lo iba a hacer el gobierno de la AAA. Así que la toma del poder en marzo de 1976 fue un paseo sin resistencia de la CGT, de los sindicatos y menos de los derechistas que gobernaban. Por lo tanto la dictadura instaló durante 7 años centros clandestinos de prisión y torturas y vino, entre otras cosas, a barrer la legislación laboral y la vigencia de los convenios colectivos que la clase obrera le había impuesto mediante la huelga general a la burocracia sindical peronista en 1975. 

A todo esto los burócratas de la CGT jamás organizaron a los trabajadores para impedir el golpe militar del ‘76. Los sindicatos nunca llamaron a la huelga general ya que estaban espantados con las huelgas de las coordinadoras de delegados clasistas y combativos que un año antes impusieron los incrementos salariales mientras la dirección quedaba colgada del pincel. Si en los sindicatos los delegados planteaban organizar la resistencia al golpe que se venía era muy factible que fueran denunciados por la burocracia peronista por extremistas. En esa instancia instrumentaron las listas de  activistas que debían ser despedidos o pasados a degüello por los genocidas.

En Brasil

El ajustado resultado electoral entre Lula y Bolsonaro fue aprovechado por las bandas fachistas al servicio imperialista para desenvolver el golpe en Brasil.

El lulismo pretende convivir con la derecha golpista y hasta corregirla, pero el alto mando militar rechazó un ministro de Defensa civil. Lula nombró –como prenda de paz- a una ministra ligada a las bandas fachistas que asesinaron en 2018 a la activista Mariel Franco. Este episodio nos retrotrae a la imbecilidad del gobierno de Salvador Allende en Chile cuando nombró jefe del ejército a Pinochet.

El recorrido golpista y criminal del bolsonarismo está a la vista. La oposición política de izquierda y obrera debe plantear día y hora, abandonando una hora antes los puestos de trabajo y movilizarse de conjunto para marchar a Plaza de Mayo y a la Embajada de Brasil, denunciando y combatiendo con la huelga general al fachismo en América Latina y el mundo. 

  (*) Del Partido Obrero Tendencia