jueves, 14 de julio de 2016

Museo Piñeiro, la casa de nuestra historia

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com

Por una acertada decisión del gobierno municipal de don Manuel Quindimil, el 19 de octubre de 1994 se inauguró el Museo Municipal “Juan Ramón Piñeiro”. Su nombre se impuso en homenaje a quien, con el cargo de Comisionado, fue el primer intendente de Lanús después de haberse decretado nuestra autonomía el  29 de septiembre de 1944, mediante el Decreto N° 3321 dictado por el Interventor Federal en la provincia de Buenos Aires. A partir de aquella fecha, Piñeiro organizó el flamante municipio que nació como “Partido 4 de Junio”, siendo su primera sede la casona donde había funcionado la antigua Delegación Municipal y en la cual, actualmente, desarrolla su actividad el Honorable Concejo Deliberante, en la calle 9 de Julio (ex José C. Paz) frente al Club Atlético Lanús. Ante una gran concentración popular, con la presencia del entonces presidente de la Nación general Edelmiro J. Farrell, del vicepresidente Juan D. Perón y demás autoridades, don Juan R. Piñeiro asumió el 1 de enero de 1945.
La elección de la fecha de inauguración de nuestro museo, en la finca de la calle Dr. Arturo Melo 2877, Lanús Oeste, no es casual. 106 años antes, el 20 de octubre de 1888, un
destacadísimo vecino, don Guillermo Gaebeler, colocó la piedra fundamental de la Villa General Paz  en la esquina donde hoy se cruzan las calles 9 de Julio (antes José C. Paz, anteriormente Ayohuma) y Gaebeler (antes general Paunero) o sea donde hoy es  zona céntrica de  Lanús Este.
La casa de nuestra institución fue propiedad de la familia Piñeiro, adquirida por la municipalidad de Lanús para la instalación del museo.
A partir de la inauguración del museo en 1994, durante una larga primera etapa se incorporó gran parte de su activo, y bajo la dirección del recordado vecino don Alberto Tosso se organizó el Archivo Histórico de Lanús. Don Roberto Herrera, en su momento presidente de la Comisión Honoraria Municipal de Estudios Históricos, y otros caracterizados vecinos entre los que se contaban el profesor Héctor Montero, la profesora Virginia Gaebeler y Gerardo Scioscia, contribuyeron a la incorporación de valioso material histórico a dicho archivo. 
Con posterioridad al año 2007, el museo Piñeiro estuvo a cargo de la joven e inteligente profesora de historia Marina Napal quien, durante un breve período, dio su impronta a la institución realizando una  actividad muy positiva con visitas a escuelas, colegios de la zona y recibiendo, frecuentemente, contingentes de alumnos de diversos establecimientos educativos.
En el segundo semestre del año 2010, le cupo a este cronista la responsabilidad de asumir –formalmente- la conducción del museo que ya venía ejerciendo desde mediados del año 2009. Mediante el Decreto N° 1757 de fecha 16 de septiembre de 2010, año del Bicentenario, y “ante la necesidad de incrementar el intercambio cultural en las actividades que se desarrollen en el Museo y Archivo Histórico del Municipio de Lanús” el intendente municipal de aquel tiempo, Dr. Darío Díaz Pérez, dispuso, entre otras cosas, lo siguiente: Artículo 1°.- “ Designase al agente don Omar Oscar Dalponte, legajo N° 227012, a cargo de las actividades del Museo y Archivo Histórico Juan Piñeiro”. Desde aquel tiempo hasta la fecha, siguiendo un criterio de puertas abiertas para la totalidad de los vecinos de Lanús, de la región y del país, sin ningún tipo de discriminaciones a razas, religiones e ideologías, realizamos una intensísima actividad ampliamente conocida, valorada por la sociedad y comentada por diferentes e importantes medios. Podemos decir con orgullo que nuestro museo obtuvo un lugar destacado como importante referencia de la actividad cultural de la región.
Inmediatamente después del inicio de nuestra gestión, dado que la casa ya sufría el deterioro causado por el paso del tiempo, el Dr. Díaz Pérez resolvió efectuar importantes reparaciones que posibilitaron realizar, en las condiciones necesarias, múltiples actividades, hasta el año 2015,  Pasadas las elecciones del año 2015, y ante el cambio de autoridades, nos pusimos a disposición para transferir el museo a quien se decidiera. Luego de una conversación muy civilizada realizada en un clima de alto respeto y cordialidad con la actual secretaria de Cultura, Sra. Thelma Vivoni y con el subsecretario de Cultura Sr. Gabriel Conte, acordamos que debíamos dar continuidad a nuestra tarea al frente de la institución. Es importante destacar el trato sumamente amable que recibimos por parte de los nuevos funcionarios, Vivoni y Conte. Luego, en el mes de enero del corriente año, comenzaron los trabajos para la reparación y modernización del museo coordinados por la joven y activa directora de Cultura, Magalí Díaz. Esta tarea duró casi seis meses culminando en los primeros días de julio con las instalaciones puestas en magníficas condiciones. Procedimos a la reapertura el día 4 de este mes presentando una notable muestra fotográfica y continuamos el día 7, ya en el marco de la celebración de los 200 años de nuestra independencia, con un recorrido histórico durante el cual alumnos de la Escuela Municipal de Teatro personificaron a figuras emblemáticas de nuestra historia. A nuestro cargo quedó explicar los momentos principales de nuestra vida como pueblo, como ciudad y como partido independiente.
Y aquí estamos. Sabemos bien quienes somos y cómo pensamos. Las diferencias políticas e ideológicas las expresamos donde corresponde y en voz alta. Dentro de la institución museo, una dependencia municipal que debe estar al servicio de toda la sociedad, trabajamos por brindar la mejor atención a los vecinos sin hacer ninguna distinción. Por nuestra parte, como peronistas, por aquello de “primero la Patria, después el movimiento y por último los hombres”, en un clima de respeto, tolerancia y confraternidad democrática, hacemos realidad, en el desempeño de nuestra función, esto de “primero los vecinos, después la institución y por último nuestras diferencias políticas”. Después, al margen de los deberes laborales, cada quien milita políticamente donde desea y es dueño de decir lo que quiera.  De sobra lo demuestra el autor de estas líneas.