lunes, 21 de noviembre de 2016

¿De donde venimos los lanusenses?

por  Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com
Novena nota 

La antesalas de Mayo
 Revolución de Chuquisaca
Se conoce como Revolución de Chuquisaca, al levantamiento popular contra el gobernador intendente de la ciudad de Chuquisaca, producido el 25 de mayo de 1809. Este acontecimiento suele ser conocido como el Primer Grito Libertario de América, aunque hay quienes sostienen que esa denominación corresponde a la Revolución de Oruro ocurrida en 1781. (Fuente: Bolivia Informa. Portal Internet)
Chuquisaca es un departamento de Bolivia ubicado en el sur de ese país. En este movimiento revolucionario de principios del siglo XIX brilló por su inteligencia y coraje nuestro Bernardo Monteagudo (1789-1825) Monteagudo, de origen mulato, mezcla de criollo con una esclava de origen africano, temprano impulsor de la independencia hispanoamericana, con sólo 19 años fue uno de los líderes de la Revolución de Chuquisaca y redactor de sus principales y primeras declaraciones.
Levantamiento de La Paz
Tras la Revolución de Mayo en Chuquisaca como antecedente, los criollos paceños al mando
de Pedro Domingo Murillo, aprovecharon la fecha castrense de la Virgen del Carmen para protagonizar un levantamiento en donde, apoyados por el Batallón de Milicias, tomaron el Cuartel de Veteranos, arrestaron a los oficiales, convocaron al pueblo y pidieron un cabildo abierto.
Se consiguió que renuncien a su cargo el obispo de la ciudad de La Paz, Remigio de la Santa y Ortega, y el gobernador intendente interino Tadeo Dávila. Se nombró a Pedro Domingo Murillo como comandante militar de la provincia, con el grado de Coronel. Se constituyó una Junta Gobernadora, conformada por doce miembros y denominada “Junta Tuitiva de los derechos del Rey y del Pueblo, resultante de la revolución acaecida en la ciudad de La Paz (actual Bolivia y entonces integrante del  Virreinato del Rio de la Plata) el 16 de julio de 1809.
Bien vale consignar la proclama de la Junta Tuitiva, un documento histórico valiosísimo e imprescindible para conocer las ideas sostenidas por los revolucionarios de entonces.
Proclama de la Junta Tuitiva:
“Compatriotas: Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria; hemos visto con indiferencia por más de tres siglos sometida nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que, degradándonos de la especie humana, nos ha mirado como a esclavos; hemos guardando un silencio bastante parecido a la estupidez que se nos atribuye por el inculto español, sufriendo con tranquilidad que el mérito de los americanos haya sido siempre un presagio de humillación y ruina. Ya es tiempo, pues, de sacudir yugo tan funesto a nuestra felicidad, como favorable al orgullo nacional español. Ya es tiempo, en fin de levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias, adquiridas sin el menor título y conservadas con la mayor injusticia y tiranía. Valerosos habitantes de La Paz y de todo el Imperio del Perú, revelad vuestros proyectos para la ejecución; aprovechaos de las circunstancias en que estamos; no miréis con desdén la felicidad de nuestro suelo, ni perdáis jamás de vista la unión que debe reinar en todos, para ser en adelante tan felices como desgraciados hasta el presente. En la ciudad de Nuestra Señora de La Paz, a los 27 días del mes de julio de 1809”.
El 22 de julio de 1809 se había aprobado un "Plan de Gobierno" de diez artículos que se convirtió en el primer estatuto constitucional de América Latina. Además se crearon tres ministerios llamados departamentos: Gobierno, Gracia Justicia, Culto y Hacienda. En algunos de esos artículos se disponía: “la pena de muerte a todo aquel que insultase a otro,…, que ambas clases se debían tratar sin distinción como que ya eran todos unos mismos…”“ya no hay eso de pueblo bajo o pueblo alto, que todos son iguales”. Sin lugar a dudas fue esta la primera o una de las primeras leyes  antidiscriminatoria del continente. Y se decretaba: “Quemar los papeles de las deudas al rey, y se anulan las alcabalas (impuestos) que pagaban los indígenas”. También se resolvió emitir el Estatuto Constitucional  que entre otros puntos  disponía la prohibición de enviar las recaudaciones al Rey, destinando esos dineros “para atender las necesidades presentes de la Patria y convocar  “al Congreso Representativo de los Derechos del Pueblo (con) un indio noble de cada Partido…”. ¿Habrá sido el primer parlamento indígena de las colonias?  (Fuente:www.gobernacionlapaz.gob.ar)

Antesalas de un gran momento histórico
   También es cierto que no faltaron voces controvertidas y no escasearon críticas hacia algunos protagonistas de aquellos episodios. Particularmente en lo que se refiere a Pedro Domingo Murillo, fuertemente criticado por algún historiador aymara. Pero sobre lo que no caben dudas es que aquellos movimientos revolucionarios contribuyeron a abrir el camino para nuestra Revolución de Mayo.
   Pasada la primera década del siglo XIX , en medio de muchos sucesos que ocurrían a lo largo y ancho de nuestro territorio, en el sector que hoy ocupa Lanús, en lugares cercanos a determinados puntos que, por particularidades de su geografía como ser el río de la Matanza o pasos como el de Monte Chingolo, se habían afincado, desde tiempo atrás, estancias, chacras y pequeños caseríos donde se asentaban familias que crearon troperos, quinteros, obreros de hornos de ladrillos, algún gaucho que deseaba tener su querencia, paisanos en busca de un “pedacito de tierra” o descendientes directos de los primitivos habitantes de estas latitudes. Monte Chingolo desde tiempos anteriores al siglo XVIII era un paso adecuado para las carretas, tropas y expediciones militares que iban y venían hacia y desde el sur del territorio que hoy ocupa la provincia de Buenos Aires. Esta fue siempre una zona alta y tanto los comerciantes como troperos y milicias procuraban transitar por terrenos elevados, no inundables, para reducir los inconvenientes que por anegamiento dificultarían tan largas y penosas travesías. Así se fueron haciendo huellas y caminos. 
Un hito importante de nuestra historia lugareña fue la instalación del saladero “La Higueritas”, propiedad de la sociedad que el joven Juan Manuel de Rosas, explotó junto a Nepomuceno Terrero y Luis Dorrego. Aún hoy, en el interior de la propiedad existente en la calle Magdalena 946  de Monte Chingolo, Lanús Este, se conservan algunas partes de lo que fue el edificio principal de aquel saladero. Próxima nota: sobre inmigrantes y otras yerbas.
  (*) Director del museo municipal