viernes, 26 de noviembre de 2021

La revolución cubana y las expulsiones en masa del PO


por Lisandro Martinez*

En febrero de 2016 Altamira fundador del Partido Obrero (PO) fue invitado a un campamento de verano para disertar ante mil jóvenes sobre la Revolución cubana. La responsabilidad por los cursos de verano fue de 5 jóvenes. El éxito del trabajo hizo que luego esos compañeros desarrollaran lo debatido en otros cursos en el resto del país. La charla fue una visión aguda del periodo y un análisis crítico. El proceso político que desencadeno la revolución, fue revisado desde la década del 1930 cuando Fulgencio Batista, un sargento del ejército, se transformó en árbitro político y en 1940/44, en presidente contando con la colaboración del PC cubano. A partir de allí gobierna con hombres del PC que luego van a integrar: ¡el gobierno de la revolución!

En 1952, Fulgencio Batista da un golpe que lo encarama nuevamente al poder. Esta dictadura provoca una repulsa generalizada entre la juventud que va a ser la principal protagonista de la revolución cubana a fines de los ‘50.

La Revolución cubana no fue una revolución proletaria

    Desde antes de la toma del poder la dirección del M26-7 adoptó el criterio de constituir un bloque único con todos los partidos de la oposición a Batista, esta orientación fue votada en

1957 por la dirección del Ejército Rebelde. Allí se firmó “El Manifiesto de Sierra Maestra” que planteó: la unidad de todos los partidos de la oposición y el rechazó a la mediación extranjera y a cualquier gobierno provisorio que reemplazara a Batista, sosteniendo la necesidad de una reforma agraria.  

   El gobierno revolucionario constituye el 3/1/1959 un gobierno de Frente Popular, es decir policlasista, de acuerdos económicos con un sector de la burguesía cubana. El presidente de Cuba fue un hombre de la burguesía: Manuel Urrutia y el primer ministro José Miró Cardona tambien, ambos “nombrados como un bálsamo para la burguesía” (“El gobierno Provisional Revolucionario-Enero-Febrero de 1959”) Autor: Reinaldo Suárez Suárez, prof. titular Universidad Oriente-Cuba (www.redalyc.org/pdf/1813/181321570004.pdf). Fidel que era el jefe -de hecho- de las fuerzas rebeldes, fue nombrado en el primer gobierno a cargo de los Institutos Armados.

   En los 50’ el escenario latinoamericano fue sacudido por golpes de estado, todos promovidos por EEUU. El 27/6/1954, fuerzas yanquis, con apoyo de varios gobiernos de América Central y el Caribe, derrocaron al gobierno de Jacobo Árbenz Guzmán, un militar progresista que inició un movimiento renovador ante la extrema pobreza de Guatemala.

  En Argentina en 1955, la marina y el ejército con el ok del Departamento de Estado, derrocan al gobierno de Juan Perón. 

Guevara y Castro estaban en Guatemala en 1954 y por lo tanto vivieron la experiencia de Arbenz quien no intentó ninguna defensa ni armó a la población para defender su gobierno. Lo mismo sucedió con el gobierno de Juan Perón que como Arbenz tiró la toalla.

 Ambas  experiencias les sirvieron a Guevara y Castro para ponerle freno a la invasión de los marinos de EEUU a “la Bahía de los Cochinos” en 1961. Allí el gobierno revolucionario, brilló armando a 1.000.000 de cubanos en defensa de lo conquistado y derrotaron a los invasores en solo 65 horas.

El método foquista

   Para el Che, el sujeto de la revolución no era la clase obrera sino la vanguardia guerrillera. Esta teorización de finales de los ’50 y principios de los ‘60 fue un intento de reemplazar al protagonista histórico: el obrero organizado, único capaz de acabar con la lucha de clases. “El foco insurreccional” mandaba, así al archivo, siglos de lucha de partidos y de experiencia obrera.

   Luego será teorizado como tal -la creación de “un foco militar” que se convierta en dirección de masas- un delirio putschista cuyos resultados fueron históricamente desastrosos para la lucha de clases: Montoneros, ERP, Tupamaros, etc. El carácter “foquista” de la experiencia cubana, fue criticado por el Partido Obrero desde que se constituyó como fuerza política en 1964, ya que se abandonaba la tarea de educar y organizar al movimiento obrero para la toma del poder y en lugar de que la clase obrera tome las riendas de las tareas históricas a desenvolver, se la subordina a un rol  secundario. (“…deja todo en mis manos chico”).

   Para la concepción foquista el obrero es una entelequia que sólo va a levantar cabeza si un pequeño burgués armado lo anima prendiéndole el fuego. El intento de suplantar al sujeto revolucionario terminó en tragedia con la masacre de toda una generación de América Latina. Mientras el PC tiraba agua sobre el fuego revolucionario que había sacudido a Cuba, anudando acuerdos económicos y políticos entre la URSS y la Cuba de Fidel que provocaron la retirada del Che enfrentado con la burocracia estalinista que lo derrotó en el debate: “Sobre qué estímulos se construye la Revolución: materiales o económicos”. El PC impuso los métodos más brutales de explotación del trabajo y la subordinación a la “coexistencia pacífica” con los gringos votado en el XX Congreso de PC de la URSS en 1961.   

  La alianza entre el PC estalinista y Batista durará desde 1940 a 1944 durante los cuales dos dirigentes del PC colaboran con la dictadura batistiana: Juan Marinello y Carlos Rafael Rodríguez quienes en 1961/62 polemizarán con el Che sobre estímulos morales vs. materiales defendiendo la súper explotación de la mano de obra.

  El PO caracterizó al régimen político de Cuba como bonapartista que programáticamente no planteó nunca la abolición del trabajo asalariado, ni tampoco podría hacerlo, porque el gobierno no reconoció nunca que la fuerza de trabajo en Cuba está sobreexplotada.

  Un sector mayoritario del Comité Central del PO en la polémica del curso, se propuso eliminar, hipotéticamente, al proletariado como sujeto de la revolución socialista y se interrogó: "¿Por qué no explorar la vía de una revolución dirigida por la pequeña burguesía en otros países?". El foquismo ya probó en Cuba, allí la pequebu, armas en mano sustituyó a la clase obrera y expropiando al capital crearon una sociedad intermedia cuyo gobierno no es capitalista ni socialista pero sí francamente restauracionista del capital.

  “El carácter estratégico del debate sobre la Revolución Cubana", tiene que ver con superar el planteo de intervención “pequebu”, por medio del programa histórico de la revolución socialista mundial

Este debate del cual se cumplen 5 años desnudó políticamente a la mayoría del CC del PO que expulsó a 1200 compañeros, por celular o clausurando locales.

    (*) Del Partido Obrero Tendencia