jueves, 4 de noviembre de 2021

Un pelotón multiclasista, entre ellos la izquierda, reclama legalizar la marihuana


por Lisandro Martínez*

            En el debate electoral en el programa de TV A 2 voces del 20/10/2021, cuando se habló de seguridad, Nicolás del Caño candidato a primer diputado por PBA, reclamó la legalización de la marihuana, un clásico reclamo de la pequeña burguesía progre europea.

            El pelotón multiclasista que reclama la legalización del consumo de cannabis, está compuesto por Rockefeller, Soros, Alberto Fernández, Sergio Berni, que tambien quiere se legalicen drogas duras; Nicolás Del Caño y Miriam Bregman entre otros.

    La población argentina en un porcentaje mayoritario no llega a cubrir sus necesidades básicas de vida, el nivel educativo retrocede desde hace varias décadas mientras el desempleo y la pobreza son record. En este cuadro social reclamar por la legalización de drogas mal llamadas recreativas, habilitando legalmente el tráfico de marihuana, es tirar la pelota a la tribuna y se convierte en un problema de cadenas y condenas donde la psiquis -señalan los expertos- es vulnerada y se potencian enfermedades mentales: esquizofrenia, obsesiones y fobias.

   La mayoría de los trabajadores entiende que el consumo de psicoactivos condiciona la

existencia impidiendo la evolución de la conciencia social y eso es lo que persigue la patronal que más de una vez habilita “botiquín libre” para que los explotados soporten la brutal sobrecarga de tareas.  

  Las fundaciones de Rockefeller y Soros perciben que el proceso de legalización de la marihuana abre un nicho fantástico de negocios y blanqueo de capitales donde las grandes corporaciones capitalistas comenzarán ofreciendo marihuana para luego incorporar a su  stock otras sustancias. Ya algunos avizoran la lucha de grupos capitalistas para patentar la propiedad de las semillas. El planteo de la izquierda va dirigido a la elite y la pequeña burguesía votante que recibirán una mercancía de pureza garantizada, mientras en los barrios seguirán operando los lumpenes organizados por la policía en zona liberada y ofrecerán como siempre los desechos del producto. Para garantizar y duplicar las ventas como sucede con cualquier mercancía del capital habrá enérgicas campañas publicitarias y para provocar más adicción se potenciara el tetrahidrocannabinol (THC), la sustancia que genera el efecto psicotrópico en el organismo del cliente, consumando una mayor dependencia. “Fundamentalmente los porcentajes de THC en el cannabis, que es el componente psicoactivo, han aumentado desde valores históricos del 3-4% a niveles del 16-20%. Y esto explica el porqué de tantos cuadros psiquiátricos relacionados al abuso del cannabis” www.redaccion.com.ar 14/9/2021).

    La connivencia existente entre el aparato represivo estatal, los funcionarios políticos burgueses en todo el país, jueces corruptos y bandas de narcotraficantes requiere de una espada que corte de un solo tajo semejante nudo gordiano, tarea históricamente asignada a la organización independiente de la clase obrera pero que de seguir la deriva de la izquierda, lo único que conseguirá es que la patronal licencie sanitariamente a sus propios activistas por intoxicación.

Un negocio que destruye a la juventud

    En 2016 del Caño frente a la tragedia de Time Warp presentó en Diputados el proyecto de legalización, pero obvió que la masacre se debió al negociado montado entre un empresario, un laboratorio y el gobierno de Larreta. En las fiestas electrónicas europeas “la carnicería” es a cara descubierta y hay stands que venden drogas mortales. La deriva en la captura de votos enceguece a sus autores que llegan a pedir “regular las drogas”. Pero el negocio para la patronal se consuma cuando esclaviza a la juventud.

  Federico Pavlovsky médico siquiatra, señala que “el consumo crónico de cannabis puede afectar funciones neuropsicológicas como la memoria, la concentración y las funciones ejecutivas. Puede producir también empeoramiento psiquiátricos como esquizofrenia, bipolaridad y síntomas agudos como ataques de pánico” (www. redaccion.com.ar 14/09/2021)

La lucha contra la droga es la lucha contra el capitalismo, y por su expropiación

   La izquierda surgió en el siglo XVIII organizando partidos políticos y luchó siempre contra las adicciones como el alcohol, el tabaco y las drogas que alienan y esclavizan al obrero y a la juventud.  El uso de sustancias fue rechazada programáticamente. Marx propuso ilegalizar el comercio y la producción de drogas, para que su tráfico dejara de ser un negocio lucrativo que corrompe a la sociedad y al estado. Marx se manifestaba vigorosamente contra el consumo, porque “destruye, degrada y corrompe cuerpos y espíritus”. Los trabajadores, conscientes debemos oponernos, a la legalización de drogas, cuyo consumo y adicción “destruye, degrada y corrompe” (dixit Marx).  La libertad individual del consumo legalizando drogas no es un derecho humano desde el momento que su objetivo es esclavizar consumidores.

Inglaterra impone el opio en China

  Los chinos pasaron de 2 millones de opiómanos en 1850 a más de 120 millones en 1878, con un aumento en el consumo del 6.000% .Esto significó una ganancia sideral para Gran Bretaña y millones de muertos vivos en las calles. En China al opio se lo relacionó –como corresponde- con la humillación nacional impuesta por Gran Bretaña desde el siglo XVIII. Con la Revolución China el proletariado consiguió erradicar la totalidad de los narcóticos y tras la revolución de 1949 el pueblo con intensas campañas logro eliminar fumaderos y prostitución. En el siglo XXI con la vuelta del capitalismo a China, el uso de la heroína y otras drogas se extiende progresivamente entre la juventud.

    El capitalismo en su actual fase declinante practicó en un país europeo un cálculo donde si  la venta de drogas y la prostitución se legalizaran significaría un crecimiento de la riqueza nacional (que se engullirían los grupos capitalistas) de entre 1,5% y 3%. Colocando los fines en una actividad sin principios, donde el derrumbe social y sanitario garantizaría la continuidad de un régimen de alienación cuyo rostro es cada día menos humano.

  El  gobierno argentino está dispuesto a legalizar el cannabis esto rebela una profunda bancarrota de la patronal criolla. Su consecuencia es la entrega del territorio nacional a narcos/empresarios y que los explotadores abandonan la salida productiva extendiendo su propio certificado de defunción como clase social y destacan la vigencia de la revolución social como salida de masas.

   (*) Del Partido Obrero Tendencia