domingo, 4 de mayo de 2025

Iglesia: poder, acumulación y trata

por Lisandro Martinez*

El papa emérito Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), fue el primer papa alemán de la era moderna. Sustituyó en 2005 a Juan Pablo II, de quien había sido su mano derecha durante 25 años como jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio de la Inquisición (en el pasado asadores de congéneres).  Ratzinger ejerció el Papado del 19/4/2005 al 28/2/2013 cuando renunció. Su gestión dejó las arcas vaticanas tecleando. Benedicto falleció a los 95 años, fue un teólogo ultraconservador de una Iglesia empañada por escándalos e intrigas (www.swissinfo.ch/spa/benedicto-xvi-papa 3/12/2022).

En 2010 mientras era arzobispo de Buenos Aires, Jorge M. Bergoglio encargó una contra-investigación para imponer la inocencia de Julio Cesar Grassi, condenado por pedofilia. Por primera vez un juez argentino confirmó haber sido objeto de intento de manipulación por parte de la Iglesia Católica (www.ciperchile.cl24/3/201). 

 En 2012, un año antes que Bergoglio se convirtiera en papa, el Comité Europeo de Expertos sobre la Evaluación de Medidas contra el Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo (Moneyval), emitió un informe de 241 carillas sobre su histórica auditoría al Instituto para las Obras de Religión (IOR), plagado de escándalos, conocido como Banco Vaticano. Así la ciudadanía accedió a las finanzas de la Santa Sede. En ese momento el IOR contaba con más de u$s 8.000 millones en 33.000 cuentas (Forbes Staff 24/4/2025). Las reformas de Bergoglio -el Papa Francisco- solucionaron parte del caos en el IOR pero su gestión también dejó la contabilidad en rojo, trasladando a futuro graves problemas financieros en la Santa Sede. La sucesión del Papa Francisco llegó en un momento crítico para la Iglesia Católica. Existían polémicas y divisiones, incluyendo el permiso o no de matrimonio a sacerdotes, el debate sobre DDHH a los homosexuales y el divorcio; además 135 cardenales reunidos

en el próximo Cónclave Papal no sólo debatirían religión. Julio C. Grassi montó su fundación en 1993, 
en el obispado de Morón y llegó a albergar a más de 6 mil niños. Grassi fue al living de Susana Giménez porque no le llegaba el porciento de dinero de los sorteos telefónicos. Grassi fue la cara de la beneficencia paraestatal para los niños de los ’90, cuando el estado privatista menemista puso la acción social en manos inescrupulosas. Un mes más tarde, una investigación televisiva reveló abusos de Grassi contra menores a su cargo en la fundación. Los nubarrones sobrevolaban sobre él desde antes de la denuncia de Telenoche investiga y del juicio a sus antiguos beneficiarios. Grassi apostó a una fundación donde ponía su nombre por arriba de Cáritas (www.Pagina12, 22/8/2024).

-¿Y cuánto dinero le faltaría para terminar? preguntó Susana en el programa más visto de Argentina.

- Y...yo calculo que 600 mil pesos más- respondió su invitado J.C.Grassi. Un sacerdote está acostumbrado a manejar cifras grandes para caridad. 

-Padre, ¿pero qué se está construyendo, el Sheraton?- fue la réplica, azorada, de Susana Giménez al titular de la Fundación Felices los Niños. Corría 1998 y, por la ley de convertibilidad vigente desde 1991, $600 mil equivalían, en Argentina, a u$s600 mil.

Un pastor mediático, delincuente y abusador

El cura “violín” entró en millones de casas, gracias a la TV y había incorporado la apariencia de buen samaritano que ayudaba a pibes abandonados. El país transitaba el 2º mandato de Menem, un charleta  ajustador. Para agosto de 1998, había un acuerdo por el cual Hard Comunication, suministraba el software para el concurso telefónico "Su Llamado", debía abonar un porcentaje de los ingresos a la ONG de Grassi. En su época de esplendor, la fundación llegó a tener 52 sedes, alrededor de 400 empleados y asistió a 6.300 chicos en todo el país (www.clarin .ar22/8/2024). Todo estalló cuando el “violín” denunció que del programa de Susana le liquidaron menos dinero del correspondiente. Según él, le dieron $400 mil, un tercio de lo debido y la obra requería un millón, de ahí los $600 mil que urgían (www.lanacion.com.ar26/6/2020 “Investigan los sorteos de Susana Giménez”).  A mediados de 2001, el obispo de Morón tomó cartas ante la sospecha de irregularidades en la casa matriz de una fundación ramificada en CABA, Carlos Spegazzini, Isidro Casanova, Pilar, Ituzaingó, General Rodríguez, José León Suárez, San Martín y las provincias de Formosa, Santa Cruz, San Juan, Chaco y Santiago del Estero y que en Hurlingham albergaba 33 talleres de capacitación laboral, 8 hogares y 1 comedor por el que pasaban 1.000 chicos por día (Página12 22/8/2024). El nombre de Grassi estuvo asociado a abusos sexuales en 1991 y 2000, en esos años se radicaron las primeras denuncia en los tribunales de Mercedes y Morón. Ninguna causa avanzó entonces. El 23/10/2002 Telenoche-Canal 13, en horario central presentó varios testimonios de víctimas y de trabajadores de Felices los niños que denunciaban los abusos sexuales de Grassi. Cuando estalló el escándalo que acabó con Grassi (ese mismo año el Boston Globe había denunciado la red de pedofilia amparada por el arzobispado de Boston), ya hacía más de un año que no figuraba como presidente de su fundación. Monseñor Justo Laguna había degradado a Grassi a la categoría de "director espiritual", un eufemismo para hacer notar que no se ocupaba de asuntos materiales. 

Juicio y condena

La denuncia de abuso sexual no tenía antecedentes en la Argentina respecto de un miembro de la Iglesia Católica. En gran medida, los casos que se conocieron en los años siguientes fueron un rebote del caso Grassi, que en sus primeras semanas acaparó la atención de los medios. Grassi llegó a protagonizar una fuga en vivo y en directo cuando sostenía su inocencia por televisión y le avisaron que un fiscal se dirigía al estudio para arrestarlo. Se fue de allí decidido a no someterse a la ley. Se entregó poco después y lo excarcelaron. El delincuente adujo persecución y contó con el apoyo total de Raúl Portal, colocándolo al frente de la ONG de la que había desplazado a Laguna. En 2006 Grassi admitió problemas financieros; 3 años más tarde fue hallado culpable de 2 hechos de abuso sexual y corrupción agravada de menores y fue condenado a 15 años de prisión. Pasaron 4 años más hasta que Grassi fue a prisión en 2013, tras la apelación desestimada por la Corte Suprema Bonaerense. En 2017 la Corte Suprema Nacional confirmó el fallo. En 2014 le agregaron 2 años más a su condena, por malversación de fondos. Aún queda pendiente de resolución la denuncia por presunto uso de fondos de la Fundación, que Grassi habría desviado hacia la Unidad Penitenciaria Número 41 de la cárcel de Campana, donde cumple su condena. Grassi nacido en Lomas de Zamora en 1956, inició su carrera como catequista y escaló posiciones sin dejar de ser un párroco, se representó a sí mismo. Llegó a tener los abogados más caros del país y ahora que se recibió estando en cana, asumió su defensa en la audiencia en la que la justicia rechazó su pedido de "liberación anticipada", lo cual provocaba la preocupación de sus víctimas.

Bergoglio hizo más que cualquier otro papa para que el clero se adaptara a prácticas financieras modernas y la Santa Sede dejara la contabilidad en negro, sin supervisión ni controles. No obstante tuvo que librar una guerra interna con sectores conservadores que intentaron -incluso con nazis- numerosos blanqueos de capitales. Según los estándares de EEUU ni siquiera debería considerase al IOR un banco de tamaño mediano. 

El Vaticano fue acusado de violar la convención que protege derechos del niño. No sólo por falta de control sino por facilitar las autoridades religiosas que se cometan irregularidades y entorpecer los enjuiciamientos a sacerdotes acusados de atropello sexual, esto es una impronta presente. Se ha censurado al Vaticano por no tomar medidas que acaben con el abuso sexual a menores y preocupan las numerosas denuncias donde la Santa Sede eligió preservar la reputación de la Iglesia, protegiendo a los abusadores en lugar de los niños (www.news.un.org/es/story5/2/2014). Existe una gran preocupación porque a pesar que la Santa Sede aceptó la responsabilidad de los casos, los sigue mediante “el derecho canónico” que no contempla: protección, apoyo, rehabilitación ni compensación a las víctimas de abuso sexual", señala el informe.

     (*) De Política Obrera