Sebastián Franco*
Hace 35 años nació el Picódromo de Avellaneda, un espacio deportivo dedicado a las carreras de autos, más conocidas como picadas. Hoy, ese lugar que fue símbolo de pasión, encuentro y trabajo, cierra sus puertas por una decisión del departamento ejecutivo de Avellaneda. Desde diciembre de 2024, Rorena Andrada, en representación de quienes defendemos el Picódromo, se reunió en varias oportunidades con el intendente Jorge Ferraresi y con quien maneja la cartera de habilitaciones. Pese a los diálogos, finalmente se decidió el cierre. En cada conversación quedó claro que el municipio no estaba dispuesto a encontrar una solución real. Incluso, en una de las reuniones realizadas en el playón de estacionamiento del propio palacio municipal, el intendente llegó a afirmar que los dueños habían vendido las tierras, algo que fue desmentido por ellos mismos mientras seguían dialogando con él.
El Picódromo no era sólo un circuito: era un espacio que también ayudaba a la sociedad civil. Colaboraba con centros de jubilados, clubes de barrio y, además, prestaba su pista a la Escuela Técnica
N°8 de Avellaneda Gallardo para que sus alumnos pudieran practicar con los autos eléctricos que ellos mismos construían para competir con otros colegios técnicos. El cierre deja un saldo doloroso: al menos 30 personas se quedan sin trabajo, desde mecánicos hasta proveedores, incluyendo talleres reconocidos como el de Alifraco, que prepara autos para el TC. También quedan en riesgo 20 animales que vivían en el refugio dentro del predio y que, a pesar de la clausura, siguen siendo cuidados y alimentados por el equipo del Picódromo. Este deporte, lejos de fomentar la ilegalidad, ofrecía un espacio seguro y controlado, evitando que las carreras se llevaran a las calles, con el riesgo y las tragedias que eso implica. Con el cierre, el municipio pierde además la actividad económica que generaban los visitantes, quienes consumían en Avellaneda. Lo más irónico es que el mismo intendente declaró a Avellaneda como “Capital Nacional del Deporte” y al Picódromo de interés municipal. Por allí pasaron figuras como Carlistos Menem Jr. y hasta familiares de Emiliano "Dibu" Martinez.Como candidato a diputado provincial por la Tercera Sección Electoral por el espacio Tiempo de todos, Lista 980, no puedo mirar hacia otro lado. Esto no es sólo el cierre de una pista: es un ataque a una comunidad, a un deporte, a una fuente de trabajo y a un símbolo cultural de la región. El #NoAlCierreDelPicodromo es más que un reclamo: es la defensa de nuestra identidad, nuestro trabajo y nuestra pasión.
(*) Concejal en tercer lugar de LLA Lanús