lunes, 8 de febrero de 2021

¿Carnicería en las escuelas?


por Lisandro Martínez*

La Nación y Clarín lanzaron una campaña en la prensa escrita, oral y televisiva, para imponer la voz de orden del capital que manda reabrir escuelas y retomar las clases presenciales, liberando a los padres de la custodia de sus niños y que vuelvan a trabajar y producir más rentabilidad a las empresas, para reproducir el capital. La estrategia para provocar un falso “clamor popular” estuvo planificada por Alejandro Catterberg, de la empresa Poliarquía Consultores, especialista en “formar opinión” y candidatos truchos que pasaron a ocupar desde bancas legislativas hasta el sillón presidencial. Poliarquía es una oficina que responde a Clarín y a La Nación, que para apurar que el pueblo trague la cicuta, dice “que realizó una encuesta telefónica entre el 27 y 29/1/2021 sobre 1247 personas y el resultado” -dibujado a mano alzada- concluyó con un espectacular e imperativo titular en la tapa de La Nación el sábado 30/1: “El 65% cree que las clases presenciales deben empezar sí o sí”. Pero La Nación se desdice en la página 6 cuando aclara que “un 61% cree que los contagios avanzarán”.  
   El imperativo para que docentes y alumnos vuelvan a las aulas en condiciones inseguras es un acto desesperado y criminal, pensado sólo para engordar a los capitalistas. La improvisación del cogobierno de Larreta/Fernández, se hizo notoria cuando recién después de la reunión con los 17 gremios docentes, les hicieron llegar el borrador del protocolo, evidenciando la poca

importancia que le dan a las condiciones de salubridad.
    El Covid reveló el quiebre de una educación, articulada en presupuestos mínimos, con edificios derruidos y una pésima infraestructura sostenida por el esfuerzo de los trabajadores de la educación, padres y alumnos, muchos aportando a cooperadoras para sustentar la

continuidad.
        El cuadro mundial del Covid es de rebrotes, nuevas cepas y mutaciones: “La directora de la Organización Panamericana de la Salud, Carissa Etienne, advirtió que en América, (EEUU) más de medio millón de niños y niñas se infectaron de Covid y las cifras siguen aumentando”, según el “Centers for Disease Control and Prevention” (CDC), del 28/9/2020 que analiza las consecuencias de la reapertura escolar en EEUU.
 En el Reino Unido, “el comité de expertos que asesora al gobierno advirtió -sin que ninguna autoridad lo haya desmentido- que el índice de transmisión del virus subirá. Los científicos piden a Johnson que mantenga cerrados los colegios, cuya reapertura es para el 4/1/2021. Las variantes del virus se transmiten a niños y jóvenes y los expertos avisan que la vacunación aun suministrando un millón de dosis a la semana, no será suficiente para contener una tercera ola que ya desborda hospitales (www.elpais.com 29/12/2020).
   En Hamburgo en setiembre reabrieron las escuelas y en una ellas hubo 40  infectados. Merkel anunció que “Alemania no reabrirá escuelas” (www.pagina12.com.ar 31/1/201).
En México, el presidente López Obrador pide reabrir escuelas y dar clases presenciales en Campeche y Chiapas, estados de bajo riesgo. El sindicato docente pidió: “Primero se debe vacunar a todos los docentes” (www.Infobae.com 6/1/2021).
En Argentina el cogobierno del PRO/FDT está lejos de superar la “1ª Ola” y en cambio creció el contagio -1.900.000 positivos y 48.000 muertos-. El cogobierno obedece a las presiones que apuran la “normalización” del contagio directo, mientras la vacunación en CABA sólo es del 0,17 % y en PBA del 0,06% y apenas llegaron 820.000 vacunas (www.lanacion.com.ar 30/1/2021). No se ha vacunado a docentes, al personal de salud, a los trabajadores esenciales ni a los gerontes en riesgo, esto cuando Alberto se había comprometido que en enero llegaban 5 millones de dosis. Otra glosa de mal gusto fue la de Carla Vizzotti del Centro de estudios de enfermedades transmisibles de la Universidad, quien señaló que el gobierno evaluaba “dar una sola dosis de Sputnik V” (La Nación 11/1/2021) cuando es notorio que a los 21 días se debe aplicar el refuerzo.
    En un escenario universal calamitoso e incierto sobre la magnitud de contagios, rebrotes por nuevas cepas y mutaciones, los científicos están desafiados por el agravamiento que obliga a los estados a medidas drásticas, cerrando actividades esenciales e imponiendo toques de queda. En Argentina desbordada por la crisis, con un colapso sanitario en ciernes, sin medidas preventivas y con los trabajadores de salud agotados, el funcionariado en varios centros de salud limitó a una semana el periodo de vacaciones, cuando lo que corresponde es incorporar más personal para licenciar a los extenuados, quienes luego del descanso correspondiente por ley retomen sus tareas. Con esta falta de criterio obrero y con la espada de Damocles del retorno a clases presenciales “sÍ o sÍ”, el cogobierno del Pro y el Frente de Todos coloca a la población en la cola de los que van al matadero.
 Detrás de esta desmesura por volver a clases no hay un plan de superación ni interés por el futuro de niños, adolescentes ni adultos, más cuando se ha comprobado el fracaso de la educación virtual donde miles abandonaron por no tener las herramientas para acceder a las redes y porque el gobierno fue incapaz de asegurar computadoras y conexión a la totalidad de los hogares. Pero al cogobierno sus mandantes internacionales les han atado un cohete en el trasero que los obliga a tirar golpes a diestra y siniestra en medio de la impase política en que ingresaron.   
Otra vez “los históricos improvisados” no pudieron enfrentar el desafío de movilizar al pueblo argentino para que éste derrote una circunstancia adversa.   
Los K y los macristas pretenden instalar un régimen de súper explotación general que incluya dos modalidades: la virtual desde los hogares (sin horarios, con salarios a la baja, pagando útiles de trabajo, la energía eléctrica e incluso la reparación o reposición de equipos de computación, impresoras y compra de tinta y resmas, impulsando una liquidación de los convenios colectivos, avanzando en el achatamiento de las escalas salariales y desorganizando la defensa obrera colectiva) y la presencial, sin ninguna garantía sanitaria.
Acompañemos a la comunidad educativa a enfrentar el retorno criminal y la presencialidad en las actuales condiciones epidemiológicas. Preparemos el no inicio y la huelga general educativa en todo el país. En defensa de la educación pública y la salud, por el salario y las condiciones de trabajo.
 
   (*) Del Partido Obrero Tendencia