domingo, 21 de febrero de 2021

Femicidios: El estado misógino organizado

por Lisandro Martínez*

    Pocos días atrás la organización de DDHH Correpi consignó: “En lo que va del año ya son 44 femicidios en 40 días. En nuestro Archivo de Casos advertimos un porcentaje importante de los casos registrados de víctimas mujeres que son asesinadas  a manos del aparato represivo del estado y los hechos están relacionados con situaciones de violencia de género. En el caso de los femicidios perpetrados por los uniformados, el índice ha sido creciente, hasta llegar hoy a 389 sobre un total de 671 víctimas mujeres. Los datos fueron  extraídos de los registros a nivel nacional de fines de 2020. De allí surge un nuevo record: una de cada cinco mujeres es ultimada mediante el uso del arma reglamentaria.” (www.correpi.org 06/02/2021).
   A este detallado estudio de los índices de femicidios ahora se le suma una denuncia sobre una organización encubierta que manipuló la justicia en Rojas, que ante una serie de violencias a una mujer y sus hijas menores, nunca resguardó la integridad de Laura y de sus hijas. Su historia fue recogida por varios medios de comunicación, entre ellos: www.pagina 12.com.ar del 12 del 02/02/ 2021, www.AM750.com.ar11/02/2021, Agencia Nova 12/02/2021 y otros.

Insultos amenazas, golpes y destrozos
Laura Matheu fue una mujer golpeada, insultada, amenazada por su ex pareja y hostigada por el

aparato oficial judicial y policial, colocado a disposición de los intereses de quien agredía a la mujer y sus hijas, por lo que optó en 2013 por huir de la ciudad de Rojas con sus dos hijas para

ponerse a salvo de una pesadilla, planificada desde las instituciones públicas que debían protegerla.    
  Laura, hoy de 45 años, nacida y criada en Rojas es odontóloga y señala sobre el asesinato de Úrsula y su propia experiencia: "Lo peor es vivir en un lugar como Rojas donde la violencia es institucional". (wwwlacapital.com.ar 11/2/2021)
Cuenta que denunció 50 veces al padre de su hija menor, pero que en Rojas no le tomaron las denuncias en la comisaría porque era "fin de semana" o cuando iba a la madrugada, no la recibían porque no venía con un abogado.
Luego se comprobó que era el juez de Paz de entonces, Omar Fernández (jubilado en 2016), quien había ordenado no tomarle las denuncias y le señaló a Laura una vez sobre su hija: "Está con el padre", desestimando sus reclamos aunque las pericias psicológicas sobre el violento eran desfavorables y la hija, de 4 años sin cámara Gesell mediante, había manifestado ante el tribunal “no quiero ver a papá”.
El padre de su hija fue condenado a tres años de prisión pero obtuvo una suspensión del juicio a prueba y nunca cumplió pena alguna.
   Una agente policial en Rojas le dijo a Laura en una oportunidad: “Te pones perra”, cuando Laura denunció que su ex pareja no había regresado a su hija a la hora y en el día que se había dispuesto en sede judicial. Otra vez la hija enfermó de neumonía con mucha  fiebre, entonces no estaba en condiciones de salud para visitar a su papá. Para constatar si el cuadro febril era cierto la ayudante de la fiscalía de Junín, cuatro policías y el agresor, pese a la orden de restricción que pesaba sobre él, allanaron su casa.
El 17/5/2013 Laura decidió fugarse de esa trampa judicial que se había montado en Rojas contra ella y sus hijas y huyeron a Rosario.
  Laura rememora: "En Rosario se armó una red de profesionales, no obstante a los dos días de tramitar en Tribunales mi estadía me informaron que el juez de Paz de Rojas, Omar Fernández, había solicitado a un juez de familia de Rosario, Manuel Rosas, que me devuelvan a la ciudad de Rojas, entonces los profesionales que me atendían me aconsejaron trasladarme a un refugio para mujeres golpeadas”.

 “Poderoso caballero es don dinero” (Francisco de Quevedo)
El juez rosarino no accedió al pedido de su colega en Rojas pero la ex pareja de Laura, el golpeador que nunca pasó alimentos a su hija, la ubicó en Rosario y se presentó en el colegio donde la menor concurría. Luego argumentó ante la justicia que fue abandonado por su mujer y le inició una causa penal por secuestro de la niña. Todo esto puede hacerlo un personaje que tenga una billetera que abra puertas e imponga causas. En primera instancia un juez falló a favor de Laura pero el ex marido, asesorado por una abogada del rechazó la competencia de Fernández y dictaminó que la hija menor se quedaba con la madre.
Para enfrentar este nivel de descomposición y complicidad con los victimarios no corresponde inventar otras secretarías ni instituciones sino: 1. Habilitar a las organizaciones de mujeres y de DDHH para que tracen un protocolo de auxilio y protección sicológica y de vida sobre las mujeres y sus hijos en peligro. 2. Que los refugios para guarecer a las mujeres golpeadas y a los niños de la barbarie funcionen sin que oficialmente se publiquen sus direcciones y bajo la tutela de las organizaciones de mujeres y DDHH. 3. Los golpeadores deben ser individualizados y llevar un registro de ellos; se ha naturalizado que los casos de crímenes más horrendos se los recuerde por el nombre de la víctima y nunca del victimario. 4. Los agresores deben pasar a estar en una lista de victimarios que deben ser atendidos clínica y siquiátricamente y tener un seguimiento de su evolución. 5. Los Jueces que no protejan a mujeres y niños también deberán quedar registrados para evaluarlos. 6. Pericias siquiátricas y sicológicas anuales para todo el personal estatal, provincial y ciudadano del servicio de seguridad que tenga a su cargo la portación de un arma.
 
“Madre, yo al oro me humillo”  
Los agresores como la ex pareja de Laura se aprovechan de su posición social y económica que les otorga influencia sobre el poder político del lugar donde viven.
Las tres patas (justicia, represión y poder económico) es donde se apoya esta grave patología social que se descarga sobre mujeres y niños a través del castigo físico y el destrato síquico que termina con su vida o la marcan negativamente. Este proceso indica cual es el verdadero estadio social de barbarie y atraso que estamos transitando en el siglo XXI. Es una remake atrasada de las patronales más ruines de la década infame, cuando eran dueños de la vida y la existencia de todo lo que respiraba en sus estancias y por lo tanto, se imponían por arrebato como dueños del país.
Los trabajadores hombres y mujeres deben intervenir para acabar este padecimiento social y que la humanidad abra el camino a otra etapa de la evolución de nuestra especie.  
Elección y revocabilidad por voto popular de jueces y comisarios. Basta de manipulación desde el poder político que va haciendo girar por seccionales y juzgados a los elementos más comprometidos en los ideales misóginos.

     (*) Del Partido Obrero Tendencia