por Lisandro Martinez *
Con documentos del Vaticano y la Cruz Roja internacional, vinieron a la Argentina Erich Priebke (SS del Reich), principal colaborador de H. Kappler en “La masacre de las Fosas Ardeatinas”, donde asesinaron a 335 italianos y Klaus Barbie, jefe de la Gestapo de Lyon, verdugo de 4.000 franceses más 7.000 judíos y maquis llevados a campos de exterminio. (https://www.eltiempo.com 29/09/1991).
En 1997, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) publicó el «Proyecto Testimonio». 2 tomos, 650 páginas, 6.000 imágenes documentales y 400 fotos que dan cuenta de los “trabajos para trasladar refugiados nazis de Alemania -u otros países de Europa- a la Argentina”.
“Los salvoconductos sirvieron a Adolf Eichmann y a Josef Mengele para establecerse en Argentina (“Ustashas: el ejército nazi de Perón y el Vaticano”, Ignacio Montes de Oca-Ed. Sudamericana 2013).
“Al final de la guerra, Eichman quedó bajo custodia yanqui pero “…se escapó”. En 1946 con ayuda del Vaticano huyó a la Argentina. Aquí vivió 14 años bajo varios alias, entre ellos Ricardo Klemen. En 1960 la Mossad lo secuestró y lo llevó a Israel donde lo enjuiciaron y ejecutaron. Eichman y sus asistentes enviaron a la muerte a 44.000 judíos húngaros (https://encyclopedia.ushmm.org/Enciclopediadel Holocausto).
El croata Mile Ravlic fue custodio personal del general Perón durante su estadía en Madrid bajo el alias de “Milo Bogetich” y, según Montes de Oca, fue uno de los organizadores de la
Otro de los croatas asesinos en la Argentina fue Dinko Sakic quien en 1998 fue descubierto por Canal 13 viviendo en Santa Teresita. Había sido responsable de la muerte de 600.000 personas en el campo de Jasenova en Croacia (www.pagina12 07/04/1998).
Otto Skorzeny de la SS, “niño mimado” de Hitler, cobró fama por rescatar a Benito Mussolini y en Argentina entre 1946/57 fue custodio de Eva y Juan Perón (www.bbc.com 02/01/2015).
En menos de un mes de febrero a marzo de 2022 fueron editados dos artículos sobre un mismo tema de 2 personas que intentan desmentir que el gobierno de Perón en 1946 sirvió como lanzamiento de la “Nueva Odessa”.
“Las Ratlines” popularmente llamadas “ruta de ratas” es por donde se escabulleron criminales de guerra nazis, responsables de campos de concentración y “científicos” que en los campos de exterminio experimentaban con prisioneros, nuevas “medicaciones”, tratamientos, implantes, etc.
Los 2 artículos -que parece- no llamaron la atención se titulan -para ver su similitud desde el arranque- “El mito de la Argentina como santuario nazi” de Ezequiel Adamovsky y “El mito de la Argentina como refugio nazi” de Ariel Duzdevich.
En ambos casos se intenta salvar la honra al gobierno derechista de Juan Domingo con maniobras de distracción. Uno de los autores ex militante de la JPRA de Isabel y Lopez Rega señala que “si la Argentina hubiera sido el ‘paraíso de refugio nazi’ que nos cuentan algunos novelistas locales, no hubieran en Israel condecorado a Perón inaugurando un bosque llamado Presidente Perón en 1955”.
Mientras, el autor de “El mito de la Argentina como santuario nazi”, defiende críticamente a Perón señalando: “Es cierto que hubo sectores del ejército que apoyaban a Alemania y que algunos participaron del golpe de 1943 del que también participó Perón. También es cierto que notorios criminales como Adolf Eichman o Erich Priebke se escondieron en la Argentina luego del fin de la Segunda Guerra mundial”.
Perón en su gobierno también le vendió carne a Stalin para alimentar los campos de concentración instalados por el régimen criminal. Todos sabemos que Perón no simpatizaba con comunistas pero en sus relaciones comerciales no le hacía asco a nada y por lo tanto nunca denunció los campos de exterminio stalinistas en la URSS.
En el caso de Israel hay que decir que la aparición del estado sionista avasalló derechos ancestrales de los árabes habitantes históricos de Palestina y que al gobierno peronista no le importó. Desde Auschwitz en 1944 un prisionero judío y marxista, Abraham León, escribió: “El sionismo que pretende extraer su origen de un pasado 2 veces milenario, es en realidad el producto de la última fase del capitalismo”.
Otro peronista llamado Rodolfo Walsh escribió en “Miradas para Palestina” (Ed. Tierra del Sur): “En medio siglo el sionismo reemplazó la población árabe de Palestina por inmigrantes europeos”. Los fundadores del sionismo negaron eso y el escritor Max Nordau se vió con el “padre” del sionismo Teodoro Herzl y le dijo que “en Palestina hay árabes, vamos a cometer una injusticia”. En 1947 la ONU quitó a los palestinos el derecho a tener patria. El gobierno peronista comercializó con el estado sionista y se consustanció con los expropiadores, se puso de su lado y contribuyó a reforzar la ocupación ilegítima de Palestina. Por lo tanto ponerle “Presidente Perón” a una arboleda es un plato de lentejas que no paga la política de hacerse el dolubo, mientras la ONU avasalla un pueblo indefenso.
"Ludwing Freude, un alemán empresario en Argentina, fue amigo de Perón y en los años 30 afiliado nazi al Partido Obrero Nacional Socialista argentino. Luwing era del espionaje nazi en Argentina y se encargó de fondos y actividades diplomáticas cuando cerró la embajada Alemana en 1944. Rodolfo Freude, hijo de Ludwing, era una de las manos derechas de Perón, ministro de Guerra, secretario de Trabajo y vicepresidente del gobierno nacionalista. La derrota alemana hizo tambalear al gobierno militar filonazi argentino y cuando en 1945 Perón renunció, Ludwig le prestó un aguantadero para que se borrara; allí fue detenido y luego liberado el 17/10/1945 por la movilización popular. Perón protegió 2 veces a Ludwing Freude de ser extraditado e interrogado en Alemania por los Aliados” (Página 12, 20/10/2013). Y continúa Página 12 del 20/10/2013: “A Rodolfo Freude en 1946, Perón lo llevó a la Rosada como director de Informaciones y lo puso a organizar la Odessa que le regalaría a la Argentina ‘tesoros’ como Erich Priebke o Adolf Eichmann” (periodista Sergio Kiernan).
Sería saludable que los peronistas abrieran una investigación sobre la organización de la Triple A y la responsabilidad de Juan Perón y el rol de la burocracia sindical en la desaparición del activismo obrero.
(*) Del Partido Obrero Tendencia
