martes, 17 de mayo de 2022

Altamira en ATE Lanús: Informe y debate sobre la guerra


por Lisandro Martínez*  

El viernes pasado, Altamira (foto) de Política Obrera informó en ATE Lanús a salón lleno sobre la nueva situación política mundial surgida con el inicio de la guerra imperialista que busca un nuevo reparto del mundo, de sus riquezas y reservas naturales para consolidar nuevamente el poder político y económico mundial para los grandes monopolios reforzando su dominación.

La guerra y el horror de la guerra es la expresión más brutal del retroceso civilizatorio al que se encamina decididamente el capitalismo y la necesidad imperiosa que surge para los trabajadores de suplantar al régimen agonizante por uno fraterno, humano y de carácter revolucionario que use los adelantos tecnológicos y los ponga al servicio de las mayorías.

La pandemia anticipó esta guerra mundial

La burguesía concentró inmensas fortunas en pocas manos devastando durante  décadas al medio ambiente. Avasallando leyes de la naturaleza, abrió nuevos nichos de negocio y en la escalada los grandes monopolios provocaron la pandemia del virus que está lejos de haber sido superada y que ya anuncia en varios puntos del orbe su rebrote. La pandemia arrasó

con los sistemas de salud, que antes fueron vaciados por privatizaciones, sin hacer distingo entre países más o menos desarrollados, el Covid puso de relieve la crisis habitacional en la que habita un elevado porcentaje del género humano al que el régimen de explotación considera sector de descarte.     

La iniciativa inmediata de ir a la guerra, “concluida la pandemia”, desenmascaró el grado avanzado de decadencia histórica del capitalismo que exacerbó la polarización entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción existentes. Convirtió una vez más esas fuerzas productivas en destructivas produciendo armas nucleares que pondra a prueba en esta contienda. Esta es una guerra eminentemente mundial que se alimentó de guerras locales preexistentes llevando la lucha de clases a nivel internacional. El capital pretende un nuevo reparto del mundo, que abre la cancha a revoluciones y guerras civiles. Sin esta caracterización es imposible hablar sobre las perspectivas una vez más del fascismo que es una variante disimulada de varios gobiernos (EEUU, Ucrania, Rusia, etc, etc), que sólo levanta cabeza en la etapa de guerras y revoluciones.

La intervención de la OTAN en Kosovo en 1999 constituyó una de las primeras manifestaciones del expansionismo imperial que la burocracia dedicada a restaurar el capitalismo en Rusia dejo pasar.

Primeros pasos de guerra mundial

Esta guerra mundial constituye, un viraje histórico, donde el capital va a una confrontación militar como estrategia mundial, que envuelve a la totalidad de los Estados, mientras el paparulaje habla de democracia y de libertad de empresa. Es una guerra contra Rusia, China, y contra el núcleo duro de la UE, Francia, Alemania e Italia, a los que hay que disciplinar. Es el intento de coloniaje de mayor amplitud del imperialismo mundial en toda su historia, y del otro lado es el derrumbe de la burocracia estalinista encarnada en Putin (un sobreviente de la destrucción de la URSS) que intenta, mediante la inserción de su vasto territorio, en especial el Asia Central, constituir Eurasia, como otro escalón capitalista pero con su propio mercado, un absurdo.

La guerra de la OTAN con sus 30 países adherentes, es una maquinaria de destrucción, contra Rusia. Es una crisis próxima a estallar en cadena, que involucrara a todo el imperialismo y a sus satélites que deberán pronunciarse. Hasta la social democracia sueca pidió incorporarse a la OTAN y tambien lo hizo Finlandia. Mientras Ucrania una plataforma fascista que pidió su ingreso, a la máquina de guerra por ahora fue rechazada por EEUU.

Biden y Putin

Biden y Putin son dos emergentes diferentes y contradictorios: uno encarna el imperialismo mundial, desarrollado durante 600 años y el otro al estalinismo que alentó la creación de una oligarquía chorra que confiscó la propiedad estatizada por la revolución social en la URSS para especular financieramente en  Londres y Frankfurt. Biden y Putin son elementos distintos y confluyentes a la carnicería.

 La guerra acelerara la crisis mundial y va a modificar el curso de la historia. La primera y segunda guerra afectaron ‘decisivamente’ el orden establecido, las revoluciones en Rusia y China fueron un acicate para luchar por el poder obrero en todo el mundo. El calor de la guerra imperialista con sus rompehuelgas parió al fascismo surgido del seno patronal como intentona de armar un contingente de asesinos que fuera el  ordenador de la política empresarial y verdugo de las revoluciones.

¿Y en Argentina?

Las petroleras internacionales y chupatetas de Vaca Muerta, aprovecharan la guerra para convertirse en exportadoras de combustibles, arrastrando a gobierno y oposición a bendecir el vaciamiento y la entrega nacional.   

Necesitamos construir un partido basado en un programa estratégico para  comenzar un trabajo metódico y de largo aliento.

La expropiación del capital va a provenir de la comprensión de la vanguardia obrera independiente que supere a la burguesía.

Los sindicatos burocratizados no pueden vehiculizar reclamos y reivindicaciones. La izquierda en Argentina que podría ser un faro mediante un programa de clase ¡reclama votos!

Internacionalmente asistimos al derrumbe de las organizaciones de izquierda, quienes apoyan a la OTAN o a Putin, en un Boca/River que los descalifica.

A la crisis de los aparatos políticos de la izquierda y sindicales, se suma la inseguridad de la existencia y la inquietud monumental de la juventud frente a un régimen social sin futuro alguno.

Congreso de trabajadores ocupados y desocupados

Con este pronóstico donde la rebelión popular es uno de los fenómenos  presentes en Latinoamérica y otras regiones del mundo nos lanzamos a la campaña por poner en pie un Congreso Obrero por todas las reivindicaciones y el gobierno de los trabajadores.

 Nuestros pronósticos sustentan nuestra acción y surgen de la experiencia diaria de la práctica y alimentado en la clase obrera, los desocupados y la juventud que fogoneados por la brutalidad de los gobiernos patronales que actúan como verdadero motor de la rebeldía: sin dar respuestas para jóvenes, desocupados, jubilados y trabajadores. 

Nuestros pronósticos son la base política de la agitación que es el método de diálogo de la vanguardia con la masa.

       (*) De Política Obrera