miércoles, 18 de octubre de 2023

Faltan pocos días para elegir nuestro destino


por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com.

Igual que durante la pandemia queda demostrado que, para nuestro gobierno,  sobre cualquier circunstancia, siempre primero está la vida. Gracias entonces por traer desde Israel a cientos de argentinos en peligro por la guerra. Fue y es impecable la organización del puente aéreo para repatriar a centenas de compatriotas, y magnífica la tarea de nuestra cancillería, cuyo titular es el  Dr. Santiago Cafiero, para entregar, sanas y salvas a sus hogares, a  las personas  que por distintas razones se encontraban en Israel. Gracias también a Aerolíneas Argentinas que por fortuna conservamos como línea estatal de bandera. Muy valioso además es que se continúe trayendo a todas aquellas y aquellos que aún permanecen allá y desean regresar a nuestro país. Así, eficientemente y con un profundo sentido de humanidad, el gobierno nacional reaccionó, rápido de reflejos, cumpliendo una vez más con el deber de salvaguardar vidas. Ayer lo hizo frente a la desgracia de una tremenda epidemia. Hoy lo hace ante el peligro que significa la ferocidad de la guerra en un territorio de alta peligrosidad dónde los sectores en pugna no reparan en sembrar muertes a diestra y siniestra.

No está en nosotros opinar desde esta modesta columna, a miles de kilómetros de distancia, de que lado se encuentra la razón. Si sentimos el deber moral de condenar la sinrazón de la guerra. 

 Ahora, en  este mundo convulsionado, permanentemente  al borde de brutales enfrentamientos bélicos

y conmovido por conflictos en los cuales hay que lamentar la perdida de miles de vidas,  la destrucción de parte de importantes ciudades y de sitios culturales de alta significacion histórica, es fundamental sumar esfuerzos a la lucha por la paz y por la democracia.

Es necesario que cada uno de nosotros, desde el lugar que ocupemos,  propongamos acciones de repudio a los mensajes de odio y a la incitación a la violencia en cualquiera de sus formas. Aquí, en la Argentina, faltan pocos días para que podamos dar nuestra opinión a través de las urnas. No se trata de una elección más. Seguramente, en estos comicios, se definirá el futuro de nuestro país. El peronismo no llega en las mejores condiciones pero, aún así, sus gestos y propuestas son infinitamente superiores a lo que muestran Patricia Bullrich y Javier Milei, dos candidatos que por dónde se los mire son la antítesis de lo que necesitamos para construir un futuro en paz y con progreso. Sinceramente duele comprobar que la política  nuestra haya descendido tanto   como para que personajes de tan bajo nivel  como estos estén disputando nada menos que la presidencia de la Nación. 

Exterminar al adversario, destruir la moneda, vender el patrimonio nacional, eliminar a los sindicatos, las obras sociales y sus dirigentes, quitarle derechos a todo el mundo, terminar con la escuela estatal, destruir a los hospitales forman parte del catálogo de intenciones de este dúo de exaltados, dignos de figurar en las páginas del bestiario de la literatura medieval. Personajes que para colmo, por sus ideas respecto a la política internacional, si fuesen elegidos por una decisión suicida de nuestro electorado, colocarían a la Argentina como objetivo en la mira del terrorismo. Ya lo sufrimos en épocas del menemismo cuando ocurrieron los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel.

El peronismo entre sus aciertos ha cometido errores. Es verdad. Pero es indudable que se trata de la única fuerza política con capacidad y vocación de gobernar para todos con sensibilidad social.

Faltan apenas unos pocos días para elegir nuestro destino. El pueblo tiene la palabra.

   (*) De Iniciativa Socialista