El relato corresponde a una persona que trabaja desde hace años en la comuna en la oficina de Desarrollo Social de la calle Melo y que pide reserva de su identidad. Dice que esa oficina “es un desastre y veo muchas cosas que me indignan como nunca, como que todos los meses las trabajadoras sociales no cobren en fecha, porque son monotributistas y no puedan pagarse el boleto de colectivo mientras la secretaria -es Eugenia Meana, de Carlos Tejedor y vive en capital- y su séquito, se van y vienen todos los días en vehículo municipal, llevadas por un chófer municipal hasta CABA, lugar donde residen. Porque son de ahí, siendo que el intendente criticaba a la gestión anterior por traer funcionarios de afuera que no conocían el territorio. Encima de que no conocen Lanús, hay desorden y maltrato generalizado con el personal y es mucha la demanda de los comedores por la falta de comida. Hace un par de semanas por ejemplo, quedaron acéfalas varias direcciones, porque dejó el cargo la subsecretaria de Promoción, Mayra Daporta, ex concejala del espacio del intendente, aparentemente por diferencias políticas. Tanto fue el despiole las últimas semanas que parece que ya habría fracturas porque Julián no habría defendido a su gente. Hay desorden y mal clima, no se puede trabajar bien. Se nos voló el techo, y se llovió todo en el temporal, tenemos los baños rotos, etcétera y nadie se hace cargo, ni los funcionarios ni los dos sindicatos que andan desesperados por conseguir cargos y no defienden a los trabajadores. Y el martes nos enteramos que dos trabajadoras sociales que tienen muchos años en Desarrollo, y que estuvieron al pie del cañón por las tormentas, no renuevan su monotributo porque les ofrecen una miseria, y el próximo aumento recién es en julio. Una vergüenza, y no se valora el trabajo de estas profesionales, tan importante hoy en día, mientras contratan funcionarios políticos con sueldos exorbitantes”.
