martes, 15 de julio de 2014

La semana en pocas palabras

Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

En la última semana no se conocieron datos económicos duros y la atención estuvo centrada (además de en la copa mundial de fútbol) en las reuniones que representantes del gobierno nacional y los holdouts mantuvieron con Daniel Pollack, el mediador impuesto por el juez Thomas Griesa para arribar a un acuerdo respecto de la forma de pago de su sentencia sobre el caso argentino.
En la reunión del día lunes en NY, desde el gobierno se insistió en la necesidad de que el juez reponga la medida cautelar levantada por la cámara de apelaciones, además de que el magistrado deje sentado que un eventual acuerdo con los holdouts respondería a una orden judicial y no a una decisión voluntaria de las autoridades argentinas. De ambos pedidos, los cuales apuntan a eludir la cláusula RUFO (Rights upon future offers), que impide realizar voluntariamente a tenedores de títulos en default una mejor oferta que la efectuada a los acreedores que ingresaron en los canjes de los años 2005 y 2010 antes del 2015, la opción más plausible es que el juez reponga la cautelar. Si bien esta opción no elimina los riesgos de litigios residuales, su reposición permitiría ganar tiempo para negociar y poder realizar los pagos de la deuda performing que no pudieron llevarse a cabo el pasado 30 de junio, evitando un inminente default técnico una vez vencido el plazo de gracia de 30 días, a la vez que se avanza en coordinar una compensación a los fondos litigantes para el año próximo, procurando sortear la cláusula RUFO.
Por otro lado, tras su reunión con Pollack del día miércoles, los abogados de los holdouts dejaron trascender su predisposición de llegar a un acuerdo que limite los riesgos legales para el gobierno argentino, en la medida que para ambas partes la mejor solución sigue siendo una en la que los fondos cobren lo dispuesto por Griesa, aún con algún rezago o en bonos, resultando el escenario de un nuevo default el menos conducente para todas partes
involucradas en el proceso.
Ante estas novedades, y a la espera de la reunión prevista para hoy con los abogados argentinos, los mercados respondieron positivamente. La mayoría de los títulos públicos, tanto con legislación local como extranjera, registraron aumentos en sus cotizaciones, lo que empujó al riesgo país a 593 puntos básicos, su menor nivel desde el año 2011. En tanto, los seguros contra un default de la deuda argentina (CDS) capturaron una menor probabilidad de ingresar en cesación de pagos, mientras que el índice MERVAL tocó un nuevo máximo (nominal) histórico.
En materia cambiaria, primó la estabilidad en los distintos mercados. El tipo de cambio oficial se mantuvo casi inalterado, registrándose recién sobre el final de la semana los primeros indicios de una mayor flexibilidad (luego que el Banco Central mantuviera virtualmente congelada la paridad cambiaria ante la incertidumbre desatada tras la negativa de la Corte Suprema de Estados Unidos de tomar el caso argentino, a mediados de junio), a la vez que el tipo de cambio paralelo (blue) operó a la baja, cayendo por debajo de los $12 por dólar. Por último, en su última licitación de Letras, el BCRA absorbió $5.300 millones, luego de tres semanas en las que no había podido renovar la totalidad del monto vencido, lo cual podría estar señalando una menor predisposición de los bancos a estar líquidos, asignando una menor probabilidad a un escenario disruptivo.
En síntesis, las últimas novedades en la saga de la deuda apuntan en dirección a un acuerdo, siendo la reposición de la medida cautelar (stay) un potencial primer paso en este sentido.