Si se cumple la promesa de los trabajadores de maestranza y mantenimiento, la sesión de mañana los concejales la van a tener que hacer a los gritos, porque los ordenanzas están cansados de quedarse después de hora y recibir migajas a cambio. Y lo de las migajas es literal: ¡Este cronista vio el recibo de haberes de un trabajador con años de municipal y no llegaba a los $2.500! Esto sucede en el concejo, donde su presidente Hector Bonfiglio -cuyo salario es un misterio- la va de montonero luchador de la inclusión la justicia social y los derechos humanos.
Y vayan para comparar y como ejemplo, los sueldos de algunos concejales: Francisco Malvaso y Daniel Piccolo -los dos sindicalistas además- son de $24.00 para cada uno. Claudio Bosio cobra -además de las propinas dariistas- $20.000, y la camporista Adriana Damone $18.000. ¡El doctor Daniel Simón, al que Omar López puso como director de Relatores (sic) hace unos meses, cobra $18.000, y nunca va a trabajar! Y la jefa Silvana Recalde que tiene que poner la cara para que los trabajadores rasos se queden después de las 13:00, cobra $17.600.
Mientras que para los de maestranza y mantenimiento, no hay ascensos no hay ni ropa de trabajo, y un detalle escatológico: En los baños de damas y de caballeros del deliberativo en lugar de papel higiénico hay pedazos de hojas de diario (dicen que Bonfiglio compra La Defensa para ese menester).
Por eso mañana, los laburantes “negritos” prometieron que a la una en punto se retiran, y entonces el recinto se quedará sin quien maneje el equipo de audio.
