lunes, 29 de septiembre de 2014

La Fortaleza de una fiesta

por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com

Me resulta imposible contar un encuentro tan importante como el que acaban de animar Lanús y River, que culminó empatado en un gol, sin hacer una primera referencia al imponente marco que entrega últimamente La Fortaleza en cada presentación del equipo. En coincidencia con el mejor momento de su vida institucional y deportiva, los granates se preparan para celebrar cien años de vida, recordando y honrando la memoria de las glorias pasadas, y también de las derrotas y los sinsabores. De los despojos y los perjuicios de parte de la Asociación -hija de su- Madre. No solo el espectacular recibimiento del equipo, también el respeto de los rivales y la atención de la prensa dimensionan y resaltan el que tal vez es sea el mayor milagro del fútbol argentino a nivel clubes. Este enorme Lanús campeón sudamericano e instalado en el tope de todas las tablas del fútbol argentino y mundial, los resultados y no la opinión de nadie indican que es el 4º club del mundo, el mismo Lanús del descenso del 49, el de Los Globetrotters y Los Albañiles, el que perdió la final con San Telmo, el que jugó tres años en la “C”, el mismo que jugó con Piraña, no deja de asombrarme. Y no me puedo olvidar de los que se rieron de mí hace diez años atrás, cuando empecé a afirmar muy seriamente y con argumentos que esto iba a ocurrir.
  River arrancó este campeonato con un andar casi perfecto, imponiendo clara superioridad sobre todos los equipos que enfrentó. Llegando a la mitad del torneo, con un plantel integrado por jugadores conocidos que nunca han tenido un nivel así, como Funes Mori, Maidana, Sánchez, Rojas, Vangioni, Poncio, Mora y Teo Gutiérrez, estaba a un paso de sacar seis
puntos de ventaja, algo que hace mucho no ocurre en el fútbol patrio. Se trata de un plantel corto que debió afrontar en simultáneo la Copa Argentina, y un partido postergado ante Arsenal que terminó en empate, que sumado a esta igualdad en Lanús le impidieron cortarse. Sigue en punta, pero acosado por Lanús y Newell’s y no tan lejos de los demás. El muñeco Gallardo sabía que sus jugadores llegaban agotados, sabía que el próximo domingo recibirá a Boca, pero también sabía que Lanús es uno de los rivales a vencer, que una derrota en el sur podría ser el principio del fin del sueño de campeón. Por eso puso a los titulares, salió a ganar, y dominó durante los primeros treinta minutos, cuando el físico lo acompañó, hasta que ese dominio se hizo estéril, el local  le empezó a ganar las divididas y lo agarró en una contra fenomenal, donde el entendimiento de la dupla ofensiva que conforman Acosta y Romero, algo que venimos señalando desde el partido con Racing, fue el factor principal del gol marcado por Acosta a los 36 minutos. En la jugada coinciden la salida clara de Ayala para Romero, el Laucha volviendo a ponerse habilitado después de haberse pasado en el pique inicial, Romero haciendo la pausa, muy perspicaz, y entregándole la pelota entre líneas en el momento justo para que Acosta quede en posición de remate de primera, a un solo toque. La maniobra fue hecha con gran precisión y a velocidad supersónica. Esa es la carta ganadora de Lanús. El problema es que Gómez sigue siendo un problema, aunque la buena noticia es Braghieri mejoró.
  El complemento se jugó en un ring donde la potencia y la pierna fuerte imponían condiciones. River no encontraba el camino del descuento, seguía perdiendo las divididas y los quince finales eran el segmento propició para que Lanús lo defina con otra contra letal. Pero a los 25’ Teo Gutiérrez dominó en tres cuartos con demasiado tiempo y terreno -el “Problema Gómez” sumado a la ausencia de Somoza- y un tiro que era papita pal loro para Marchesín se desvió por un roce maléfico en la cabeza de Braghieri, marcando el empate que sería definitivo, en un encuentro muy peleado pero con pocas situaciones de gol, donde el resultado se ajusta a los merecimientos. Lanús no lo pudo alcanzar, pero acortó diferencias y se mantuvo en carrera. Los dos tendrán compromisos difíciles: El Grana viaja a Rosario para enfrentar a un Central lleno de dudas, donde algunos referentes no coinciden con la forma de jugar del entrenador Miguel Ángel Russo, y con un público multitudinario que empieza a manifestar su descontento. No parece ser un mal escenario para imponer condiciones. River recibe a Boca, y nunca nada está dicho antes de jugarse un superclásico, una victoria puede ser el combustible anímico que parece estar faltándole a sus jugadores para seguir rumbo al título, la derrota un baño de realidad, el despertar de un sueño de campeón holgado, un imposible del fútbol de por acá, la conformación de un bajón y hasta el inicio de una crisis futbolística. 
  La mayoría de las instituciones argentinas han cumplido cien años en medio de enormes problemas institucionales, económicos y deportivos, algunos son vecinos y adversarios acérrimos, y todos han festejado su centenario, un tiempo que contiene una historia muy querida para los socios y simpatizantes de cada entidad. En mayo de este año, Lanús ocupó el cuarto lugar del Ranking Internacional de Clubes de la FIFA, detrás del Bayern Munich, el Athlétic y Real Madrid y por delante del Barcelona de Messi y sus muchachos. Vélez en el puesto 20 y San Lorenzo en el 23, los argentinos mejor ubicados que aparecen en la tabla. No lo digo yo, ni el jefe de la barra brava granate, ni el cobrador del club, lo dice la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS) en su página http://www.iffhs.de/cwr-may-2014/. De aquí al día de su cumpleaños, Lanús está a cuatro rivales de ganar nuevamente la Copa Sudamericana, y a diez partidos de lograr el título de Primera División que está peleando palmo a palmo con River. Independientemente de los resultados que obtenga de aquí a fin de año, la fiesta ya se está viviendo en cada presentación de Lanús en La Fortaleza, y la del 3 de enero de 2015 va a ser una jornada inolvidable.