martes, 12 de mayo de 2020

¿De que grieta me hablás?

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

Un periodista maloliente, cuya descomposición física y moral hace que despida olores nauseabundos, puso de moda la palabra grieta para describir la división que existe en nuestra sociedad. Por esas cosas que tenemos los argentinos, el término elegido por este personaje hoy está en boca de mucha gente que, dentro del bla bla bla cotidiano, cuarentena mediante, navega por los ríos de la incertidumbre sin dejar de odiar a quien o a quienes ha seleccionado para apedrear porque considera que habita en el territorio contrario a sus preferencias. Dicho en lenguaje liso y llano: aquí, cada quien sigue puteando a todo aquel o a aquello que por diferentes razones le tiene inquina y así continuaremos como siempre, optando por blanco o negro. Que nadie se ilusione pensando que pasada la pandemia, si alguna vez pasa, vamos a salir todos a abrazarnos y besarnos para sellar la gran unidad nacional de los argentinos. Un cuerno. El explotador seguirá explotando y los explotados continuarán siendo esclavos si no deciden cambiar radicalmente las cosas y dar vuelta la tortilla definitivamente. Como es tradición entre nosotros, permaneceremos siendo los unos y los otros.
Vayamos nuevamente a la palabreja, hoy en boga (grieta) cuyo significado, según cualquier diccionario, es el siguiente: “Abertura alargada y con muy poca separación entre sus bordes que se hace en la tierra o en un cuerpo sólido, generalmente de manera natural”. Y también: “Abertura estrecha, alargada y superficial que se produce en la piel y las membranas mucosas.”
Por lo tanto, el periodista de marras se equivocó con el término, pues la anchura que nos separa a los argentinos es inmensa y su profundidad, abismal.
Después de que la mayoría de nuestro pueblo decidiera expulsar al macrismo del gobierno en octubre pasado mediante un triunfo categórico en las urnas, parecía que, por fin, teníamos la posibilidad de salir adelante y llevar a nuestro país por los mejores caminos. Comenzó a afirmarse y crecer el liderazgo de Alberto Fernández como flamante presidente
de la Nación, se tomaron de inmediato medidas muy positivas que aliviaron un poco la situación de los más humildes, dieron cierta tranquilidad a trabajadores, confianza a sectores importantes del empresariado y se instrumentó una práctica política basada en el diálogo que posibilitó acercar a representantes de diversos intereses. Tuvimos la sensación de que se produciría el tan ansiado despegue del país a pesar de que habría que construir sobre los escombros dejados por Mauricio Macri y su banda de saqueadores.
Pero llegó lo inesperado. Como en varias partes del mundo nos afectó una peste que se conoce cuando comenzó, no se sabe cuando terminará ni se tiene idea – aún -como se debe curar la enfermedad que se propagó por el planeta.
De manera que los tiempos que vienen serán, sin lugar a dudas y podemos afirmarlo con total certeza, mucho más difíciles que cualquiera de los vividos en las peores crisis del pasado. Ya se nota en nuestras calles un aumento notable de la mendicidad y se oyen voces de desesperación de quienes han perdido todo al perder sus pequeños o medianos emprendimientos que fueron el resultado de grandes esfuerzos en años de trabajo. Ni hablar de aquellos que se quedaron sin trabajo o no tienen donde ir a vivir.
Es entonces en medio de este cuadro dramático y en condiciones totalmente adversas desde donde deberá conducir la marcha de nuestro país el Dr. Alberto Fernández quien, gracias a la visión y grandeza política de Cristina Kirchner y al apoyo popular está obligado a liderar un proceso político, social, económico y cultural mucho más complicado que cualquiera de los conocidos en los más de cien años anteriores.
Esta enorme tarea que le espera a nuestro presidente merece ser acompañada solidariamente y con total lealtad. Esto seguramente lo haremos quienes anhelamos vivir en un país justo y definitivamente soberano, o sea los que estamos en una de las orillas donde habita la porción mayoritaria de la sociedad argentina. De aquellos que sostuvieron al macrismo, a sus cómplices y de los que con su apoyo electoral posibilitaron cuatro años de endeudamiento, indignidad y miseria nada se puede esperar. Es más: probablemente por su odio a las clases populares y su brutal antiperonismo tratarán de poner en el camino todas las trabas posibles.
El conservadurismo neoliberal debe ser combatido, los responsables de habernos sepultado en el atraso, de intentar deformar nuestra cultura, y entre otras barbaridades negar a nuestro próceres, deben ser juzgados y encarcelados.
Que en estos momentos aciagos Alberto Fernández se vea obligado a sentar en mesas de conferencia de prensa a funcionarios macristas o en fugaces pasadas por el conurbano a caminar algún trecho con ellos, se puede justificar en atención a las dificultades de la coyuntura. Total, ellos, en estas circunstancias, participan como puntos y no como banca. Igualmente debemos estar atentos y vigilantes para evitar que, por el río revuelto, se nos meta “la traición dentro del rancho”. Asimismo, sugerimos fraternalmente a los compañeros del campo popular que pertenecen al Frente de Todos actuando en la función pública o como militantes de organizaciones populares, que no es buena la cercanía con el macrismo. Los ambientes neoliberales suelen ser tóxicos. Por un lado se hacen los amigos y por detrás, como ocurrió recientemente, organizan protestas opositoras aún a riesgo de la salud de la gente. Intentaron romper lo que denominamos “cuarentena” y fracasaron. Pero hay que tener presente que ello significó un atentado gravísimo contra la salud pública. Juan Perón, con el seudónimo “Descartes”, allá por 1945 escribió una excelente nota alertando sobre el peligro que significa acercarse o pactar con el enemigo. A ese magnífico trabajo lo tituló “ Así paga el Diablo”. Es muy recomendable buscarlo y leerlo. La opinión del General siempre es valiosa. Como es valiosa la unidad del peronismo, cuestión que en Lanús habrá que considerar a fondo. Con profundo dolor debemos admitir que respecto al tema de la unidad peronista, en nuestra comarca no estamos dando un buen ejemplo.   
   
   (*) De Iniciativa Socialista