lunes, 17 de mayo de 2021

Argentinos: ¡Debemos cambiar!


por Julio Edgardo Sanz*

  Venimos para regresar a las fuentes, y aplicar la definición más escueta, y más clara del término democracia, es decir "el gobierno de todos, en beneficio de todos". Para ello debemos enfrentar un adversario tremendamente poderoso y difícil. No tiene nombre, no es una persona, no es una organización, no es un partido político. Es parte constitutiva de una sociedad como la nuestra, y es precisamente una cultura política. Como tal, puede ser representada -teniendo en cuenta que según nuestra carta magna y sistema democrático representativo- por un dirigente politico, y mañana por otro, pero dicha cultura seguirá permaneciendo, sin importar qué partido o tendencia, si no hacemos algo, como veremos infra.

   Es en nuestro concepto una cultura política "costumbrista", porque nos exige que nos acostumbremos a no desarrollarnos, a no soñar con un futuro. Aquella misma cultura política que nos obliga a agradecer cuando recibimos un derecho, corrección: cuando se nos entrega tarde y mal un derecho, como una calle limpia, una educación coherente, una vivienda digna. Debemos pagar debemos dar gracias como si fuese una deuda por recibir acciones o cosas, de las cuales somos acreedores por el solo hecho de vivir en sociedad en un sistema en los hechos "pseudo democráticos" teniendo en cuenta lo expuesto. Esa cultura exige paulatina o

abruptamente la mayoría de las veces nuestra entrega, en términos no legos: "Andá para tu casita quedate tranquilo, no hace falta que participes, para gobernar hay otros que se encargan de todo...". Qué similitud en cuanto a la pretensa (no obviamente en cuanto a los procedimientos ) de pretéritas épocas en nuestra nación, donde estaba ausente el sistema democrático, no?

    Se nos "sugiere" que solo nos ocupemos de nuestros temas particulares, que nos, resignemos, que nos entreguemos mansamente y sin protestar. Para los temas comunes están otros, para gobernar hay otros. Precisamente aquellos que definimos como "clase política", en contraposición a otra clase la "clase de los ciudadanos", existiendo colisión evidente entre los intereses de una y otra. Una cultura política que se sustenta en el cllientelismo, el favoritismo, la esclavitud y dependencia políticas, las deudas políticas, los votantes cautivos. Transforma a los ciudadanos en seres no libres para usufructuar sus derechos, todo está condicionado por lo que quiere dar o da la política, por el amiguismo, la corruptela, la dádiva, y hasta incluso el temor al cambio, o no cambio cuando se opera desde el gobierno en tal sentido. Cuando no se vota con la panza, se vota sin instrucción o educación, o se vota sin información o con ella y promesas cambiadas, y muchas veces no teniendo inconvenientes ni de estómago instrucción o información, se termina votando a la luz del consabido: "No te metas, no te ensucies, dejemos las cosas como estan... si no va a cambiar nada".

  Podríamos hablar de tal vez una cierta inmadurez política de todos los argentinos. Es cierto en parte porque nuestra "renacida democracia" no ha cumplido todavía cuatro décadas. Somos quizás como chicos con falta de abstracción, sólo con el pasaje de pensamientos en concreto en nuestras mentes. Nos falta la capacidad de poder vislumbrar el destino de Lanús, de Argentina, en definitiva el de nuestra sociedad toda, mas los niños indefectiblemente crecen y son adultos como nosotros... y tarde o temprano deben abstraer. Claro está, parecería que a esta "clase política" imperante le agradara sobremanera considerarnos y tratarnos como niños. Se nos cruza en el pensamiento en este momento aquél consabido refrán:"La culpa es del chancho,,, o de quien le da de comer?". Pero no sólo hemos perdido nuestra capacidad de abstracción, también hemos perdido algo que es maravilloso precisamente en la niñez, el vuelo de la imaginación, la capacidad de soñar despiertos. Nos han cercenado esa capacidad individual, pretenden imaginar por nosotros, soñar por nosotros, se han apropiado de nuestra imaginación y de nuestros sueños. Hemos dejado que nos avancen tornándonos seres quizás híbridos , solo vivimos el presente, es solo lo que nos interesa, que nos vamos a dar o que nos toca hoy, qué favoritismo conseguiremos hoy, que vamos a obtener, en qué vamos a gastar hoy. No hay futuro, no interesa saber o al menos vislumbrar hacia donde vamos. Han o hemos dejado hipotecar nuestro pasado y nuestro futuro, a cambio de un presente "cuasi orgásmico"... donde resulta casi imposible imaginarnos a los chicos que nos siguen en escasos diez años por delante.

  Presiona nuestro pecho lo señalado hasta ahora, y sentimos la necesidad de respirar hondamente, ¿no? Es cierto, y hace bien sentir esa sensación física mezclada con un poco de angustia e inseguridad. Es quizás el inicio del "darse cuenta", de la "toma de razón individual" porque estimamos que ha llegado el momento del "exámen de conciencia política", para cada argentino. Te dejamos la inquietud, y aunque sabemos los costos, mas siempre decimos absolutamente todo lo que pensamos y sentimos, no entres luego como también lo hemos hecho nosotros alguna vez, en la "industria de la queja" o pretendas justificar tu indolencia, con aquello "solo te escuchan si hacés un piquete..." . Podés hacer escucharte, podés exponer tus ideas, podés ser vos y no en función de lo que quieran otros que seas. Tenés el derecho, pero no olvides ciudadano, también la obligación de participar de los destinos de lo que es de todos en general, y de cada uno en particular. Así funciona el sistema democrático, si no empezamos a caer sin darnos cuenta en otra de las formas puras de gobierno que es la aristocracia (el gobierno de pocos en beneficio de la mayoría ), cupiendo dudas acerca de si ese giro hoy ya no ha degenerado en aquella otra en la cual "gobiernan unos pocos en beneficio de... esos pocos (oligarquía).

  Cuestiones que sin dudas atañen al futuro, como la inseguridad y la salud que hacen a la vida, la juventud, la educación, las adicciones, la cultura del trabajo, y la producción. Son problemas que no pueden ser resueltos desde el éjido nacional, provincial o municipal exclusivamente. Es en conjunto, unidos e intercambiando ideas acciones y esfuerzos, como se gestan las soluciones mediante un trabajo mancomunado, en el cual no existan los celos, las quintas, o los sórdidos intereses que periodicamente muestra el tipo de "cultura política" actual.

    Quién gana una elección gobierna, y quien no, ¿espera?  Craso error, quien no gana participa, colabora y ejerce una oposición con crítica constructiva, que también es una forma de gobernar o ayudar a hacerlo. Entendemos que una democracia que se precie precisa de gobiernos que trabajen estrechamente con las minorías. Que lo hagan con quienes piensan diferente. ¿Porqué vamos a entrar en la soberbia de pensar que somos dueños de la verdad absoluta? ¿Porqué no razonar que una de las condiciones -entre muchas otras obviamente- del camino hacia la sabiduría, es "aprender a cómo aprender de los demás..."?

   ¿Cómo encarar al ciudadano desengañado, qué pedirle, que nos acompañe, que confié, que adhiera, que se juegue? Si ha pasado generalmente su vida, sintiendo frustracion, sintiéndose lisa y llanamente traicionado por la "clase política" ¿o no sentís eso? como lo sentimos nosotros mismos.No pedimos que se jueguen y que nos acompañen, no sirve, porque ya se han jugado y han acompañado y reiteradamente los han defraudado.Aquellos como nosotros (porque no somos únicos, existen varios grupos de ciudadanos en toda la Argentina con iguales pensamientos)que hemos emprendido el camino del "basta de no meterse", solo pedimos la oportunidad que nos escuchen, que nos conozcan, que nos dejen andar, para que con el tiempo y si confirmamos en los hechos nuestros dichos no se sientan defraudados como ahora. Somos más como ustedes, como vos, cansados de ser usados, cansados de dejar usarse. No te pedimos que te sumes a nuestro proyecto, no seria justo, no sería digno, sí te pedimos que participes, donde quieras, pero participá, cuestioná, preguntá, observá, probá, analizá.

    Procuramos ser y estar sin vegetar, con seriedad, sin eufemismos, sin demagogia, sin facilismo, al lado de una sociedad que en términos generales tiene un voto atrapado, y tiene miedo, si miedo a perder el plan, a por ejemplo ser castigada en el empleo, a ser castigada económicamente, a la inflación que ya tenemos no solamente en ciernes, a empobrecerse aún más en en caso de la clase media, a ser injustamente asesinada en la calle.  ¿Y sabés porqué? Porque somos otros más como vos, pero que nos pudrimos de bancar una "clase política" parásita, y queremos asumirnos.

    (*) Reconocido abogado lanusense, fue titular regional de PAMI.