sábado, 12 de febrero de 2022

El mito del "Perón socialista"


por  Lisandro Martínez* 

La historia en la piel

Perón le confesó a Enrique Pavón Pereyra, su biógrafo: “El Cordobazo no fue peronista, fue de izquierda y la izquierda nada tiene que ver con la doctrina peronista, humanista y cristiana” (www.perfil.com 29/05/2021). 

El alzamiento obrero iluminó a la juventud y encarriló la vida sindical y política de más de uno. A dos trabajadores de 22 años les disparó reuniones durante semanas con compañeros explicando la diferenciación política y sindical e independencia necesaria que buscábamos para armar una comisión interna de 8 delegados (que finalmente fueron ganados por 4 años por métodos clasistas) esa fue la clave que nos distinguió de los enjuagues de la burocracia sindical peronistas que actuaba hacía décadas en la CGT y en los sindicatos a espaldas de los obreros y de la mano de las patronales. Los luchadores de “la resistencia peronista” que conocimos y que reivindicaban una historia de poner “caños” (bombas caseras) para que volviera “El General” resultaron macartistas que nos denunciaban como “comunistas”.

La llamada “Resistencia Peronistas” de 1955 a 1973 creció por los ataques a las condiciones de vida. En 1955 Perón evitó derrotar militarmente a los gorilas porque eso abría una puerta

a la independencia obrera con la que él nunca comulgó.

En 1972 los peronistas armaron una lista para ganar el sindicato nos invitaron a participar pero nos mantuvimos independientes. A esa comisión directiva por supuesto se sumaron 2 o 3 compañeros del PC que una vez identificados por la Triple A. fueron echados de la CD quedando secretarias acéfalas. En ese mar de luchas fue electo nuestro cuerpo de 8 delegados por el 80% de los 500 compañeros que nos votaron. Una asamblea donde vino la CD votó impuso y obligó al secretario general del sindicato que uno de nosotros fuera incorporado a la CD.

El Cordobazo también impactó en jefes y oficiales subalternos del Ejército provocando actos de indisciplina, actividades conspirativas, e incluso rebeliones militares por parte de la oficialidad joven que, respaldaban a Perón (tenientes Julián Francisco Licastro y José E. Plá Bertollo; capitán Miguel Battle; tenientes 1º Eduardo Falconnier; Rafael Casaux y José L. Fernández Valoni; tenientes Julio C. Vergara y Carlos Pastoriza, etc.). Le proponían al general volver en un levantamiento popular y militar y no pactando con la dictadura de Lanusse como finalmente hizo. Los jóvenes proponían un escenario revolucionario. También los coroneles retirados en mayo de 1971 y los responsables del levantamiento de Azul y Olavarría redactaron el “Proyecto Nacional: José Hernández” y publicaron el periódico clandestino “Martín Fierro”. Uno de sus ejemplares llegó a Perón, a quien consideraban jefe del movimiento nacional al que estaban dispuestos a incorporarse. Perón invitó a Madrid a un representante del grupo, pagándole pasaje y alojamiento. El elegido a viajar fue el coronel (R) Horacio Ballester a quien la policía detuvo el 17/8/1972 en Ezeiza. La entrevista con Perón era secreta pero el teniente coronel (R) Jorge Osinde, integrante del “Consejero Superior del movimiento justicialista” lo denunció a la dictadura. Un año después Osinde planificó la masacre de Ezeiza.

La hora de los hornos y el mito de Perón socialista

        En este convulsivo panorama quien quiso politizarse y no comer vidrio lo hizo. 

        Desde 1966 a 1968 Octavio Getino, Fernando “Pino” Solanas y Gerardo Vallejo se propusieron filmar “La hora de los hornos” y crearon el grupo Cine de Liberación. El proceso de larga gestación fue financiado con un subsidio de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UBA, los cineastas partieron de una serie de tesis sociales y políticas: (1. La neocolonización de Argentina y el resto de América Latina; 2. la liberación de los pueblos oprimidos a través de la lucha armada y 3. el peronismo como único movimiento nacional y popular que reunía las características para llevar a cabo esa revolución, etc.

         El film fue una genealogía del peronismo como movimiento nacional de masas y fundó el mito de un Perón “socialista” inexistente. Esto fue hacer pasar gato por liebre para jóvenes que pretendían seguir la tradición obrera y socialista del pueblo argentino cuya fundación de los sindicatos la inician activistas que escapaban de derrotas como los exiliados de la comuna de Paris en 1871 entre ellos Armando Moreau -padre de Alicia- la fundación del movimiento obrero se hizo 60 años antes del primer gobierno peronista.    

        Devorabamos todos los diarios todos los días, habíamos desenvuelto el tener criterio propio, no aceptábamos paternalismos bucólicos, porque lo central era que la dirección del país estuviera en manos de las organizaciones obreras y no de las patronales.

        En la Facultad de Medicina en 1971 o 1972 vimos “La hora de los hornos” 4 horas muy ágilmente filmadas, un documento extraordinario. Los jóvenes publicitarios vendian un producto: “Perón jefe de la revolución latinoamericana” que ni Perón aceptaba. Las conclusiones eran otras y así lo demostraron las “formaciones especiales” que se inmolaron en nombre de una política que los destruyó a ellos mismos y que devoró a esa juventud verdaderamente maravillosa que entregó todo.

        La clase obrera abandonada por la conducción peronista, se planteó formas de resistencia clandestina que ilegitimaron al régimen gorila.

        “La Resistencia Obrera de 1955 a 1973 que algunos llaman peronista es una apropiación de aquellos activistas, que lucharon 22 años y además de peronistas, eran comunista, anarquista, trotskista, combatientes de la Guerra Civil Española y hasta derechistas de la Alianza Libertadora Nacionalista." (“Los compañeros. Trabajadores, izquierda y peronismo 1955-1973”, Alejandro Schneider, Imago Mundi 2007)

Un dato revelador

        Perón nunca estuvo dispuesto a derrotar a la dictadura gorila en nombre del “humanismo y el cristianismo”, en su carta de renuncia 19/09/1955 al general Franklin Lucero, dijo: "No he tenido ninguna duda acerca de la posibilidad del pueblo y del Ejército para sofocar la rebelión, pero esta lucha costaría demasiada sangre" . Luego: ¿sí la Triple A?.

         En Lanús El 9/6/1958 al cumplirse dos años de los fusilamientos se realizó una misa multitudinaria en la Iglesia Cristo Rey recordando a los fusilados, Perón reformuló su discurso sobre el levantamiento de 9 de junio con el cual nunca había acordado. En esa ocasión mediante una grabación leyó los nombres de cada uno de los asesinados (semanario "Línea Dura", dirigido por María Granata).

   (*) Del Partido Obrero tendencia