domingo, 20 de febrero de 2022

Internas y liderazgos. ¿Máximo 2023?


por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

Los liderazgos políticos se construyen y se afianzan no solamente con palabras sino predicando con el ejemplo. Y tomando posiciones en defensa de la patria con decisión y coraje sin hacer cálculos mezquinos. Así procedió Máximo Kirchner al renunciar a la presidencia del Bloque de diputados del Frente de Todos en la Cámara de Diputados de la Nación. Ante las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus secuaces locales no se prestó a defender lo indefendible y resolvió ocupar el lugar que le permitirá expresarse libremente. Dejar un espacio de PODER para ocupar un sitio en la trinchera de lucha contra los usureros de las altas finanzas internacionales enaltece la figura de Máximo quien, sin dudas, se está posicionando con mucha vitalidad en la larga y ancha avenida de las voluntades nacionales. Máximo 2023 puede ser una consigna movilizante.

  Afortunadamente habrá elecciones internas del Partido Justicialista en los distritos de la provincia de Buenos Aires. Dichas elecciones son muy necesarias, pues brindan la oportunidad al PJ bonaerense de ser lo que debe ser: Un partido político que además de su función como importante dispositivo electoral, sea nave insignia del Movimiento Nacional. Lamentablemente en nuestro país, progresivamente, los partidos han sufrido un deterioro notable. Algunos desaparecieron y no quedaron ni en los álbumes de los recuerdos. El

recurso de agruparse con fines electorales en “frentes” que ni siquiera han podido mantener sus denominaciones originales a través del tiempo, han hecho perder a las parcialidades políticas su personalidad y en algunos casos, como el de la Unión Cívica Radical, las ha llevado a asociarse con organizaciones cuyas ideas y posiciones son absolutamente contrarias a las banderas que alguna vez levantaron. Nada tiene que ver la alianza radical-macrista con las ideas y conductas de Alem, Yrigoyen, Levenshon y Larralde. ¿Dónde están hoy la Democracia Cristiana, el Partido Intransigente, el Movimiento de Integración y Desarrollo, la Unión de Centro Democrático o el Partido Demócrata Progresista, por ejemplo? De lo que tradicionalmente se llamó “izquierda” ni hablar. Salvo lo que ocurre con el FIT (Frente de Izquierda y de Trabajadores) y con el PTS (Partido de los trabajadores Socialistas) que representados por figuras jóvenes van creciendo electoralmente, el resto es una constelación de estrellas sin brillo. Penoso. Pero real. Lo que sí valoramos , más allá de los sellos y sellitos partidarios, es la presencia en calles y plazas de las distintas organizaciones que luchan por trabajo, techo y comida. Alguna vez, estas fuerzas, juntas en las luchas pero divididas por la chatura y egoísmo de ciertas camarillas de la “izquierda” de cotillón, alcanzarán un nivel de unidad que impulse y consolide el Frente Nacional por la liberación definitiva de nuestra dolorida Argentina.

   Claro que aquí no se trata de ver la paja en el ojo ajeno. Tenemos la obligación de señalar nuestras propias miserias si es que realmente deseamos contribuir a la construcción de un futuro mejor que este presente. Podemos hablar del Partido Justicialista. De su historia, de sus grandes triunfos, de sus jornadas heroicas. De su fortaleza. También de sus debilidades y defecciones, de sus fracasos, de sus traiciones. Podemos opinar asumiendo todo. Lo bueno y lo malo. Porque si algo nos distingue a los peronistas es el hecho de que jamás renegamos de nuestros orígenes ni negamos nada de nuestro pasado. También se nos reconoce como defendemos nuestra historia. La más digna y apasionante de las historias en la vida de las instituciones políticas argentinas. Llena de luces y de sombras, por cierto. Con ángeles y demonios a veces disputando espacios a tiros o cadenazos.

   Algunas cosas hemos aprendido para bien, otras para mal y muchas otras aún no son conocidas por nosotros. Por suerte en la actividad política siempre se presentan nuevas oportunidades para modificar rumbos, reparar errores y  marchar hacia mejores destinos. Puede ser que, de realizarse, estas elecciones internas sean base y punto de partida propicios para comenzar la adaptación del PJ bonaerense, en todos los distritos, a los tiempos modernos. Pero sin despreciar costumbres ni formas de organización que en el pasado fueron exitosas y hoy pueden volver a serlo. Es necesario volver a las reuniones de vecinos, a la creación de unidades básicas en cada barrio, a los encuentros regulares en las sedes partidarias, a impulsar debates, a trabajar para que nuestro partido sea una escuela de civismo y ámbito en el cual se piense y actúe en favor de los derechos y necesidades del pueblo.

   Aquí en Lanús el peronismo logro confeccionar una lista de unidad. Hecho altamente positivo. Será  importante que el trámite electoral se concrete y quede regularizada la situación del Partido Justicialista local. Cuando esto ocurra las compañeras y compañeros  elegidos para integrar el Consejo de Partido tendrán nuestra colaboración desinteresada en forma total e incondicional, pues para nosotros es de suma importancia contar con la herramienta política que desempeñe un rol principal dentro del Frente de Todos permitiendo la participación efectiva de la militancia peronista. Derrotar al adversario macrista en Lanús es para el peronismo una obligación histórica. Y para ello es imprescindible un Partido Justicialista unido, coherente, disciplinado y un Frente de Todos institucionalizado como corresponde en estas circunstancias.

  Es hora de patriotas. A lo largo de la historia suelen ocurrir cosas que exigen pronunciamientos claros, decisiones valientes, actitudes ejemplares. La actualidad nacional, en estos días, nos ofrece uno de esos instantes en que toda persona comprometida con nuestro país, con responsabilidades de gobierno o sin ellas, debe ocupar un lugar en defensa de los altos intereses de la Nación Argentina. Ahora, ante el hostigamiento que sufrimos de parte del imperialismo y sus secuaces a través del Fondo Monetario Internacional, debemos ponernos de pie en defensa de nuestra dignidad y demostrar, como alguna vez dijo el Libertador San Martin, "que no somos empanadas que se comen sin más que abrir la boca"

   Todos los que sepamos interpretar este momento y posicionarnos en clave nacional habremos hecho una contribución importante a la defensa de nuestra soberanía. Hay que corajear. No debemos aceptar que el FMI instale una oficina en Buenos Aires con financistas espías para monitorear a nuestro gobierno. Tenemos la obligación de pararnos con firmeza frente a las pretensiones del imperio y que el mundo sepa que sin miedos ni dudas no aceptamos ser una republiqueta sometida a las apetencias de los poderosos y sus cómplices. Todo tiene que ver con todo. Lanús es un territorio donde el enemigo ha creado una cabeza de playa que seguramente defenderá con todos los medios a su alcance. Medios que posee y no son menores. Recuperando Lanús habremos hecho, sin dudas, una enorme contribución patriótica. Vayamos a estas elecciones internas con espíritu solidario sin caer en especulaciones pequeñas. Tenemos por delante una nueva y gran oportunidad. Contamos también con el liderazgo de Máximo Kirchner que hoy preside el PJ bonaerense y que, en nuestra opinión debe ser el gran protagonista en las elecciones generales de 2023. Todo está en el bolillero. Esperamos el premio mayor pues, como decía un tal Borges, “la esperanza nunca es vana”. 

   (*) De Iniciativa Socialista