miércoles, 22 de junio de 2022

Algo tiene que ocurrir


por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com   

En Avellaneda, lunes 20 de Junio, Día de la Bandera, soplaron vientos de esperanza. En el cierre del Plenario de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) escuchamos palabras alentadoras. Jorge Ferraresi, ministro de Desarrollo y Habitat de la Nación, Hugo Yasky, secretario general de CTA y diputado nacional, y una impecable Cristina Fernández de Kirchner, frente a una multitud variopinta con mayoría de trabajadores, hablaron de la actualidad nacional y exhortaron, cada uno desde  costados diferentes, a enfrentar al neoliberalismo cuya expresión más cruda y brutal en la Argentina es el macrismo. En cada exposición se expresó la necesidad de vencer  en las elecciones de 2023 para lo cual –coincidieron- es imprescindible la movilización popular, la unidad del Frente de Todos y señalar constructivamente, sin reservas, los errores propios y la ineficiencia de los funcionarios que no cumplan adecuadamente con sus responsabilidades.Cristina, especialmente, destacó la necesidad de obrar con valentía en la gestión de gobierno sin acobardarse ante los poderosos y defendiendo sin hesitar todo aquello que signifique lograr bienestar para el pueblo. Por la presencia de importantes referentes de las organizaciones políticas, sociales, de la pequeña y mediana empresa, de la Cultura y por el fervor militante de trabajadoras y trabajadores dio la sensación que este acto organizado por la CTA en Avellaneda, posiblemente haya marcado un nuevo punto de partida en el camino hacia las próximas elecciones y, tal vez también, en la marcha del gobierno nacional. Algo tiene que ocurrir en esta dolorida Argentina. Es necesario que algo ocurra si se entiende que nuestro país debe

tomar y sostener un rumbo correcto que garantice el bienestar del pueblo. Se advierte, en la sociedad en general y en sectores importantes del peronismo en particular, un malhumor plenamente justificado frente a un proceso inflacionario agobiante que acarrea aumentos desmedidos en los precios de los alimentos y demás cosas necesarias para una vida normal. La angustia de no llegar a fin de mes por parte de millones de personas que trabajan es algo dolorosamente real y el palabrerío de funcionarios que apostrofan sobre logros macroeconómicos queda totalmente descalificado ante el precio de la carne a 1.200 pesos el kilo, el pan a 400, salarios insuficientes y jubilaciones de hambre. La revalorización de la historia del peronismo por parte de Cristina tiene, sin dudas, una significación muy especial que en nuestra interpretación indica a nuestro gobierno la necesidad de nutrirse más en Perón que en algún pensamiento de Alberto Spinetta. Algo tiene que ocurrir. Algo debe ocurrir para que aquí, de una vez por todas haya trabajo y comida para todos los argentinos.

   (*) De Iniciativa Socialista