domingo, 11 de septiembre de 2022

Sasetru: Gestión obrera y Magdalena Ruiz Guiñazú

por Lisandro Martínez*

A fines de 2002 al local de Villa Corina del PO vinieron desocupados a informarnos que desde hacía 20 años en la planta de Sasetru estaba la maquinaria en condiciones de utilizarse y que lo único que faltaba era la decisión política que abriera esa fuente de trabajo para 200 obreros. La necesidad de la gestión obrera habia madurado por la crisis que provocó el Argentinazo mientras Néstor Kirchner se aprestaba gobernar.

En enero de 2003 la ocupación de la planta de Sasetru fue obra de 150 desocupados organizados y dispuestos a ponerla a producir. Esta acción había conmocionado al gobierno de Eduardo Dhualde, a los sectores patronales más reaccionarios, pero también despertó simpatías en Villa Corina entre los trabajadores, organizaciones progresistas y hasta en un sector del periodismo vernáculo e internacional y varios documentalistas, seguían el día a día con verdadero entusiasmo.

Ingresamos a la planta luego de movilizarnos por el barrio cantando consignas con redoblantes y bombos y apoyándonos en esa gran algarabía desplegamos un operativo muy audaz que debía sorprender a la guardia de seguridad y convencerla que no debía utilizar sus armas. Dijimos que veníamos a poner en producción la planta y le ofrecíamos trabajo en su especialidad cuando la gestión obrera comenzara a producir. Para asegurar la tranquilidad y de común acuerdo guardamos las armas que tenían provistas estas personas por su empleador en un armarito de metal al cual pusimos candado de común acuerdo y guardé la

llave para no encontrarnos con una fea sorpresa.   

Meses después que ocupáramos la fábrica declaré a un matutino: “Eramos una columna de 150 compañeros y como estaba designado a ser el responsable toqué timbre y mantuve la puerta abierta mientras explicábamos a 4 vigilantes nuestras intenciones. Cuando entramos a la fábrica, en enero, nos sorprendió que las máquinas estuvieran embaladas”, hice estos señalamientos como secretario de la Cooperativa Sasetru Gestión Obrera y agregué que “las máquinas son mecanizadas no son  computarizadas, pero perfectamente utilizables para trabajar” (www.página 12 - 26/3/2003).

  Como 150 o 200 personas desocupadas debían viajar todos los días desde distintas localidades de zona sur y apoyándonos en el gran recibimiento de la iniciativa de: “Si no hay trabajo, abrir fábricas y ponerlas a producir”, confeccionamos una credencial con el logo de Sasetru Gestión Obrera para cada compañero que servía de identificación y  pase gratis en los colectivos. Los choferes, en su gran mayoría, apoyaban al emprendimiento obrero de la zona sur.

En los peores momentos y en los mejores funcionamos siempre en asambleas soberanas cuyas resoluciones legislaban la vida interna fabril. 

La orden del juez Tubío para desalojarnos el 25 de marzo de 2003 se basó en un reclamo de Molisud, una firma rehén de Molinos Rio de La Plata. Volvimos porque en medio de la brutalidad represiva, a un grupo de tres nos tocó presionar a los concejales de Avellaneda reunidos esa mañana a pedido de la Gestión Obrera y apuramos a los bloques para que expropiaran máquinas y marcas de Sasetru en favor de la cooperativa. Esto fue un trámite tenso y exprés, todos los bloques aprobaron menos el PJ. No podían expropiar el edificio porque eso correspondía a la legislatura de PBA. El desalojo fue retrógrado: En la TV a pantalla partida, EEUU avasallaba Irak y en la otra mitad policías golpeaban obreros 

   Con Magdalena desde su primera llamada todo fue telefónico. Ella cazó al vuelo lo de la gestión obrera y el fracaso estrepitoso de la gestión patronal durante el periodo pre y post “Argentinazo”. El temperamento de Magdalena -ideológicamente en las antípodas- la llevó a expresarse sin empacho ante un trotskista: “Ustedes son los únicos que han dado pasos precisos para abrir fuentes de trabajo en Argentina”. En esos términos se comprometió a llamarnos cada vez que tuviera preguntas que hacer y se propuso ser “la madrina” de la primera producción que hiciera Sasetru Gestión Obrera y a la vez que nosotros fuéramos poniendo al aire los pasos que íbamos dando.

La corriente de simpatía que abonamos militando por la apertura de fábricas bajo control obrero fue apoyada por muchos sectores, entre ellos los jugadores de futbol de Primera División y del Ascenso que en cada partido salían a la cancha con la bandera de Sasetru Gestión Obrera. En el taller aeronáutico más importante de Argentina, obreros y capataces fabricaron y donaron una pieza esencial para la producción en Sasetru.     

  Ya en el gobierno de Néstor Kirchner, Magdalena nos pidió que relataramos al aire la entrevista en el INTI con su presidente, Enrique Martínez, al que solicitamos asesoramiento industrial, un crédito blando para poner a punto la maquinaria y la caldera para producir 26.000 kilos diarios de fideos secos y que el estado firmara un contrato de compra anual de la producción destinada a comedores populares y escuelas. Todo fue rechazado por los funcionarios K quienes dejaron entrever que lo nuestro era un mal antecedente que iba a acicatear la toma de fábricas y la producción bajo gestión obrera, lo que significaría un mal ejemplo y expondría la inutilidad de la patronal.

Sin posibilidades económicas de que funcionara la línea de producción, con una intensa preparación se realizó en Sasetru un concierto de la orquesta Juan de Dios Filiberto, con 600 invitados. El concierto fue el lanzamiento de la línea de pastas frescas “La Sabrosa”, primera producción de Sasetru.

  Al periodismo y al público, en el cierre del concierto, los compañeros de Sasetru, señalaron que esta producción fue sin el auxilio económico del estado y que por eso la línea principal de la fábrica (pastas secas) estaba parada. Jorge Jacobson en Telefé Noticias cerró el informe sobre el recital señalando: “No se puede creer que el estado no atienda el reclamo del subsidio”.

Los músicos, emocionados al igual que muchos espectadores, tuvieron una actuación memorable, de gran jerarquía artística. La orquesta sorteó un pequeño corte de energía y Hugo Marcel su cantor aprovechó para que 600 entonáramos a capela El día que me quieras, una postal imborrable. 

  Magdalena Ruiz Guiñazú que mostró hacia nuestro emprendimiento un comportamiento cuasi maternal para que todo saliera impecable, al día siguiente en Radio Mitre señaló: “Ojalá, muchos sigan el ejemplo que ustedes marcaron, manteniendo el compromiso asumido.

      (*) Del PO Tendencia