lunes, 20 de abril de 2020

Repudiemos el nazimacrismo

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com
  
Nunca hubo en nuestro país tanta incapacidad, corrupción, indignidad, maldad e hipocresía como hay y abunda en el macrismo. Ahora, en la ciudad de Buenos Aires, el gobierno de Rodríguez Larreta, con el cuento de “proteger a los abuelos” pretende recluir a las  personas mayores de 70 años en sus casas sin que tengan la posibilidad de asomar ni siquiera la nariz. El macrismo capitalino quiso establecer un permiso obligatorio con duración de un día para que cada ciudadano o ciudadana de esa franja etaria, luego de un trámite por demás engorroso, pueda salir por un momento de sus domicilios. Esto es absolutamente coercitivo, anticonstitucional y de neto corte nazi macrista. Naturalmente tal decisión está en línea con el pensamiento del gobernador carcelero de Jujuy, Gerardo Morales, que intentó poner una franja en los domicilios de gente enferma para identificar las casas como hacían en la Alemania de Hitler con los judíos. O sea…bien al estilo nazi. Les falta intentar formar los  consejos de  Judenrat como en aquellos guetos judíos. Una basura.
Y no se trata de una preocupación auténtica por los ancianos. Esta es una visión autoritaria, estigmatizante y discriminatoria  de quienes están convencidos que el castigo es el mejor remedio para los seres humanos y que los viejos somos material de descarte. Además adoptan esa actitud miserable para demostrar autoridad a sus votantes cautivos. A Ese porcentaje del antiperonismo cerrado de la CABA que cree que Buenos Aires es “el adentro”, las provincias “el interior” y cuando van de vacaciones a algún lugar de nuestra geografía dicen que se van “para afuera”. Claro: cuando se confunde el adentro con el afuera, como enseña el maestro Galasso, se termina votando a Macri…o a Larreta.
Ahora, después de haber perdido la elección de octubre del año pasado cuando pensaban que habían llegado para quedarse, quedaron maltrechos pero conservando el respaldo de cierto periodismo venal y el maridaje con sectores concentrados de la economía y de las
finanzas. Fingen ser buenos pero son feroces. Naturalmente les gusta aparecer en las fotografías con nuestro presidente que les da un lugar porque este tiempo de pandemia que vivimos seguramente se lo exige. Pero ni bien pueden salen con medidas que ofenden a las personas y lesionan los derechos individuales.
La decisión descabellada de Larreta y compañía de encarcelar en sus domicilios a personas muy mayores, sabiendo que ese encierro, y la obligación de pedir un “salvoconducto” para circular como si fuésemos un país ocupado causaría en ellos serios problemas psicológicos y afectarían gravemente su estado de ánimo es realmente condenable. Afortunadamente fuimos muchos quienes de inmediato alzamos nuestras voces repudiando enérgicamente que se imponga la obtención de un permiso para circular y poder cubrir necesidades impostergables e ineludibles. Caracterizamos a esa absurda decisión como nazismo puro y lo ratificamos exhortando a los posibles damnificados a luchar por nuestros derechos. Propusimos una movilización contra las actitudes nazimacristas de Larreta recordando que durante la tragedia de los cuatro años padecidos por la presidencia de Mauricio Macri, se rebajó de categoría al Ministerio de Salud, se quitaron medicamentos que proveía el PAMI a los ancianos y entre otras barbaridades se dejaron varadas en la Aduana del Aeropuerto Internacional de Ezeiza 12 millones de vacunas que tuvo que recuperar el gobierno de Alberto Fernández.
Afortunadamente, simultáneamente con nuestra protesta y nuestra propuesta elevaron sus quejas la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Regional CABA, la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (ALGEC) intelectuales como José Emilio Burucua y se sumaron manifestaciones como la escrita y difundida por la prestigiosa Dra. Silvia Molina, Directora del Centro del Adulto Mayor de la Universidad  Nacional de Lanús, Directora de la Especialización en Gerontología. Por su calidad y claridad nos permitimos transcribir textualmente su opinión.  
“Ante la propuesta de “pedir permiso para salir” a los mayores de 70 años hecha por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”. 
“Las situaciones de aislamiento constituyen una de las causas de mayor sufrimiento psicológico para las personas mayores. Hoy al aislamiento obligatorio se le suman los rasgos discriminatorios e infantilizantes de la disposición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que pretende obligarlos a “pedir permiso” para salir. Esto sin ninguna duda contribuirá a aumentar el malestar y la incertidumbre de este colectivo social ante la sombra de padecer la misma discriminación a la hora del acceso a la atención sanitaria. Discriminación por viejos, infantilismo y desconocimiento de los derechos ciudadanos de los mayores, todo esto se logró en una propuesta que además de ser una flagrante violación de derechos es un disparate de contradicciones al proponer como “correctivo” el trabajo comunitario para los mayores a los que pretende cuidar. Raro no? Porque hace pocos meses los encontraban “tan saludables” que los querían mandar a trabajar hasta los 70 años. Basta de hipocresías, las personas mayores necesitan apoyo y acompañamiento ya que son capaces y responsables a la hora de pensar los cuidados (de hecho llegaron a edades que otros no saben si alcanzaran). Si en la Ciudad de Buenos Aires viven más de 650.000 adultos mayores de 65 años, de los cuales cerca del 70% vive solo o con otra persona mayor) lo que hace falta son políticas inclusivas y sistemas de cuidados que disminuyan los riesgos de esta población. Sin embargo, según el detalle aportado por la ciudad otros participantes de este colectivo social son invisibilizados, es decir , aquellos que se encuentran en situación de riesgo porque viven en la calle y los que están en instituciones geriátricas (las advertencias sobre las personas mayores institucionalizadas son muy ilustrativas a nivel internacional) Desde nuestra experiencia cotidiana en el trabajo con personas mayores son las campañas de concientización y las estrategias de acompañamiento y apoyo para quienes están solos/as y deben desplazarse para proveerse de los insumos habituales, las que podrán fortalecer y promover lazos sociales con familiares, voluntarios y vecinos para la construcción de vínculos solidarios. No es tarea de unos pocos iluminados, es tarea de todos y todas los actores del campo con los que se construirán alternativas saludables en la crisis y se alejarán los fantasmas del miedo y la segregación. Las alternativas moralizantes, autoritarias o de sometimiento social, operan coartando los desarrollos solidarios, atrapan en la lucha por la autoconservación promoviendo la exclusión de unos grupos por otros, sosteniendo enunciados estereotipados y oportunistas. El día 16 de abril de 2020 quedará en la historia de la gerontología de la Ciudad de Buenos Aires como la visibilización de los procesos de discriminación por edad a los que están expuestas las personas mayores, en este caso, por el evento de la pandemia del Covid19 y las políticas punitivas pergeñadas por las autoridades locales”
Brillante, clara, rotunda manifestación que derrumba cualquier defensa que algún trasnochado polítiquero de nuestro medio lanusense pretenda hacer del conservadurismo nazimacrista capitalino. La seguimos. En la prensa, en la calle o donde sea.

   (*) De Iniciativa Socialista