domingo, 11 de abril de 2021

Crisis sanitaria y política donde gobiernan negociados e improvisación


por Lisandro Martínez*

El 8/4/2021 el cogobierno de Argentina batió record de contagios diarios de Covid  con 23.600 casos. Ante semejantes números quienes gobiernan siguen la línea del menor esfuerzo: 1) Toque de queda de 0:00 a 0:6 y 2) Limitar encuentros sociales para frenar la pandemia. Este refrito tiene la intención de descargar las culpas sobre el pueblo.  Antes nos dijeron mediante carteles: “Hacé tu parte”, mientras en CABA y en todo el país no hicieron prevención médica ni sanitaria en los grandes asentamientos humanos que carecen de agua, cloacas y se obliga al pueblo a hacinarse. Ese es el cuadro nacional.    A más de un año de pandemia un ministro enrolado en la pseudociencia desafió a los jóvenes con el poco serio: “Dejá de bolichear”. El vacío conceptual va de la mano de la inutilidad mientras la prevención médica nunca estuvo en el GPS de la oposición ni del oficialismo.

   La improvisación y el desarrollo de negocios que se ponen por encima de la vida y la salud provocaron el lunes el cierre del centro de vacunación que funciona en el Estadio Único de La Plata porque a la noche jugaba River Plate (Infobae 07/04/2021). Con el cierre del improvisado centro de vacunación se espantó a una cantidad importante de ancianos dejando al desnudo que la planificación es una materia que el funcionariado nunca aprobó. El intendente de Ensenada se quejó en TV porque a la vuelta del estadio a 50 metros, funciona

un vacunatorio municipal que podría haber continuado vacunando a los que habían sido citados. Pero el derrape más profundo lo tuvo Alberto F. cuando señaló con una carga de efebifobia: “No me es grato ver chicos contagiados, que se pasan la botella de cerveza transmitiendo el virus. Después contagian a sus padres y abuelos” (www.agencianova.com 8/4/2021).

 La tosquedad mental no tiene que ser considerada maldad sino sólo primitivismo y brutalidad de una clase social cuyo principal motor es asegurar la explotación del trabajo en las fábricas, con asistencia obrera del 100%, que los transportes públicos rebasen y la productividad dé un salto a la hora de contabilizar ganancias. Ya lo anticipó el FMI: En pandemia y con una cifra por arriba de 3 millones de desocupados, con salarios de los que trabajan del 70% del valor de la canasta de bienes y con jubilaciones que cubren sólo el 50% de las necesidades, “Argentina -dijo el FMI- va a crecer al 5 y pico %”. Esto clarifica que para los explotadores la pandemia es también un negocio que necesita de salarios a la baja y jubilaciones míseras. A esto se suma que todo el pueblo subsidia a los capitalistas a través del estado. En ese escenario, oficialismo y oposición se rasgan las vestiduras en defensa de las grandes patronales, preservan con sus medidas -¿contra el virus?- que el lucro y la plusvalía no detengan su marcha. Macristas, peronistas y los Fernández apelan a que dios es argentino y rezan a san Bergoglio para que ese proceso industrial no se vaya al joraca, por la escalada de contagios masivos y muertes que se puedan producir entre la clase obrera por la criminalidad de las medidas tomadas, sin ningún protocolo, sin distanciamiento social. Así las fábricas y las escuelas son una urna mortuoria a plazo fijo, cuyo responsable es el gobierno.


Promesas falsas de los laboratorios y los gobiernos

Las vacunas desde que el presidente Alberto Fernández se contagió luego de aplicarse dos dosis de la Sputnik V, abrieron un interrogante que no se ha cerrado y que sólo se contestó defensivamente: “Las vacunas no logran una inmunidad total para los vacunados sino que aminoran los efectos del virus”. Eso no es de ninguna forma lo que nos prometieron un año atrás cuando los capitalistas y sus gobiernos entendieron que estaban ante un gigantesco negocio, más importante incluso que la deuda externa.

 Los capitalistas y Fernández -un experto vendedor de la Jubilación Privada entrenado en los ’90 por Menem/Cavallo- nos doraron la píldora con que con la vacuna resolveríamos todos los males de la pandemia. Otra vez mentiras y fraudes que a esta altura demuelen la imagen de todos y cada uno de los candidatos nacionales e internacionales.

Argentina con menos del 10% de vacunados está anteúltima en la vacunación sudamericana; último es Brasil mientras Chile ha vacunado el 27% de su población y no obstante tiene sus hospitales al borde del colapso y a un sector importante de la juventud infectada. Desde el 27/3/2021, 14 millones de chilenos volvieron al confinamiento por el aumento de los contagios registrados. 

Nuevos datos publicados por AstraZeneca aseguran que su vacuna contra el Covid-19 no tiene una efectividad del 79 % sino del 76 % (www.france24.com 25/3/2021).

El Reino Unido, país de lo más avanzado en ciencia y sanidad, es de los que más ha vacunado, pero le surgieron muchos casos de trombos post-vacuna Pfizer, más que entre los vacunados con AstaZeneca. En Chile la mayoría de la gente ha sido vacunada con AstraZeneca y ésta es la próxima vacuna en Argentina.   


Argentina de rodillas compra vacunas

Alberto Fernández anunció en agosto de 2020 que la Argentina y México producirían la vacuna contra el COVID-19 desarrollada en la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca y que el producto se distribuiría para Latinoamérica. El mandatario subrayó que la decisión de AstraZeneca de elegir al laboratorio argentino mAbxience era "un inmenso desafío para la industria nacional".

En la fabricación de la vacuna, Argentina mostró su dependencia política 

Ex militantes comunistas, durante el proceso de la caída del muro de Berlín se apropiaron de empresas exitosas que en el pasado explotaba el Partido Comunista Argentino, por ejemplo el laboratorio mAbxience que en la localidad de Garín, ahora tutelado por Hugo Sigman, produce 24 millones de dosis al mes del componente activo de las vacunas contra el covid desarrolladas por la Universidad de Oxford y AstraZeneca (www.ellitoral.com). Por el acuerdo Sigman/Carlos Slim el magnate mexicano, el laboratorio “argentino” fabrica el componente activo, lo envía a México y Slim lo envasa y vende. Entre los compradores de la vacuna está la Argentina. "El gobierno ya le habría pagado unos U$S 54 millones a  Hugo Sigman y Astrazeneca. El Ministerio de Salud admitió que Argentina ya abonó el 60% del contrato, aunque no llegó ninguna vacuna. La explicación de Vizzotti en el Congreso” (La Politica Online 09/04/2021)

La organización social capitalista es un cáncer que hay que extirpar si lo que se pretende es defender la vida de los trabajadores y el pueblo.

Que paguen los que fracasaron y que los explotados no paguen más

     (*) Del Partido Obrero Tendencia