domingo, 4 de abril de 2021

El que no salta es un gorilón

por Lisandro Martínez*

El 16/9/1955 con niños de los conventillos –con 8 cumplidos- se hizo un piquete cortando la calle Charcas a la altura de Jean Jaures, y allí junto a mujeres arrojábamos huevos a los autos de los “cogotudos” que llevaban una escoba símbolo de “barrimos a Perón”.  Ante un papá comunista que vivía entre la clandestinidad y Devoto  y una mamá socialista, el nene a los 8 simpatizaba con quienes luchaban contra los gorilas. La marchita lo movilizaba. Como hijo de madre sola, a los 11 fue a trabajar y el 6° lo hizo de noche con jóvenes mayores, pero a la dirección del “Larrea” en Laprida 1235, en la capital, se le ocurrió echar un profe que desasnaba sobre sexualidad a los jóvenes y al niño. Una asamblea votó, se ocupara el salón, vino la policía y se llevó a todos incluso al nene que a los 11 fue preso a la seccional 19°, por defender ideas, algo que después se naturalizó.  A los 13 en su laburo acosaba a los burócratas para que lo afilien y hasta le hicieron un carnet trucho que todavía guarda. Con el Cordobazo ya era activista y en seguida fue delegado clasista y con otro pibe armó un cuerpo de delegados combativos. Y se cumplió lo de Elio Petri: “El comunismo como la sífilis viene por sangre”. Las vivencias con los Rucci y Migueles donde los obreros eran la columna y no la cabeza, sumado a la ceguera de Montos y ERP señalaban otro camino. 

       La vuelta de Perón -que vino a derrotar el ascenso obrero- fue un curso intenso de política, que ingresó en la cabeza de miles de pibes de distinta forma: unos compraron un buzón de promesas, otros les sacaron la ficha a Balbín, Perón, Alende, Sueldo y a Coral: un socialista, todos atados a la proclama de “Nino”/junta de comandantes. Como el programa

era de “convivencia pacífica” entre “lobos y corderos”, se absolvía de todos los crímenes cometidos a Ongania, Levingston y Lanusse y otros que destruían la universidad pública y científica encarcelando y torturando en nombre del anticomunismo.    

    El 20/6/1973 volvió Perón y en Ezeiza tiraban a matar Norma Kennedy y Brito Lima a otros peronistas. Quien dirigió la masacre fue Jorge Osinde hombre de los servicios desde 1943, “un soldado de Perón”. Ocho meses después Osinde organizó con el guiño de JDP el golpe al gobierno electo de Córdoba (peronistas de izquierda). “Osinde viajó 4 veces a Córdoba, enviado por Perón” (La Nación, 3 /2/1974). R. Otero Ministro de trabajo armó la  coartada: “Tosco proyecta que Córdoba sea capital del socialismo” (La Razón1/3/1974). “El gobierno informó al radicalismo que preparaba algo en Córdoba, debido al estado de subversión". (El Economista 1/3/1974). En mayo en medio de ataques derechistas con bombas y saqueos a locales partidarios y publicaciones de izquierda, el gobierno peronista convoca al acto del 1º de mayo en 1974. El acto fracasó concurrieron: 50.000 personas, cuando 3 meses antes (31/8/1973) en el acto electoral desfilaron frente a Perón 200.000 movilizados divididos en dos: primero fueron menos de 100.000 de la derecha durante 164 minutos y Perón se mantuvo firme saludando a los gremios y cuando desfiló la JP 162 minutos, Perón se fue a dormir la siesta porque ya había tomado partido por la derecha del movimiento. (www.unsam.edu.ar/escuelas/politica/centro_historia_politica/romero/ pág. 11).

   El acto del 1° de mayo fue demolido por 6 meses de gobierno, donde Perón mostró las cartas: congelamiento salarial y de precios (que aumentaron siempre) y sancionó leyes penales contra las luchas. El deterioro del peronismo en el gobierno restó miles y miles al acto. Perón se vió obligado a convocar el acto porque, como subió apoyado en las ilusiones de las masas, debía pagar tributo a la ficción de satisfacer esas ilusiones. Necesitaba mantener la ilusión de ser un árbitro "equitativo" entre el trabajo y el capital, aunque inmediatamente legisló: penalizó las ocupaciones de fábricas. Perón no pretendía movilizar a nadie porque su política era reprimir. (Política Obrera N°193 3/5/1974).  Fue un fracaso del peronismo que para convocar al pueblo al acto-festival, armó transporte gratis y solo arrastró 50.000. El fracaso para movilizar mostro la desilusión con Perón. Esto puso en crisis a los sectores de masas ligados al ascenso de Perón: (JP, Peronismo de Base, Partido Comunista stalinista, etc.  La columna de la JP entró el 1° a la Plaza coreando: “¡Que pasa general que está lleno de gorilas el gobierno popular!” Las distancias que separaban a las masas en lucha del gobierno eran esclarecedoras pero todo se oscureció cuando el líder, los trató de “imberbes y estúpidos” y Montoneros se fue de la Plaza con el rabo entre las piernas. Perón los extorsionó luego por TV amenazando con su renuncia. El acto desvaído, desnudó que el sostén gubernamental no eran las masas ni sus necesidades sino el Pacto Social. “Pochito” era un hombre del capital, confiaba en la burocracia sindical, las FFAA, la iglesia, y todos los que avalaban el Gran Acuerdo Nacional (PJ y PC). 

  De “luna de miel” el delegado clasista se hospedó en el barrio Talleres de Córdoba con familiares delegados de la Fiat, y allí fue testigo de cómo, con métodos de guerra civil se impusieron las  ideas más reaccionarias inimaginables un lustro atrás cuando la policía derrotada en la calles se refugió en el Departamento Central y soportó el asedio del pueblo varias horas. En el Cordobazo el ejército de Ongania retrocedido en chancletas frente a la movilización obrera que ganó la ciudad.

 ¿Que había sucedido? muchos obreros  compraron el buzón que vendían y dieron crédito al nacionalismo burgués un verdugo histórico de las conquistas obreras. Las 3 A -la Alianza Argentina Anticomunista- fueron fundadas en 1973 y abrieron paso al genocidio.

           Alguien dirá “que 1974 era mucho para un anciano de 78 años”. Pero en 1952 Perón tenía 56 años y congeló salarios y precios y postergo 2 años las paritarias. En 1954 con 58 años planteó en “El congreso de la Productividad”: 1. Flexibilidad laboral, 2. Desactivaar las Comisiones Internas. 3. Rotación horaria. (“Congreso de la productividad” Rafael Bitran, El bloque editorial 1994).


     (*) Del Partido Obrero Tendencia