domingo, 1 de agosto de 2021

El gatillo fácil en un country en Argentina y “Defund the Police” en EEUU


por Lisandro Martínez*

A menudo a los habitantes de barrios marginados del GBA la policía les aplica un tratamiento de shock y barbarie, mediante una golpiza que lleva a la víctima al hospital o directamente le recetan “el óbito súbito” por gatillo fácil, para tratar: una borrachera, el consumo de marihuana, algún chisporroteo mental luego de una vida al aire libre en la calle o alguna discusión entre vecinos. Hace más de 20 años, Serrat nos alertó sobre estos podridos: “Y como quien en la cosa, nada tiene que perder/ pulsan la alarma y rompen las promesas/ Y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer/ Nos ponen la pistola en la cabeza/ No conocen ni a su padre cuando pierden el control”- y el catalán remata- “Ni recuerdan que en el mundo hay niños” 

Impunidad criminal

   Está naturalizado en villas y barrios, que la policía entre a las casas a “darlas vueltas” sin que eso provoque comentario alguno entre “la gente de bien”, pero en el nuevo escenario donde se actuó siguiendo el manual de “usos y costumbres” fue en un barrio privado llamado Parque La Verdad -un country- de zona norte de GBA, en la casa de un niño rico llamado

Santiago Moreno Charpentier a quien le dicen “Chano”. Allí se pudrió todo por el habitual manejo tumbero de los uniformados que mostraron descarnadamente y sin anestesia página a página cual es “el manual de procedimiento policial” en caso que un adicto tenga un brote sicótico acarreado por problemas de salud mental. En lugar de utilizar un spray con gas pimienta, con el que riegan a las movilizaciones periódicamente, entendieron que sonaba mejor un certero disparo al estómago del flaco y el matasano Berni aplaudió diciendo: “La única manera de detenerlo fue con un disparo” (perfil 26/7/2021). En Mar del Plata, un esquizofrénico tuvo una crisis y su madre llamó al 911. La bonaerense mediante una lluvia de perdigonazos hirió a 5 personas y una perdió la falange de un dedo. Los heridos juntaron 14 cartuchos servidos y los demás se los llevó la policía (www.minutouno.com 28/7/2021).

La atención de estos problemas no debe estar en manos del gatillo fácil

      Los problemas sociales del país derivan de la política de desocupación masiva del FMI garantizada por 40 años de “democracia”, que arrojaron a la yeca a una gran masa que deambula esperando “la huesuda”. El régimen de gorilas, PJ/K/UCR auspició –con sus deposiciones- el fracaso escolar, desvalorizó los salarios, empobreció a los jubilados, creo


una desocupación masiva y fugó capitales para sus patronales 

Desde que los jóvenes activistas, French y Beruti repartían escarapelas y aun antes, los que luego fuimos conocidos como “argentinos” nos acostumbramos a seguir las noticias políticas que se ventilan desde el lugar donde “se cocina” nuestro destino y en esa onda está el movimiento político de EEUU “Defund the Police” (DTP), “Desfinanciemos a la policía”, nacido con el asesinato de George Floyd, empeñado en debatir “cómo acabar con los abusos policiales”. No quieren que se destine más dinero para la formación de agentes “del orden” o que dispongan de más tecnología para acometer asesinatos; aseguran que todos los esfuerzos propagandísticos que se hacen con fondos públicos son para restablecer la confianza de la población con la policía. Pero el que se quema con leche, cuando ve una vaca llora.

   En EEUU “cada vez está más extendida la idea de que meter en la cárcel a unas cuantas “manzanas podridas” no va a cambiar la forma de actuar de la policía. El sistema legal penal se creó para permitir la violencia policial, no para contenerla, por lo que no debe extrañar que ese mismo sistema disculpe los asesinatos cometidos por sus agentes”. El objetivo de Defund the Police, es radical. Cada vez más activistas en comunidades muy vigiladas por la policía son conscientes de que la violencia es inherente a la policía y por tanto, es necesario que el movimiento controle todo para garantizar la seguridad pública. (www.elpais 26/06/2021).

   “Se busca un proceso alternativo a la policía que sea seguro para la comunidad, quitándole recursos y disolviendo los departamentos de policía. La acción policial no protege a los vecinos”. Patrisse Cullors, de Black Lives Matter, dijo “retirarle fondos a la policía es reasignarlos en apoyo a personas y servicios de comunidades marginadas”. 

     “Philip McHarris, de la Universidad de Yale, asociado a investigación en el Centro Comunitario para Seguridad y Rendición de Cuentas, creció en un barrio con ‘amenazas de violencia armada’ y dijo que nunca pensó en llamar a la policía, eso era por su propia seguridad. En cambio, confió en que los vecinos lo ayudaran a sortear los peligros. Es evidente que menos vigilancia puede conducir a menos crímenes. Un informe de 2017, que se centró en varias semanas de 2014/15, cuando el Departamento de Policía de Nueva York retiró deliberadamente la ‘vigilancia proactiva’, encontró que hubo 2.100 menos denuncias de delitos” (www.cnnespanol.com 06/08/2020). El miembro del Consejo Municipal Steve Fletcher, dijo que el consejo discute "la disolución el Departamento de Policía de Minneapolis y comenzar de nuevo con una seguridad no violenta para la comunidad". La mayoría de los miembros del Consejo legislativo de Minneapolis anunció su compromiso de disolver el departamento de policía local, luego que sus agentes asesinaran a George Floyd (www.diarionorte.com/7/6/2020).

Asamblea constituyente soberana con revocabilidad de cargos

    Como en 1871 en Paris la población trabajadora (ahora en EEUU), se encuentra frente al desafío de desarmar a una tropa mercenaria que responde a intereses espurios contrarios a los de los trabajadores y reemplazar ese cuerpo represivo armando a las masas, donde los propios vecinos se rotan ejerciendo como vigilantes, conciliando en los entredichos de la relaciones humanas y restableciendo el orden público. La revocabilidad en todos los cargos coloca una tensión sana, al saber que cada individuo está dando prueba frente a la asamblea como autoridad. La elección por asamblea en cada localidad de los distintos funcionarios, incluidos jefes de policías, comisarios y jueces, es el grito de justicia que persigue cada movilización barrial frente a los desatinos que aporta el poder político mediante zonas liberadas para delinquir, el juego organizado, la prostitución enquistada, la trata estructurada, la distribución de drogas y la venta de tierras públicas.

    (*) Precandidato a diputado nacional por Política Obrera