Ayer a las 18:30 Alberto Aramouni (foto) se comunicó con La Defensa. Pidió hablar con el director y volvió a llamar a las 20:00. Luego de comentar que en el Hospital Británico, al cabo de varias horas en terapia intensiva, le habían permitido ese día ir a recuperarse a su casa, el ex diputado dio a conocer el verdadero motivo de su llamada. Era para desmentir que el intendente le hubiera manifestado que tenía “las manos atadas” en materia de seguridad.
Como se recordará, Aramouni y su hija Marian sufrieron un brutal asalto en su escribanía de la calle Basabilvaso. El padre, al defender valientemente a su hija fue tan malamente golpeado que uno de los culatazos le fracturó el parietal derecho.
“Darío me llamó recién el sábado a las 14:00 para preguntarme cómo estaba y para solidarizarse con lo que me había pasado, pero en ningún momento me dijo que él tenía las manos atadas”, subrayó Aramouni. Pero lo que no dijo es que en realidad, la que recibió la insólita acotación por parte de Darío Diaz Perez, había sido su hija Marian. La fuente que anotició a La Defensa -de credibilidad irreprochable- ratificó que ni bien producido el asalto, el viernes mismo, el secretario municipal Mariano Amore, se comunicó con Marian y luego de unas palabras de rigor, le pasó la comunicación al intendente que ahí se despachó con sus consabidas agachadas.
En la primera noticia se dio como que quien había recibido la llamada había sido Alberto Aramouni, quien en realidad en momentos de la comunicación telefónica, viajaba en una ambulancia de Edesur rumbo al Británico.
Pero aquí lo importante es que el intendente de Lanús sigue eludiendo sus reponsabilidades.