lunes, 28 de abril de 2014

El orgullo de ser granate

por Marcelo Calvente


Lanús le ganó a All Boys por 1 a 0, un triunfo ajustado en un partido fundamental para su futuro deportivo inmediato. Sin jugar bien, obligado Guillermo a hacer un cambio desde el inicio del complemento, algo muy raro en él, un cambio que dio muy buen resultado. Pasquini no se había acomodado en todo el primer tiempo, y no la recibían limpia los pibes de arriba. Con sus limitaciones, el casi descendido All Boys por momentos le sacó la pelota al campeón de América, y Marchesín tuvo trabajo. Al dejar a Pasquini en los vestuarios, Guillermo movió la estantería. Puso a Oscar Benítez por derecha, mandó a Astina a la izquierda del ataque y paró a Valdez Chamorro unos metros detrás de él, en la zona de sacrificio. Junior resultó imparable, y cada uno de los pibes, llegando por la otra banda, también pudo marcar. Un Lanús agotado, con ausencias relevantes, sin haber tenido tiempo de armar una sola práctica de fútbol ni saber con que once afrontar cada partido que se le viene, pero que a la hora de los bifes impuso condiciones y sacó la diferencia,  y que luego dispuso de varias situaciones claras para aumentar, aunque Marchesín siguiera teniendo trabajo hasta el final.
Lanús y All Boys, viejos conocidos de los torneos de ascenso, desde 2010 hasta hoy se volvieron a enfrentar después de mucho tiempo, se habían visto las caras por última vez en 1985, por el Torneo de Pirmera “B”, ahora en la división de privilegio y todo ha cambiado demasiado. Un equipo del ascenso por naturaleza como All Boys, con una pequeña experiencia anterior en primera, encarnó en los últimos años un intento político personalista que arrancó bien, que lo llevó a primera, y que lamentablemente terminó mal y con enormes deudas, perdiendo prácticamente la categoría ante un Lanús sólido y establecido en lo institucional y en lo deportivo, nuevo animador de la elite de los torneos continentales, que lo
superó por su propio peso, por la experiencia de sus jugadores y la esperanza de sus pibes, que alentado por sus parciales y con  el ánimo por las nubes, sigue su marcha firme en los dos frentes 
El gol vino con una jugada de fútbol inglés: Araujo le entrega un lateral a Junior Benítez, quien se la devuelve justa para llegar al fondo y enviar el centro de primera, a media altura, para que Silva, que arrancó en el punto penal, conecte de cabeza en la puerta del área chica y la clave contra el primer palo de Cambiasso. Por momento aparecen las mismas paredes de siempre de Los Albañiles, pero supersónicas, como esa doble que armaron Silva e Izquierdoz en el primer tiempo, que el pelado no pudo aprovechar en el toque final. El equipo alternativo no juega igual que el de la Copa, sobre todo cuando faltan Goltz, Velázquez, el Pulpito y Somoza. Por ahora, Firulete Silva, Pasquini, Barrientos, el propio Junior, tanto como Ortiz, Blanco, Melano y Monteseirín todavía alternan buenos y malos rendimientos.
Cuando ya en ventaja, Guillermo sacó a Valdez Chamorro y puso a Somoza, equilibró el equipo. Cuando se cansó de los firuletes de Firulete, lo sacó de la zona roja y lo mandó a Velázquez, quien una vez más estuvo a la altura de su potencial: En su primera intervención perdió mal una marca y lo salvó Marchesín, pero en los cinco minutos restantes realizó tres quites fenomenales en el área de Agustín, que fueron determinantes en el resultado del partido. Otra vez final con victoria y clima de fiesta en La Fortaleza
Lanús cayó de local por última vez el 16 de febrero pasado ante Rafaela y de manera categórica, por la 2º fecha del Torneo Final 2014. De allí hasta hoy, ganó los seis partidos que disputó en esa condición por dicha competencia: Vélez, Racing, Quilmes, Central, Colón y ahora All Boys fueron vencidos en La Fortaleza, lo mismo que el Caracas, el América de Cali, Cerro Porteño y el Tigres de México. El último empate de Lanús en Arias y Guidi fue ante el O´higgins, tres días antes, el 13 de febrero. A partir de allí 10 victorias al hilo de local. Y dentro de tres días -la caravana infernal no se detiene, es sabido-  recibe a Tigre otra vez en casa, con la posibilidad de ganar, y de ahí en más depender de si mismo en la lucha para ser campeón. Vencer a Tigre en el postergado de la 15ª fecha significaría pasar a pelear el título con cinco equipos que desde el inicio del semestre juegan una sola competencia: Gimnasia, 30 puntos y rival subsiguiente en el Bosque, por la 17ª fecha; River y Godoy Cruz, ambos 28 puntos; Colón (27) y Estudiantes (26). Es que Newell’s, Vélez y San Lorenzo, compañeros de aventura internacional, en algún momento lideraron el Final, y sin embargo no pudieron sostenerse, terminaron aliviados por bajarse de esa pelea, y ahora apuestan fuerte por sus posibilidades en una difícil Copa Libertadores que no los tiene como grandes candidatos.
Varias son las señales de la solidez del momento de Lanús: con un plantel corto, con muchos pibes, padeciendo bajas importantes e incluso dándose el lujo de vender a Pereyra Díaz en plena doble competencia, es el único de los internacionales argentinos que a tres fechas del cierre puede ser también campeón del torneo local, como lo fue en diciembre pasado, el punto máximo de rendimiento del elenco de Guillermo, durante la definición cruzada con Newell’s, Vélez y San Lorenzo que se le escapó por nada. Como si todo esto fuera poco, en las últimas semanas Lanús pasó a encabezar la tabla de los descensos -que en realidad es la tabla que contempla los últimos tres años de competencia- por primera vez desde su regreso definitivo a la categoría, hace 22 años, en un ya lejano 9 de agosto de 1992, empate con Racing 1 a 1 en Avellaneda. Todo esto, y la inexpugnable Fortaleza, esperan a Tigre el próximo miércoles 30 de abril a las 17 horas. Sepan disculpar los hinchas de todos los demás clubes: Nada, si siquiera la derrota que de puros envidiosos nos desean, puede hoy con el orgullo de ser Granate.