
“Creemos que hay dos manifestaciones de violencia escolar cada vez más frecuentes –explicó Pallares- que son el bullyng o acoso y violencia entre alumnos, y las agresiones a los docentes. Ambas deben ser prevenidas y erradicadas. Hay que proteger a las víctimas, cuidar y asistir a los educandos, crear mecanismos de intervención ante estos problemas, y proteger y ayudar a los docentes, que hoy en día no son respaldados como se debería pese a la trascendental función que cumplen”.
Los proyectos de Pallares establecen una serie de principios orientadores, funciones y deberes a cargo de las autoridades educativas, mecanismos de asistencia y contención a las víctimas, actuaciones a cumplir frente a los agresores que no impliquen la exclusión del sistema educativo, y la instauración de procedimientos para que cada comunidad educativa establezca códigos de convivencia e instancias de diálogo para erradicar la violencia y la intolerancia y promover “una cultura de la paz”.
Asimismo, Pallares propone la creación de un Observatorio provincial de violencia escolar con participación del Poder Ejecutivo, representantes del Legislativo, gremios docentes, establecimientos educativos públicos y privados, asociaciones de padres y otros miembros de la comunidad educativa.