Karina vive en Murature y Romero, una
cortada de tierra de tan sólo cuatro viviendas, que en cada lluvia se torna en
lodazal intransitable. Dirigió una nota a la municipalidad con su reclamo donde
aclara que “el problema se agrava debido a que la vereda de mi domicilio se
encuentra a un nivel más bajo que la calle, lo que provoca que cada vez que
llueve se produzcan inundaciones y acumulación de barro dentro de mi propiedad”.
El último reclamo lo efectuó en abril de 2025, bajo el N° 808100. “Es de
esperar que, ahora que desde la municipalidad se están abriendo y arreglando
calles, le den solución definitiva a estas cuatro familias”, manifiesta.