
La última sesión ordinaria del Concejo
Deliberante de Lanús fue la del 22 de mayo pasado. O sea que hace tres meses
que los concejales no trabajan en el tratamiento de los expedientes presentados
por vecinos o por los propios ediles. La explicación es sencilla: porque están
dedicados a la campaña o a hacer actos por “Cristina libre”. Y si bien el
presidente del cuerpo, Agustín Balladares, manifestó varias veces frente a la
consulta que “tal vez la semana que viene pueda convocarlos”, la verdad es
que eso no sucede. Rumores de pasillo dicen que los que no se reúnen son los
integrantes del oficialismo, que de los bloques opositores asisten pero no
pueden trabajar en las comisiones porque no logran el número para emitir
dictámenes. Esto significa que los vecinos de Lanús les pagaron las 24 dietas
durante tres meses mientras ellos se dedican solamente a hacer actos de
campaña. Y lo más grave: los expedientes se acumulan en un número de más de 500
-confirmada la cantidad por varias fuentes confiables- contando los que están
en comisiones. Los que aún ni siquiera tomaron estado parlamentario y no fueron
girados a ellas están entre 90 y 100. Muchos fueron presentados por vecinos que
aguardan la respuesta a sus peticiones. O sea… ¿alrededor de 600?
El Concejo Deliberante no cumple con sus
funciones -ver nota sobre funciones- y defrauda a los vecinos de Lanús. Pero
los ediles cobran. Y esto marca, una vez más, que no cualquiera puede ocupar
una banca.
Se aproxima la elección. Está en los
vecinos decidir a quienes les dará poder para determinar de qué forma los
lanusenses deben vivir. Ellos hacen las reglas, ellos ordenan, ellos deben
controlar las acciones del ejecutivo, ellos aprueban el presupuesto y la
rendición de cuentas, ellos aceptan los aumentos de las tasas.
El domingo es un día muy importante. Los
vecinos deciden. Hay que ir a votar.
Marta
Santos