martes, 28 de abril de 2020

Combatir al nazimacrismo en todos los terrenos

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

Las cosas claras. Hay que cuidarse. Así lo hacemos.Pero no aceptamos ser carne de cárcel domiciliaria como quiso imponer el nazinacrismo en la Ciudad de Buenos Aires. Luchamos y los hicimos recular.
Quien no defiende lo que denominamos cuarentena es un necio. Es un irresponsable. Y quien no la acata y sale a “hacerse el piola” a la calle no solo pone en riesgo la propia vida sino también hace peligrar la salud y la vida de los demás,  incluida la vida de la propia familia.
Esto, para nosotros, muchas personas muy mayores pero también lúcidas y responsables, es absolutamente claro. Ahora bien: lo que nosotros, como mayores con facultades mentales que nos permiten estar en plena actividad intelectual  dentro y fuera de nuestros domicilios pero  que, por esas cosas de la vida estamos en absoluta soledad, no aceptamos ni aceptaremos medidas nazimacristas de encierro indiscriminado como las que pretendió implantar el neoliberal Rodriguez Larreta, quien, por otra parte es responsable directo de la tragedia ocurrida en los morideros que se conocen como geriátricos y de la falta de cosas sumamente necesarias, por ejemplo, en el hospital Borda de la C.A.B.A.
Tampoco aceptamos que cualquier idiota con aires de suficiencia y con menos sesos que un ladrillo venga a decirnos que cuando reclamamos " boludeamos", tratándonos como si fuésemos viejitos inútiles. Estos viejitos, como dice el tango, todavía podemos "hacerlos saltar p'arriba” si nos faltan el respeto
Debido a la seriedad del tema que nos ocupa, más allá de nuestros conocimientos y de lo
que pudimos haber aprendido en diferentes ámbitos académicos y valiosísimas publicaciones, por aquello de que “hay que escuchar a los que saben”, consideramos conveniente transcribir textualmente un fragmento de un importante trabajo elaborado por once prestigiosos profesionales que, compañeros colegas de ellos, han hecho llegar a nuestras manos.  
     “COVID-19: Informe Adultos Mayores: Las personas mayores no son pasivas en la relación con su entorno. El mantenimiento de las habilidades y el derecho a elegir se encuentran estrechamente vinculados a las nociones de capacidad de acción y autonomía, que han demostrado tener gran influencia en la dignidad, la integridad, la libertad y la independencia de una persona mayor. Esto se cumple ya sea que la persona viva en la comunidad, en un centro de vida asistida o en una institución. Una serie de recursos del entorno y personales influyen en nuestra capacidad de tomar las mejores decisiones en las diferentes etapas de la vida. Al igual que con la capacidad intrínseca de manera más general, es probable que las personas mayores que cuentan con seguridad económica, mejor educación y más conexiones sociales tengan mayor acceso a estos recursos. Es fundamental comprender esta asociación, ya que ignorarla solo acentúa las desigualdades
Hay muchas justificaciones para destinar recursos públicos a mejorar la salud de las poblaciones de edad avanzada. La primera es el derecho humano que las personas mayores tienen al más alto nivel de salud posible. Este derecho está consagrado en el derecho internacional. Sin embargo, las personas a menudo sufren estigma y discriminación, así como la violación de sus derechos a nivel individual, comunitario e institucional, simplemente debido a su edad. Un enfoque basado en los derechos para promover el envejecimiento saludable puede ayudar a superar los obstáculos legales, sociales y estructurales para la buena salud de las personas mayores, y aclarar las obligaciones jurídicas de los actores estatales y no estatales de respetar, proteger y garantizar estos derechos.
Es en ese marco es que resulta incomprensible, la decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunciada de la obligatoriedad de gestionar un permiso para circular fuera de su domicilio a los mayores de 70. La misma fue dictada a contramano de lo expresado anteriormente, arrasa y se contrapone a toda concepción moderna e imprescindible sobre los adultos mayores. Más bien se constituye en un ejemplo de todo aquello que la declaración de la OMS critica. No hay justificación médica ni de “Política de Salud”: El encierro de los adultos mayores constituye una falta ética grave.
En medio de una situación de alto stress psíquico y emocional como es el contexto de esta Pandemia de COVID19, que cobra sus mayores víctimas en adultos mayores, sumar la ansiedad y la angustia que hubiesen provocado estas medidas habrían tenido  alcances peligrosos para la salud mental de estas víctimas. Un adulto mayor de 70 años que es privado de su libertad y su derecho a decidir sobre sus actos al que se lo coloca en el mismo plano de los “Menores e Incapaces”, queda en un lugar de minusvalía que en muchos casos puede desencadenar, disminución de la autoestima, ansiedad, depresión, o en el mejor de los casos en situación de stress psíquico displacentero, toda vez que con la excusa de protegerlos se los aísla y se los deja a expensas de la voluntad de desconocidos cuyo profesionalismo y preparación ignoramos.
Finamente como médicos advertimos que la norma es irracional, innecesaria  y discriminatoria.  Basada en concepciones obsoletas en Políticas de Salud que nos recuerdan el tratamiento que el derecho romano  daba a las mujeres ”Imbecillitas sexus” (poniéndolas bajo la tutela de los hombres) en este caso reemplazado por el Imbecillitas senex”.    
La norma citada no solo no protege la salud de los adultos mayores sino que al arrasar con los criterios médicos establecidos por la Organización Mundial de la Salud perjudicaba seriamente la salud de los adultos mayores.
Finalmente si el Jefe de Gobierno de la C.A.B.A  y su equipo de salud desean proteger a nuestros adultos mayores, acercamos las sugerencias que hace el informe final de la OMS para una vejez saludable.
1) Tener en cuenta la heterogeneidad de las experiencias en la vejez y asegurar la pertinencia de las estrategias para todas las personas mayores, independientemente de su estado de salud; 2) Ocuparse de las inequidades que subyacen a esta diversidad; 3) Evitar los estereotipos y preconceptos discriminatorios por motivos de edad; 4) Empoderar a las personas mayores para que se adapten a los desafíos que enfrentan y al cambio social que acompaña el envejecimiento de la población, y para que influyan en ellos; 5) Tener en cuenta los entornos en los que viven las personas mayores; 6) Tener en cuenta la salud desde la perspectiva de la trayectoria de funcionamiento de la persona mayor, en lugar de la enfermedad o la comorbilidad que presenta en un momento determinado de su vida.
Entre las diversas medidas que pueden conducir a decisiones políticas que mejoren la equidad  se encuentran las siguientes:
A) Comprometerse a que todas las personas mayores tengan las mismas oportunidades de mejorar o mantener su salud; B) Evaluar las políticas y los programas de salud en relación con las desigualdades, desde los insumos hasta los resultados, y estimar en qué medida estos son justos o injustos. Por ejemplo, cuando solo las personas más pobres no tienen acceso a un servicio, las políticas deben centrarse en ampliar la prestación de ese servicio a los grupos particularmente excluidos o marginados. Cuando casi nadie tiene acceso a un servicio, por lo general se requieren estrategias de mayor alcance. En muchos lugares se necesitará una combinación de estrategias.
No dudamos que estas tareas en muchos casos pendientes, así como el control de los establecimientos asistenciales (Públicos y Privados), la protección garantizada del personal de salud con los elementos y protocolos imprescindibles, así como el acceso garantizado en calidad, tiempo y forma de nuestros adultos mayores redundaran en la protección tan deseada. Firman los y las profesionales de la salud: Dra. Susana Etchegoyen - Médica MN 85831,Dr. Pedro Cazes Camarero – Farmacéutico MN 8.276, Dra. María Teresa Zalazar - MN 104 907, Dr. Eduardo Horacio Bava - MN 39808.Dra. Margarita Todesca - Psiquiatra - MN 62717, Dr. Veneroni Roberto Francisco - MN 80548, Dra. Diana Monica - MN 61514,Lic. Mirta Fabre - Psicóloga MP1130, Dr. Donato Spaccavento MN 60061, Dr.,Constantino Touloupas - MP 16746, Dr. Jorge  Selser - MP 54764”
Quedamos a disposición para debatir en cualquier terreno.

    (*) De Iniciativa Socialista