martes, 27 de junio de 2017

Hacelo por el abuelo

por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com

A la vista de los resultados, los hinchas granates no vamos a disfrutar lo que hubiese sido una gran final contra otro grande en condición de  visitante, un solo choque mano a mano por un lugar en la Libertadores que vendrá. El Grana no podrá alcanzar lo que hubiese sido una clasificación memorable, y será a causa de un empate muy festejado en cancha de Newell’s, logrado por Braghieri en el suspiro final del partido. Estaba dicho: luego de perder con Banfield, Lanús debía sumar los últimos 18 puntos. De haber ganado en Rosario por la 28ª fecha, derrotando a Independiente hoy en Avellaneda, Lanús podría apropiarse del último asiento a la Copa mayor con una arremetida final pocas veces vista. No pasará. El premio consuelo es bajar al rival, algo poco atractivo para un club que se está acostumbrando a ganar títulos. “Orquesta, a cambiar de repertorio”, dice Masliah. 
Volvemos a enfocarnos en el desafío más ambicioso: tratar de obtener la Libertadores 2017, con apenas cuatro finales de ida y vuelta por delante: la primera será en diez días, el jueves 6 de julio, visitando al bravo The Strongest en la más elevada de las alturas. No perder ahí, siempre es un muy buen resultado. La revancha en La Fortaleza será 32 días después, el
martes 8 de agosto. En el medio se producirá la renovación de todos los planteles. No es mucho el tiempo disponible para realizar búsquedas y establecer negociaciones. Varios futbolistas granates se irán o serán cedidos, y  algunos, muy pocos y de categoría incierta, se incorporarán. De la comprensión del problema que tenga Jorge Almirón, y también de la buena o mala suerte que le depare el destino, mucho dependerá el éxito de este intento Granate de hacer historia y vencer a los gigantes peleando a lo David. 
Las alternativas no son muchas: Lanús no puede pagar fortunas para incorporar futbolistas del nivel de los mejores con que hoy dispone: es decir, Andrada, el Negro Gómez, Braghieri, Velázquez, Román Martínez, la manija de Marcone y la potencia ofensiva de Firulete, el Laucha y el Pepe, más la esperanza de que sigan creciendo Pasquini, Herrera, Maciel y, sobre todo, Marcelino: si le llega a salir el 50% de lo que tira, se convertirá en un jugador altamente desequilibrante. Es derecho, como el Laucha, y como él rinde mejor por izquierda. Ante Huracán, Almirón intentó ocupar esa banda con los dos; probó con Acosta más adelantado y Marcelino jugando de Miguel Almirón.  Promediando los 30’ del primer tiempo, no muy convencido, el DT mandó a Lautaro por derecha, bajó a Firulete y corrió a Román. No suele dar resultado trastocar tantas posiciones en un solo cambio, pero en este caso el equipo mejoró. La alternativa inversa, Lautaro en la línea de volantes y Moreno más arriba, a esta altura debe estar en la cabeza del entrenador, que además por ese lado contará con un verdadero refuerzo: el paraguayo Rojas, ahora incorporado de manera total a la competencia. Fue una  de las figuras de la mejor actuación de Lanús del semestre: la victoria en Montevideo ante Nacional. Pero la debilidad está sobre la otra banda: Gómez y Román no tienen con quien pelear el puesto. El principal temor está en el medio: Marcone es casi irremplazable, pero si pagan lo que vale, se irá. Así son las cosas. Y cómo es muy difícil compaginar partidas con llegadas, habrá que encomendarse a Dios.  Eso sí, el que cada uno elija.
Almirón seguramente entenderá las razones de la conducción respecto de los refuerzos. No hay margen de error. No volver a realizar contrataciones inútiles, como la de Rius o Zurbriggen, es el punto a mejorar. De encontrar la mejor síntesis, el más justo equilibrio de los intereses de ambos, técnico y club, mucho dependerá el éxito del ambicioso objetivo de, por fin, ganar la Libertadores y acceder al Mundial de Clubes, siempre pensando lo lindo que sería si el abuelo nos viera…