martes, 15 de mayo de 2018

Anidan ratas en la comida que da Grindetti a niños pobres

por Lisandro Martínez

En La Defensa del 7/5/18 adelantamos que el ajuste macrista siempre abre un negocio para amigos y familiares del funcionariado. Señalábamos en “El hambre es negocio” que se sobrefacturan productos de segunda, porciones insuficientes y alimentos podridos. La descomposición de los alimentos que se facturan como de calidad y se distribuyen en escuelas donde los niños ingieren su comida principal del día, retrata la descomposición social irrecuperable de un régimen dedicado al saqueo y pillaje en todo el país, que victimiza a los más vulnerables con el solo objeto de embolsarse una moneda.
  Cuando la tinta de “El hambre es un negocio” aún estaba fresca y decíamos que tal vez estábamos asistiendo a los últimos días del gobierno hambreador, los ceos de los organismos financieros le torcieron el brazo al gabinete de inútiles lo que dejó a la vista que la improvisación conduce a estrepitosos fracasos. Los macristas, ya calificados por los yanquis como “makeshift”, volvieron a tropezarse con la misma piedra que Pugliese a fines de los ‘80 cuando el anciano “creyente” en los usureros -como los macristas- “les habló a los mercados especulativos con el corazón y éstos le contestaron con el bolsillo”.
“Los que siembran vientos cosecharán tempestades”
   El anuncio de que Macri busca un rescate del FMI puso en claro que las medidas improvisadas habían fracasado. La suba de la tasa de interés al 40% y la obligación de que los bancos vendan parte de sus tenencias en dólares no detuvieron la corrida contra el peso. La corrida se entrecruzó con la caída de la bolsa. Las empresas argentinas en Wall Street cayeron y la bolsa local cayó más que la moneda. La pérdida de valor fue de arrebato.
Este viernes 11/5/18 el gabinete de especuladores que gobierna vehiculizó, junto con el
vaciador del BCRA y especialista en fugar capitales, que se fueran del país otros u$s mil millones. Sturzenegger en 2001 con el blindaje en un día aumentó u$s 55 mil millones la deuda pública. Fue procesado y en 2016 lo perdonó el macrismo. En los últimos meses la fuga de capitales fue de u$s 8 mil millones.
Desde el Rodrigazo (1975) hasta aquí la fuga de capitales supera a las toneladas de oro y plata que los conquistadores españoles se robaron de América Latina.
Este grosero cuadro de rapiñadores del patrimonio nacional ha ayudado a que el funcionariado inescrupuloso elabore la teoría del “sálvese quien pueda”. Por eso los manotazos para estafar con comida podrida a niños vulnerables los debemos incluir en esta fiebre exacerbada por el saqueo gubernamental del país.
Todo lo que venga de ahora en más es la debacle de un país conducido por aventureros capaces de llevar a las masas a la desesperación social, sumado al cuadro potencial de contagios de enfermedades vía roedores que deriva en un genocidio en ciernes. Esto retrata a un gobierno cuyos miembros no tienen límites y utilizan métodos de guerra civil contra los trabajadores y su prole, si eso les habilita un nicho de enriquecimiento personal. Todas las penurias del 2001 se duplicarán por la ineptitud y la respuesta popular tronará pero esta vez de parte de los trabajadores.
El derrumbe de los comedores macristas tuvo un sinfín de denuncias que vienen de 2017 cuando en La Plata y San Miguel se registraron alimentos en mal estado.
Otra vez en San Miguel, padres de alumnos denunciaron que los alimentos que recibieron destinados a los chicos estaban podridos y además contenían insectos. Los alumnos encontraron en el almuerzo fideos con gorgojos, mientras que en la merienda recibieron magdalenas con moho y hongos. Por esos días se había dado una intoxicación de un curso entero en la secundaria 56 de Villa Caraza (www.anred.org 7/5/18).
  Padres de alumnos de la escuela de Villa Rosas, en Bahía Blanca, denunciaron la presencia de ratones dentro de la institución, lo cual obligó a cerrarla por varios días (www.infocielo.com 7/5/18)
Docentes de la escuela 72 aseguraron: “Es común ver fruta u otros alimentos en mal estado. También a veces llega comida que no alcanza para que se alimenten todos los niños (www.anred.org).
El episodio más esclarecedor se conoció en Morón cuando el Concejo Deliberante interpeló al intendente Ramiro Tagliaferro, ex de “la ingenua” María E. Vidal, tras una denuncia que lo acusa de una contratación ilegal por $ 4 millones mensuales para que una empresa fantasma entregue alimentos “en mal estado” en las escuelas del distrito (www.infocielo.com7/5/18).
   Un dato revelador es que por cada niño los ajustadores destinan $19 y ese valor debe distribuirse -como ya lo determinó la mafia Odebrecht- entre coimas, sobreprecios y reintegros al distribuidor de dinero. Por lo tanto la frazada corta obliga a esta mafia a distribuir escasas provisiones, alimentos en franca descomposición o al borde del final de su vida útil.
María Eugenia Vidal aseguró en 2016 que los municipios se hacían cargo en general de la implementación del SAE, no sólo de la infraestructura, servicios y mantenimiento sino que también de controlar en forma concurrente “la calidad, cantidad e higiene de los alimentos que se suministren y la adecuación de las prestaciones al Menú sugerido preestablecido, incluyendo las características de calidad nutricional que indique el ministerio” y “solicitar los resultados de los controles bromatológicos y de higiene de los alimentos, en su estado natural o elaborados que se provean para el SAE”, acordado en la sexta cláusula del decreto.
Esta aclaración indica que el responsable de la comida (con el nido de ratas incluido, la poca cantidad y la pésima calidad) en los comedores escolares de Lanús es el intendente Grindetti y su proveedor amigo cuyo nombre de fantasía es Proveer SA (www.codigobaires.com.ar 8/5/18).
ATE, otros gremios y los concejeros escolares, realizaron una conferencia de prensa y fueron al inicio de las sesiones ordinarias del HCD de Lanús el 3/4/18 pidiendo al intendente Grindetti y a los bloques que tomen las medidas necesarias y se entregue un informe pertinente del caso. Casi un mes después la escuela 72 de Villa Jardín recibió como un mensaje mafioso de impunidad el cajón de manzanas con un nido de ratas.
Se desconoce que a los bloques del Concejo Deliberante se les haya movido un pelo ni se les haya ocurrido denunciar al gobierno por irresponsabilidad criminal frente a los educandos y por violar los deberes de funcionario público. 
Hay que poner en pie una Comisión de Padres, docentes, familiares y amigos, que inicien una enérgica campaña de esclarecimiento, movilizando a la población para castigar a los responsables. Que se abran los libros de los proveedores y del municipio para dar a conocer detalles de los contratos con los proveedores amigos.
  (*) Del Partido Obrero