El síndrome de Asperger fue reconocido por la comunidad científica en 1994 e incluido en 2013 como parte del Trastorno de Espectro Autista (TEA).
Pallares detalló que “el desconocimiento generalizado que existe respecto de patologías como la del Síndrome de Asperger, conlleva a mayores dificultades a la hora de tratar con autoridades educativas, obras sociales, personal de transporte público, y el acceso a tratamientos y esfuerzos de integración a nivel educacional” y agregó que “esta ignorancia en el tema hace, que muchas veces, chicos no tengan el tratamiento adecuado o que se les impida ir a una escuela regular, complicando aún más el desarrollo y evolución del niño”.
