domingo, 14 de abril de 2019

Espiados y vigilados

por Lisandro Martínez*

Jeremy Bentham economista y filósofo, ideó el Panopticón en 1787, una arquitectura carcelaria que permitía vigilar a los presos desde una sola torre de control y además establecía entre los prisioneros la idea persecutoria de que estaban permanentemente vigilados. Como la idea del infierno ésta fue un salto de calidad ya que se castigaba el cuerpo de los que habían delinquido mediante torturas o quitándoles la libertad por años. Pero además lo que se pretendía era vigilar y disciplinar a los revoltosos. El filósofo Michel Foucault escribió sobre el nacimiento de la prisión y pintó al panoptismo como moldeador social impuesto por el naciente capitalismo necesitado de vigilar, castigar e imponer conductas que sirvieran a la explotación masiva que en el siglo XXI está vigente.
    El hurgar en la intimidad ajena es una conducta descalificadora más cuando la aberración la desenvuelven partidos, gobiernos y estados. Estamos frente al intento de establecer castigos a quienes elaboren ideas distintas, por lo tanto se impone el delito de opinión garantizando la supremacía de la idea única. El formato impide que el soberano reclame a los déspotas la rendición de cuentas estableciendo que quien cruce la raya será castigado con el rigor que los dueños de “la verdad” entiendan corresponde. En la época de la cibernética espiar la vida de los demás por gobiernos, patronales e instituciones es una de actividad en boga que ha derivado en una industria del ciber espionaje que se adecua a distintos presupuestos.
     El software Pegasus lo infiltran en teléfonos inteligentes y otros aparatos para monitorear detalles de la vida diaria robando llamadas, whatssap y correos. Al celular del fiscal Nisman la justicia comprobó que le virilizaron el Pegasus. La impunidad impidió conocer de qué lado de “la grieta” se vigilaba al muerto. (www.lanacion.com.ar //2015). El régimen Saudí que estranguló y desmembró a Jamal Khashoggi, compró a los sionistas de NSO Group de Omri Lavie y Shaley Hulio, el Pegasusque infiltró al celu del periodista (The New York Times
5/4/2019).
    “En 2013 el gobierno yanqui intervino 9 servidores de internet, entre ellos Microsoft, Yahoo!, Google, AOKL, Facebook, Skype, Youtube, Apple, para extraer audios, videos, fotografías, correos, documentos que sirven para que analistas sigan los movimientos del usuario y sus contactos” ("Eduard Snowden”).
En 2014 Wikileaks dio a conocer el programa utilizado "por agencias de inteligencia para espiar periodistas, disidentes políticos, etc". La denuncia sacó a la luz la responsabilidad de la empresa alemana FinFisher que "produce y vende sistemas de software y de monitoreo capaces de interceptar comunicaciones e información", tanto de computadores (Windows, OS X y Linux) como móviles (Android, BlackBerry, Symbian y Windows Mobile). Wikileaks publicó copias del programa para interceptar y almacenar datos de comunicaciones, correos, llamadas de Skype. (www.Reuters.com 5/9/2014).
"FinFisher sigue operando desde Alemania, vendiendo “malware” de vigilancia como arma a los regímenes más opresivos del mundo.
Estos sistemas son comercializados a estados, gobiernos de todo el mundo, partidos políticos, empresarios y particulares por la industria de “seguridad” sionista. El ex espía Rolando “Rolo” Barreiro, en la “causa Stornelli”, declaró que el abogado trucho D’Alessio le ofreció servicios de espionaje al senador Carlos Espínola, a través de una empresa vínculada con el servicio secreto Mossad. “El ofrecimiento se hizo al senador y a dos asesores. Luego llegó Dov Kilinsky, dueño la empresa tecnológica de seguridad e inteligencia Security Team Network” (www.tiempo.ar.com.ar 3/4/19).
   Mientras se utilizan dispositivos para “encaminar la política oficialista” en todo el mundo desde EEUU, Europa, América Latina y medio Oriente, la novedad es que la alcahuetería para reprimir y disciplinar a disidentes políticos, tambien se aplica a los conflictos interfamiliares. Remember “Fino” Palacios que “batía” al cuñado de Mauricio. Con lo que se puede decir que hay dispositivos electrónicos, o para todos los problemas y presupuestos. Tambien están los programas para ganar elecciones como el que el que Putin le proporcionó a Trump, vía campaña de descrédito a Hillary Clinton.
Yahoo, Google y Facebook además de intoxicar a todo el mundo capitalista vendieron a las repúblicas “socialistas” Cuba, China, Vietnam sus programas de búsqueda censurados. “Google negocia con el gobierno su sitio de búsquedas, pero ajustando resultados y eliminando contenidos que los países “socialistas” desean ocultar (http://www.xn--lanacin-q0a.com.ar/2/8/2018). Esta lista incluye Mongolia, Pakistán, Italia, la policía australiana, etc. (www.emol.com/noticias/tecnologia 15/9/2014).
Lo que venden Yahoo!, Google o Facebook no son programas que propician la libertad de expresión para incorporar nuevos conocimientos sino herramientas que espían al usuario y lo desinforman adecuándose a las necesidades represivas de cada régimen político.
Panóptico carcelario y panóptico digital
El espionaje se practica desde que el mundo es mundo, pero las características que involucran a los servicios de cada país o facción indican la crisis abismal. Los episodios vividos a uno y otro lado de “la grieta” argenta explican la caducidad del régimen de punteros que enfrentados entre si responden al FMI y no a las necesidades de trabajadores.
Expertos en tecnología de Amnistía Internacional señalaron “tenemos pruebas que este “malware” es utilizado para hostigar a activistas políticos del mundo entero” (www.r3d.mx 21/11/2018).
El desbarranque político de vigilar incluso a militantes considerados propios, conocer sus movimientos y sus amistades para revisar lealtades cuestiona las libertades y garantiza que las direcciones no rindan cuentas.
En 2018 el sitio “The Intercept” reveló que Google negocia con China colocar su buscador de censura previa y filtros adecuados a una app para teléfonos Android, con que la mayoría china accede a la Red. (www.lanacion.com.ar 2/8/18)
Está regimentación es un revulsivo por izquierda en China, Cuba y donde los estalinistas en su faz degenerativa controlan la fidelidad política de sus militantes revisando: Facebook, correos electrónicos, contactos telefónicos. Este mamarracho de las jerarquías que trabajan por reinstalar el capitalismo se ha vuelto una bomba social de mecha corta que preanuncia insurrecciones contra la regimentación política.

   (*) Del Partido Obrero