viernes, 21 de junio de 2019

El que no corre vuela. Y por último la Patria

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com 

Nunca se vio tanta degradación en la política nuestra de cada día. Cuando alguna vez  se logre desalojar al macrismo del gobierno, habrá que edificar la Patria Nueva enterrando toneladas de basura. Menos mal que a pesar de la mediocridad general, el transfuguismo, los titubeos y de las puestas en escena que van desde lo ridículo hasta lo dramático, el pueblo, mediante las urnas, va acomodando las realidades provinciales limpiando el color amarillo con el que se las venía  embadurnando a partir de 2015.
A los triunfos recientes en diferentes provincias el peronismo agregó, el domingo pasado, los logrados en Santa Fe, San Luis, Formosa y Tierra del Fuego. En esta oportunidad los peronistas pudimos festejar por cuatro y disfrutar alguna alegría en una fecha que trae recuerdos dolorosos. El 16 de junio de 1955 con la intención de matar a Perón, civiles y militares traidores a la Patria bombardearon y ametrallaron la Plaza de Mayo y sus adyacencias, causando centenares de muertos y heridos.
Vino bien, justo en este día, que hayamos podido celebrar varias victorias.  Ahora es necesario trabajar intensamente para que el Frente de Todos triunfe en las elecciones de agosto y de octubre. Luego se impondrá otra lucha de más largo plazo en la que será imprescindible poner la máxima inteligencia y la mayor voluntad posibles.
Para volver a ser un país justo y soberano, teniendo en cuenta la realidad nacional e internacional de nuestro país y del resto del mundo, a casi veinte años de iniciado el siglo veintiuno habremos de ver cómo, desde la base de nuestro pueblo y con la participación de los trabajadores, podremos avanzar en la construcción de una fuerza política que aglutine a
las grandes mayorías, no solamente para ganar una elección, sino para asegurar que en el futuro de la Argentina haya libertad, paz, trabajo y el máximo bienestar  para todos y todas.   
Reconstituir el Movimiento Nacional y recuperar el vigor que supo tener en momentos no tan lejanos de nuestra historia no será tarea sencilla. Mucho ha hecho el enemigo, de distintas maneras y con  procedimientos diversos, para debilitar y derrotar al Movimiento Nacional cuyo eje fueron históricamente el peronismo y el Movimiento Obrero. Aceptemos que el daño que nos han causado es serio. Y desgraciadamente, después de Juan Perón, no nació un liderazgo potente y confiable con capacidad para conducir a la totalidad de los peronistas. Cristina pudo haber sido. Pero sólo logró ejercer y mantener su liderazgo sobre una parcialidad. Importante, pero una parcialidad al fin. Las ambiciones personales y de grupo prevalecieron sobre los intereses del conjunto y así caímos en la atomización, la indisciplina y el desorden permitiendo que algunos personajes despreciables oficien de descuartizadores del Movimiento. No faltaron quienes al final mostraron la hilacha dejando  al desnudo sus acciones divisionistas y sus transacciones políticas.        
A los de la difunta Alternativa Federal no les salió mal la jugada. Se juntaron, hicieron “chapa”, y después cada uno hizo su negocio. Pichetto logró la candidatura a vicepresidente de Macri, Urtubey consiguió ser segundo de Lavagna y Massa alcanzó un lugar de gran protagonismo en el frente cuyo componente principal es nada menos que el Partido Justicialista. Terminado el reparto de bienes Schiaretti se fue de vacaciones y a brindar. Cada quien plantó su semilla en una quintita diferente y tal vez todos cosechen algo. Pichetto está grande, pero uno nunca sabe. Si por esas cosas de la política es ganador en octubre y por esas sorpresas que suceden en la vida Mauricio Macri enferma gravemente, renuncia, lo destituyen, queda sin capacidad legal para ejercer su función o muere, de acuerdo al Artículo 88 de la Constitución Nacional don Miguel Ángel quedaría a cargo de la presidencia de la Nación. Por lo menos, hasta que el Congreso determine “que funcionario público ha de desempeñar la Presidencia”.
Urtubey tiene mucho territorio por delante. Massa si no sale chamuscado  de esta experiencia quedará dueño de una construcción política considerable. De seguir las cosas así, y si antes no salta todo por el aire, con gran centralidad política en el Frente de Todos es probable que Massa consiga colocar concejales, intendentes, diputados y puestos importantes en los ejecutivos comunales, provinciales y a nivel nacional. Posiblemente más de lo que hubiese alcanzado yendo por su lado como candidato del Frente Renovador.
Con varias victorias acumuladas en el interior del país, con el Frente de Todos confirmado y con las candidaturas definitivamente resueltas, nos quedan agosto y octubre como grandes desafíos. ¿Y después?
Por supuesto, en un escenario de derrota todo seguirá más difícil para el peronismo y para la gran mayoría de nuestro pueblo. En caso de triunfar sobre el macrismo, además de tratar de sacar al país de la ciénaga en que nos hallamos, tendremos que pensar en realizar una gran organización política de masas para poder afianzar el futuro gobierno y efectuar los cambios estructurales imprescindibles e impostergables orientados a dar nacimiento a la Patria Nueva.
En pocos días quedará resuelto el tema de las candidaturas. Cada compañero elegido o designado para representarnos será nuestro candidato. En nuestra disposición para brindarles apoyo, sin egoísmos, estará la seguridad de un buen desempeño electoral. Encaremos la etapa que viene conscientes de que en política nada es fácil. Tampoco imposible.
   (*) De Iniciativa Socialista