viernes, 11 de octubre de 2019

De terror el abandono de un herido en el Gandulfo

Era la una de la mañana del jueves cuando el SAME Lanús recibió un pedido desesperado: Una máquina de la fábrica de calzado de Balbín 263, le había cercenado una mano a un trabajador.
De inmediato salió la ambulancia de la sala de Valentín Alsina con Juan Carlos Garroni al volante y el médico Claudio Santiago Alé a bordo.   Recogieron al trabajador mutilado, Ricardo Conde de 23 años, y a dos de sus compañeros, Marcelo Ríos y Leonardo Benitez, quienes llevaban la mano segada a la altura de la muñeca, en una bolsa de naylon con hielo. Y de allí, siguiendo directivas de la base SAME Lanús, se encaminaron al Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, porque -como adelantó en primicia La Defensa- los quirófanos del Hospital Evita estaban inundados. 
Piqueteros: La policía, Gonzalez y el traumatólogo.
Y cuando llegaron al Gandulfo comenzó una verdadera película de terror: -¿Qué hace aquí una ambulancia de Lanús? ¡Llevenseló a Lanús sí o sí!- gritaba el doctor Fernando Gonzalez, quien golpeó primero y escupió después a Garroni en su rostro, antes de ameazarlo: -¡Te voy a cortar en padacitos!  Mientras los demás integrantes de la guardia se ponían delante de la ambulancia para impedir que la movieran sin antes llevarse al paciente, en tanto una mujer policía le daba patadas y trompadas a las puertas del vehículo, cuyo capó era golpeado por un traumatólogo de turno. A la cabeza de estos forajidos estaba la doctora Marcela Orliacq, la mismísima jefa de esa guardia...
  No lo querían atender al paciente porque eran de Lanús. Y no lo atendieron. Lo único que se dignaron hacer los sanitaristas de guardia, fue la cauterización de la herida de Conde (foto arriba). 
 Puesto en situación, SAME Lanús manda la ambulancia de vuelta al pago, esta vez al Hospital Narciso López, donde Conde fue asistido, pero no pudieron ijnjertarle su mano derecha, pues no se había conservado en hielo y no había cirujano especializado en esa operación. La misma mano que el médico Gonzalez del Gandulfo había tirado a la basura, luego de exclamar: -¡Esto no sirve!
Por la mañana del viernes, el propio jefe de gabinete, Diego Kravetz, acompañó a Garroni y a Alé a radicar una denuncia penal.
  Garroni manifestó que los integrantes de la guardia del Gandulfo estaban “sacados”, como locos. La interpretación es libre.
  Ah, a Conde no lo llevaron a ninguna obra social, porque no la tiene: trabajaba en negro en la fábrica de Balbín al 200.