domingo, 13 de septiembre de 2020

Radicales: ¡No se extingan, por favor!

por Julio Edgardo Sanz*

Ante el repudio por parte del radicalismo de los hechos protagonizados por la policía de la provincia de Buenos Aires: Es cierto y obviamente no concuerdo con el modo de reclamar, pero lamentablemente la violencia y la insctación a la misma en pro de la grieta por ellos creada, viene primero desde arriba. Y podemos seguir con los docentes. Y si seguimos...  La mayoría de una clase humilde trabajdora y honesta, aunque también media empobrecida, que merced a los desatinos -cuando no "atinos" para el establecimiento de un régimen de "zurditos de escritorio", y pseudo popular, obviamente populista- se ven sumidos en prácticamente un régimen de semiesclavitud. Un presidente "dedocrático", acorralado en presiones palaciegas y contradicciones públicas, denota una suerte de anarquía, propia de su incentivación como paso previo a los oscuros intereses KK. Yo denosto al gobierno anterior como al actual, y confieso mi fe socialista emparentada con los ideales (no ideologías, que son parecidos terminológicamente, pero no iguales...) de Alfredo Palacios y José Ingenieros. pero estimo que don Hipólito Yrigoyen, salvo sus últimos tiempos con el diario cambiado; don Arturo Illia, e inclusive Raúl Alfonsín, ya hubiesen tomado otro tipo de actitud más democráticamente reclamante ante los hechos de estado de público y notorio conocimiento, muchísimo más graves y con consecuenc
ias mucho más disvaliosas que el "pseudo levantamiento policíaco", que al fin y al cabo es responsabilidad del gobierno provincial. Conciudadanos radicales: recuerden que "alguien" dijo: "Hace mucho más ruido un solo hombre gritando, que cien mil callados.". ¡No se extingan, por favor! Son necesarios como adalides del sistema democrático.

   (*) Abogado