
por Eduardo Moltedo*
Hoy que hablamos tanto de la seguridad policial, a veces olvidamos la seguridad integral que nos debe dar el poder político, ya que si bién hay muchos homicidios en ocasión de robo, son más numerosos los homicidios culposos como accidentes de tránsito. La cantidad de muertos en éste rubro en la Argentina, durante el 2011, ascendió a la cantidad de alrededor de 7.500 vidas humanas. Aquí si, la responsabilidad directa corresponde al municipio, por intermedio de su Dirección de Tránsito. La falta de acción dedicha dirección, es alarmante. Vemos a diario sobre avenidas tan importantes como Hipólito Yrigoyen entre otras, carritos tirados por caballos y/o jóvenes. Es más, algunos carros con caballos están a cargo de menores de edad que tendrían que estar en el colegio, y no haciendo ese tipo de trabajos. Además del daño a futuro a que son sometidos éstos niños, son un peligro para los automovilistas que tienen que esquivarlos para no embestirlos. Ni hablar de los motoqueros que no respetan ningún semáforo y cruzar un calle, aún con el semaforo en verde para el peatón, que es una tarea de riesgo, lo mismo que el resto de los automovilistas. Del estacionamiento ni hablar. Cada cual se apropia de la calle ségún su antojo, en una anomia total. Qué decir de las remiserías y otros negocios que colocan cajones en sus frentes reservandose el lugar como si fueran autoridad publica. Estacionamiento indiscriminado sobre Hipólito Yrigoyen hasta en las paradas de colectivos. El frente del Bingo, está concesionado a una agencia de remises, en total oposición a las normas de tránsito. No existe en los lugares permitidos para estacionar ningún espacio reservado para los discapacitados por la Ley 19279.
(*) Comisario inspector (RA)