martes, 26 de febrero de 2013

La semana en pocas palabras


Informe Económico Semanal del Banco Ciudad 

En la última semana, se conocieron una batería de datos que dejan entrever cómo arrancó el año en materia económica. Todo apunta a una excesivamente tibia recuperación del nivel de actividad, una todavía débil demanda de trabajo y unos flujos comerciales que no logran levantar cabeza. Es decir, sin nada para festejar después de un flojo 2012.
Este gris panorama se combina con una persistente aceleración inflacionaria, que desde los despachos oficiales es atacada con un acuerdo de precios. Dicho acuerdo, inicialmente por 60 días, apunta a congelar algunos precios de la canasta básica hasta tanto se cierren las próximas paritarias, con la idea de contener los reclamos salariales en torno a la pauta oficial del 22%. Sin corregir el problema de fondo (es decir, la emisión monetaria orientada a cubrir un desequilibrio fiscal creciente), se trata de una apuesta no exenta de riesgos, que impone un techo al crecimiento de la masa salarial y, por ende, al consumo privado, el componente del gasto que mostró mayor solidez a lo largo de 2012.
En lo que respecta al nivel de actividad, los últimos datos siguen mostrando que a la economía le cuesta salir del letargo en el que ingresó el año pasado. Según el IGA de Ferreres, la actividad agregada habría registrado una caída del 0,3% mensual en enero (sin estacionalidad), ubicándose prácticamente en los mismos niveles que un año atrás (0,2% a/a). En este sentido, uno de los pocos indicadores privados que nos permite medir el pulso de la actividad local, sigue sin repuntar, confirmando la información proveniente de los principales centros turísticos, que señala que la temporada de verano, lejos de ser un boom (como muchos esperaban), muestra que la economía local continúa empantanada.
En cuanto al mercado de trabajo, los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) indican que el desempleo disminuyó en el cuarto trimestre del año al 6,9%, luego de tres trimestres consecutivos de ascenso. Sin embargo, esta ligera baja del desempleo se produjo
por efecto de una menor cantidad de gente que busca trabajo y no por un incremento en la tasa de empleo.
Asimismo, la desocupación se ubicó por encima de los registros de fines de 2011 (6,7%), y la tasa de subocupación continuó en ascenso, trepando al 9%. Los datos dejan entrever que, con la actividad económica planchada, el empleo privado está estancado, y el único componente de la demanda de trabajo con cierto dinamismo es el empleo público, que crece a un ritmo del 5% anual, pero que dado el deterioro de las cuentas fiscales, no sería sostenible en el tiempo.
En cuanto al comercio exterior, las exportaciones continúan en baja (-4,1% a/a), lo que ha llevado al gobierno a mantener los controles al ingreso de productos importados, que sólo alcanzaron un crecimiento de 0,5% interanual, tras mostrar cierto dinamismo en el tramo final de 2012.