viernes, 4 de septiembre de 2020

Cómo fue el proceso autonomista lanusense

por Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com

Hace 76 años, el 29 de septiembre de 1944, los lanusenses conseguimos nuestra autonomía comunal y nos independizamos del partido de Avellaneda. Para lograr la autonomía fue necesaria una larga lucha, realizada  por una importante cantidad de voluntades con ansias de progreso. Esa lucha no fue protagonizada por unos pocos. En ella intervinieron muchos vecinos en forma individual y también numerosas instituciones. Las acciones para sostener tamaño reclamo se mantuvieron aproximadamente por cuarenta años. Tampoco fue una disputa sangrienta. Se trató de una noble y justa demanda efectuada con perseverancia, en el territorio de las ideas, a través de los años.
   Detengámonos un instante para responder un par de preguntas: 
    ¿Qué significa ser autónomo? Ser autónomo significa gozar de autonomía. Gozar de autonomía es la facultad de cada persona o entidad de obrar según su criterio con independencia de la opinión o deseos de otros. Es la facultad o poder de una entidad territorial, integrada a otra, para gobernarse de acuerdo con sus propias leyes y organismos. 
   ¿Cómo era Lanús en 1944? Lanús, por entonces ya era una localidad importante, con todas las condiciones y todos los elementos necesarios para su calificación como ciudad. Veamos los siguientes datos consignados por el doctor Carlos Emérito González en su muy documentado libro Lanús Municipio editado en agosto de 1944: “Habitantes: 200.000. Densidad: 3.000 habitantes por kilómetro cuadrado. Comercios e industrias instalados: 6.000. Se construían 1.500 edificios por año de un valor de $15.000.000”. Las estaciones Lanús y Alsina comprendían 3.200 aparatos telefónicos. La principal oficina de Correos la sucursal 108, era una de las pocas del país que daban utilidad unos $60.000 de aquel tiempo, por año. El Ferrocarril Sud transportó 13.425.566 pasajeros en el año 1942 de y a
las estaciones Lanús, Escalada y Gerli. Lanús en 1944 era, después de Retiro y de Constitución, la de mayor movimiento de pasajeros de la República Argentina”
“Siete estaciones ferroviarias tenían los ferrocarriles Sud, Midland y Provincial en jurisdicción de Lanús en aquella época. En 53 escuelas primarias, especiales y secundarias se educaban 20.000 niños. Las sociedades de fomento, centros comerciales, deportivos, culturales, bomberos y asociaciones civiles en general sumaban 160, sin incluir los varios cientos de clubes de barrio”. Y Emérito González en su comentario sobre la importancia del Lanús alcanzada en la década de 1940, concluye: “Este es el mejor índice de la intensa actividad social. El esfuerzo privado, hizo posible este alto grado de progreso. Bien poco debemos a quienes tuvieron la responsabilidad de regir nuestros destinos comunales”. Indudablemente don Emérito se refería, especialmente,  a los gobiernos municipales de la familia Barceló a cargo del partido de Avellaneda, del cual Lanús dependía. Esta familia, cuya figura principal fue Alberto Barceló, intendente de Avellaneda por muchos años, ejerció sucesivos gobiernos en ese municipio mediante el fraude y las formas del caudillaje conservador mafioso,  instalado en la Argentina con mucha fuerza a partir del derrocamiento de Hipólito Yrigoyen en 1930
    En esas mismas páginas el doctor González reflexiona e informa: “La absorción realizada por Avellaneda, estanca o inutiliza al núcleo urbano que constituimos y nos imposibilita de aportar nuestro esfuerzo a la gran causa de la evolución progresista argentina. Y además, ¿no ha sido acaso dictatorial el régimen que soportamos hasta el 4 de junio de 1943? Quien osara enfrentar a la situación, se veía llevado pronto a uno de los dos caminos: o silenciaba su ímpetu sometiéndose mediante la dádiva en manera de empleo o simplemente dinero, o debía soportar la más cruenta campaña de injurias y blasfemias lanzadas desde los periódicos de a tanto el centímetro, a que algunos pobres de espíritu daban crédito. También sufría perturbaciones en su hogar o trabajo, llegándose hasta la privación de la libertad cuando se exponía a cuatro vientos, la necesidad de que la Constitución y las leyes se cumplieran en el feudo medieval avellanedense, existente por más de treinta años y que ojalá para bien de esa ciudad y de la patria, no resurja jamás.” 
    Dos cosas importantes se advierten en las palabras de nuestro ilustre vecino Emérito González: Que reconoce y valora a  la Revolución del 4 de junio de 1943. Y que  dice con claridad  que el instaurado por  los Barceló  fue un régimen  mafioso, nefasto y persecutorio. Domingo Barceló gobernó Avellaneda durante 1903 y 1904. Emilio Barceló lo hizo desde 1904 hasta 1906, Emilio nuevamente en 1906 y Alberto, el máximo exponente de la familia, fue titular en los siguientes turnos: 1909-1917, 1924-1926, 1927-1930 y 1932-1940. Cuando el presidente Roberto Ortiz intervino la provincia de Buenos Aires en 1940, gobernada hasta entonces por el fascista Manuel Fresco, impidió que asumiera como gobernador Alberto Barceló y por esa razón a los conservadores, en ese punto, se les cortó la redoblona.
     Los conservadores de Avellaneda, con Alberto Barceló como nave insignia fueron férreos opositores a la autonomía de Lanús. No admitían resignar gran parte de su territorio que significaba un dominio importante para el mantenimiento y expansión de sus negocios mafiosos. Además Lanús “aportaba a la comuna de Avellaneda $3.000.000 anualmente y contribuía al fisco provincial en impuestos, patentes, sellos etc. otros $3.000.000” (Emérito González, “Lanús Municipio”, página 20,) Imaginemos el volumen de las cifras citadas teniendo presente el valor de nuestro dinero hace más de setenta años.
     Ahora un poco de historia para enriquecer la información. El año 1852 fue muy importante para la historia argentina y para la historia de nuestra región. Ocurrió la Batalla de Caseros en la cual fue derrotado Juan Manuel de Rosas el 3 de febrero. En el mes de abril fue firmado el Protocolo de Palermo y también creado el partido de Barracas al Sur. En mayo se firmó el Acuerdo de San Nicolás, el 11 de septiembre estalló una revolución como reacción de la provincia de Buenos Aires contra las condiciones políticas impuestas por Justo José de Urquiza y entre otros acontecimientos, Anacarsis Lanús, quien ya se instalaba por estos pagos, fue nombrado subjefe de la policía de esta provincia, cargo no menor en aquel tiempo.
En 1862 comenzó a construirse el Ferrocarril del Sud, hoy General Roca, poniéndose en marcha el 14 de agosto de 1865. El 15 de octubre de 1868 se incorporaría al diagrama de paradas, por gestión de Anacarsis Lanús, un apeadero sobre tierras que éste había cedido en 1867 para la construcción de una casilla que, con el tiempo, sería lo que hoy es la Estación Lanús del ferrocarril. 
   Así llegamos hasta 1904 en que Barracas al Sur pasó a llamarse partido de Avellaneda. De manera que la parada Lanús y la población que había nacido y crecido alrededor del apeadero, constituían una de las localidades de ese nuevo partido. En 1888 don Guillermo Gaebeler fundó la Villa General Paz, o sea lo que en la actualidad es el centro comercial de Lanús este. Por supuesto Lanús creció y hubo gente que, con razón, pensó que era conveniente independizarse de Avellaneda. Si bien no hay una fecha precisa que podamos mencionar como el momento en que se iniciaron las conversaciones entre vecinos para encarar las acciones por la Autonomía, podemos decir que esto ocurrió entre 1904 y 1905. ¿Por qué? Porque en algunas publicaciones que consideramos bien documentadas, se informó que en esas fechas se produjeron reuniones en las cuales estuvieron presentes Restituto Caraza,  Ignacio Plaul, Pompeo Meriggi, Vitèrbori, Juan de la Cruz Posas y otros vecinos notables que proponían constituir un movimiento autonomista. Más adelante se sumarían muchos otros nombres. Ignacio Plaul era dueño de una finca llamada El Refugio. Allí se daba cita lo más granado de la cultura de aquí y de la región, y es muy probable que en ese lugar se hayan realizado los encuentros iniciales en los cuales se decidió bregar por la autonomía de Lanús 
   En 1911, la Sociedad de Fomento de Lanús Oeste que presidía don Lorenzo Lob publicó como órgano oficial El Progreso. También apareció La Evolución dirigida por Juan Vescio. Por su parte, Restituto Caraza dirigía La Comuna. Todas ellas publicaciones autonomistas. En 1911 se constituyó el Comité Popular Pro-Lanús que realizó una importante asamblea en el Cine National, cuya sala estaba ubicada en la calle Ituzaingó a pocos metros de la Iglesia Sagrado Corazón. En ese acto se reunieron más de 600 firmas en apoyo a la autonomía. Luego, el 2 de junio de 1912 se formó el Comité Pro Autonomía Comunal de Lanús.
    En 1914 se produjo un gran acto público en el cual hablaron Alfredo Palacios,  el doctor. Melo y otros oradores. En 1918 se presentó en la legislatura de la provincia de Buenos Aires un proyecto para que Lanús sea autónomo con el nombre de Hipólito Vieytes. Fracasó. En 1919 se insistió pero sin éxito. En 1922, 1923, 1926 y 1927 se presentaron otros tantos proyectos con igual resultado. Pasados los años, sin interrumpirse la lucha por la autonomía hubo otro hecho significativo. Se realizó el Congreso de Instituciones, en 1939. Por esa época jugaron un rol importante Carlos Emérito González,padre, y Emérito González, hijo, entre otros calificados vecinos. Al llegar los años 1940 y 1941 jóvenes lanusenses dieron otro paso adelante: fundaron la Unión Vecinal Autonomista. En 1943, como consecuencia de la revolución realizada por el ejército el 4 de junio de 1943, asumió la presidencia de la Nación el general Edelmiro Julián Farrel, nacido y educado en Lanús. El vicepresidente de entonces fue el coronel Juan D. Perón y el Interventor federal de la provincia de Buenos Aires en funciones de gobernador, fue el general Juan Carlos Sanguinetti.
Finalmente, el 29 de septiembre de 1944, por la sólida y persistente acción de los vecinos y por la influencia de don Juan Ramón Piñeiro, prestigioso lanusense cercano a Farrel y a Perón, se decretó la Autonomía de Lanús que nació como Partido 4 de Junio.
El 1 de enero de 1945 asumió nuestro primer intendente con el cargo de comisionado: Juan Ramón Piñeiro. En la ceremonia de asunción realizada en la casona donde hoy funciona el Honorable Concejo Deliberante de Lanús, en la calle 9 de Julio frente al Club Atlético Lanús, estuvieron presentes Farrel, Perón y el nuevo interventor de la provincia de Buenos aires que reemplazó a Sanguinetti, Roberto M. Vanetta. Una multitud acompañó tan importante acontecimiento.