lunes, 12 de enero de 2015

Cómo tomar sol sin riesgo

por Alejandro Chitrangulo

En tiempo de verano, el clima se encuentra apropiado, caluroso y soleado, ideal para la práctica de deportes al aire libre. 
Tanto sea por el calor o por mejorar nuestra imagen con un bronceado caribe, nos exponemos al sol. 
Jugando al fútbol, trotando, andando en bicicleta o nadando en la pileta, recibimos gran cantidad de radiaciones, de diferentes rangos. UV (ultravioleta) en un 7%; V (visible) en un 47%; e IR (infrarrojos) en un 46 %. Los UV a su vez se dividen en tres sub-categorías: 
Los UVC, que no llegan a la tierra ya que son absorbidos en su totalidad por la capa de ozono. 
Los UVB que no penetran mas allá de la epidermis y los UVA que a su vez se dividen en largos y cortos. Los largos actúan profundamente en la piel, modificando la estructura del colágeno, tejido fundamental que da elasticidad, causando arrugas profundas e irreversibles. 
Los UVA cortos actúan sobre la base de la piel.  El daño más notorio de estos rayos es desestructurar la capa de las células basales de la epidermis. Como efecto resultante de la exposición prolongada a estos rayos, nuestra piel acelera drásticamente el envejecimiento.  Hay que tener un poco de cuidado, mucha gente comenta que sé cerró la capa de ozono y no hay mas riesgo para tomar sol, ya que el ozono es un filtro natural de estos rayos y es verdad, el riesgo disminuye pero no desaparece. 
Enfermedades de la piel
  En la actualidad el melanoma, un tipo de cáncer de piel, el más grave de todos los tipos de
cáncer de piel, es mucho más común que en otras épocas y su aumento es proporcional en la población.  Esto está relacionado con un cambio de hábitos sociales o socioculturales. Hasta los años 60 estar bronceado no era bien visto, pero eso cambió: hoy se convirtió en un signo de estatus y moda. 
El melanoma es un tumor maligno originado a partir de los melanocitos, (celulas que dan color a la piel) que se encuentran en la parte superficial de la piel. 
En los años 50 el riesgo de contraer un melanoma era de 1 en 600 personas, ascendiendo a 1 en 250 en los 80 y se estima que en la actualidad el factor de riesgo es de 1 en 75 personas. Esto se multiplica por el auge de las camas solares que si bien pueden evitar quemaduras no reducen el riesgo de contraer un cáncer de piel. Actualmente, el melanoma es el cáncer mas frecuente en mujeres jóvenes de 25 a 29 años, y la segunda más frecuente, después del cáncer de mama, entre mujeres de 30 a 34 años. El embarazo que aumenta los niveles de las hormonas que afectan el color de la piel, podría ser, también un factor de riesgo adicional. 
El cáncer de piel causa en los EE.UU. unas 4 mil muertes al año. En la Argentina se reportan entre 1 y 2 muertes diarias por este mal. Solamente con protegernos del sol podemos disminuir esta cifra.
Dicen los especialistas que el melanoma puede desarrollarse desde un lunar preexistente o  aparecer como una mancha de color marrón que tiene características especiales como indica la regla de oro de los dermatólogos, el A, B, C, D. 
La A es por la asimetría de la lesión.
La B porque sus bordes son irregulares, como desflecados o borroneado
La C por su color amarronado.
La D se refiere al diámetro que generalmente es mayor a 6 mm.
   Hay que tener en cuenta los cambios que se producen en estos lunares, que nos pueden alertar sobre su malignidad, picazón, sangrado ante traumatismos mínimos, crecimiento desmesurado, sobre elevación o cambio en su color original.
La mejor forma de prevenir es consultar con cierta frecuencia al dermatólogo. No es sencillo que cualquiera de nosotros lo detecte a tiempo, pero la detección precoz está relacionada fundamentalmente con el grado de penetración en la piel, pues cuanto más haya penetrado en la piel mayor será el riesgo de que haya migrado a otros órganos. De todas formas la mitad de los melanomas no tiene antecedentes de lunar previo. Actualmente detectado a tiempo tiene un 95% de probabilidades de cura. Existen tratamientos para todos los pacientes y todos los estadios de este tipo de cáncer, que incluyen quimioterapia, cirugía de extirpación y radio terapia. Pero el no realizarse los controles periódicos hace que sólo el 35% de los pacientes se cure.
El sol puede ser puede ser un amigo. Bajo el lema: “Hagamos del sol un amigo”,  la Fundación Cáncer (Fuca) que es una institución de bien público, cuya visión es un mundo sin cáncer, se encuentra en una campaña de prevención del melanoma. Fuca nos hace llegar  una serie de consejos avalados por la Skin Cancer Foundation de Estados Unidos y nos dicen que la clave está en la protección que usemos. Es esencial que el factor de protección no sea menor a 15. La ecuación es sencilla: con un factor 15 se reciben en 15 minutos la cantidad de rayos ultravioleta que sin protección recibiríamos en un minuto, es por eso que los bronceadores con factor de protección 2 o 4 son muy débiles. Por otra parte hay que tener en cuenta que  la exposición al sol se acumula a lo largo de la vida, es por esta razón que los cuidados deben comenzar de muy pequeños, ya que el melanoma aparece usualmente 10 o 20 años después de haberse producido el daño. Lo ideal es reducir a un mínimo la exposición solar entre las 11:00 y las 15:00. No olvidar aplicar protector solar también los dias nublados, no exponer al sol a los bebes sin adecuada protección (factor 20 a 30 o un filtro especial para bebes). Utilizar pantallas solares que filtren los rayos UVB y UVA.  Existen dos tipos de protectores, los llamados físicos, que contienen oxido de titanio y dióxido de titanio, haciendo de estos una excelente pantalla ya que absorben tanto 
los UVA como los UVB y los denominados químicos, que contienen sustancias químicas que absorben los rayos UV y UVA.
Debemos acotar que practicar deportes en el agua tanto así como en la nieve o la arena, requiere de una protección mayor (factor 20 a 30) ya que estas superficies reflejan el sol haciendo que nos quememos mucho más.
La exposición al sol beneficia a la salud mental y física, ya que es uno de los mejores métodos de relajación. Esta es una afirmación que hace  la Asociación Médica Británica, que minimiza los efectos negativos de los rayos solares en la piel. De acuerdo a investigadores de la Universidad de Bristol, citados en el British Medical Journal, dicen que un leve tiempo de exposición al sol proporciona beneficios para la salud. La vitamina D tiene dos formas de ingresar al cuerpo: por la alimentación o a través de los rayos solares. Las grasas de la piel expuestas a la radiación solar, por intermedio de una reacción fotoquímica produce vitamina D, esta es  fundamental para la absorción de calcio en los huesos y una protección contra enfermedades del corazón o para evitar infartos, datos que se comprueban, según dicho estudio, con el aumento de muertes por complicaciones del corazón en invierno.