martes, 1 de septiembre de 2020

¿Hay torturadores malos y torturadores buenos?

por Sabrina Di Paola*

Con fecha 27/8/2020, la Comisión Provincial de la Memoria, encabezada por el señor Víctor De Gennaro, se estableció como mecanismo local de la Prevención de la Tortura.
Quiero realizar algunas observaciones al respecto: ¿A qué torturas se refiere Víctor De Gennaro? Debo aclarar que hay dos tipos de tortura, la tortura estatal policial, y la tortura que practican los delincuentes comunes sobre sus víctimas -muchas de ellas de la tercera edad- torturas sólo comparables con las practicadas en los campos de concentración nazi. 
    Yo me pregunto:  ¿La Comisión Provincial de la Memoria, se ocupa de las víctimas de torturas realizadas por los delincuentes comunes, las que en muchos casos finalizan con el asesinato cobarde de víctimas indefensas? El señor Víctor De Gennaro ha realizado acciones de reparación e impulsado y patrocinado a víctimas de estos asesinatos y torturas, ¿para que se encarcele y castigue a estos cobardes asesinos? ¿O la Comisión Provincial de la Memoria, solo se ocupa de los abusos policiales, que comparados con los abusos y torturas de los delincuentes comunes contra la sociedad de Lanús, son casi inexistentes? ¿No será que esta acción de la Comisión Provincial de la Memoria es puramente ideológica y considera a estos cobardes asesinos delincuentes, víctimas de la desigualdad (teoría zaffaroneana) y a los policías, potenciales asesinos y torturadores?
    Conozco la respuesta de De Gennaro, es de manual: “No puede compararse  la violencia Institucional estatal, con la violencia delincuencial común, ya que el estado tiene mucho más poder que los delincuentes. Esa es la respuesta que tienen grabada estos “defensores de los derechos humanos”, y justamente es totalmente falsa, ya que el poder de fuego hoy está invertido, ya que las fuerzas policiales no pueden reprimir el delito, porque cuando lo hacen, son reprimidos por la ley, represión impulsada casi siempre por organismos como la
Comisión Provincial de la Memoria, convirtiendo de este modo a las fuerzas policiales en un grupo de  individuos inoperantes y desarmados, aunque estén armados sólo para que les roben el arma reglamentaria,  y los asesinen. 
    Al ser el delito no reprimido por el estado en forma directa y eficiente, el estado está fomentando el delito. Por ende, el delito impune se extiende sin límite, y se convierte al estado en cómplice de los delincuentes. O sea, el delito común no investigado por la Comisión Provincial de la Memoria, es también, delito estrechamente vinculado al estado, y la referida comisión tiene que investigarlo, contener a las víctimas, y prestarle asesoramiento legal y de todo tipo. 
  
    (*) Abogada.