domingo, 20 de diciembre de 2020

11 millones de Contagiados por Covid 19


por Lisandro Martínez*

               Se conoció la verdadera magnitud del Covid 19 en Argentina: 11 millones de contagiados (www.clarin.com.ar 14/12/2020). Esto para algunos es responsabilidad de los Fernández. Pero la verdad es que desde hace más de 9 meses funcionan de conjunto los gobiernos nacional, provincial y de CABA frente a la pandemia. Esto lleva a concluir que en Argentina el desastroso abordaje del Covid19 y sus 11 millones de contagiados es producto del negligente planteo del régimen político del lucro que consideró que había que abrir lo más rápido posible la producción, poner a funcionar el transporte y además hostigar en clave de sotto voce (en secreto) a los trabajadores de cada actividad productiva y de transporte, colocándoles el mote de “esenciales” como si su seguridad y salubridad estuviera garantizada por la rimbombante denominación. Las patronales desconocieron en general los Protocolos contra la pandemia elaborados por sus obreros, ya que resentía la productividad donde sacarle el jugo al obrero y al empleado es prioridad que garantiza las millonarias ganancias patronales.  
               En el sistema capitalista no todos los países operaron igual.  China -la locomotora del despegue capitalista de las ultimas décadas- fue la primera afectada por el Covid 19 y cerró la producción paralizando al “taller del mundo” desde febrero para recién en abril volver paulatinamente a las actividades fabriles, registrando perdidas incalculables que hicieron eclosionar otra crisis internacional. China decidió conservar viva a su mano de obra, a la cual

explota dictatorialmente.
                En Argentina desde hace 9 meses el cogobierno del Pro y los Nac & Pop improvisan y pagamos cara esa imprevención sanitaria y las aglomeraciones en fábricas y otros establecimientos, que siguen retroalimentando los contagios junto con el transporte público, porque las medidas de distanciamiento social que repiten como loros los funcionarios nunca se respetaron porque: hay que ir al laburo y volver a casa para descansar. El cuadro de hacinamiento en Once, Constitución o en las escaleras de los andenes en estación Kosteky y Santillán en las horas pico, eriza la piel y sólo son un par de ejemplos de varios nudos del transporte de masas del GBA. Hay un desmadre porque el poder político es incapaz de impartir un orden natural para que se transite sin peligro de contagios mediante personal que en horas pico, encamine al flujo masivo a guardar distanciamiento.
                En la corriente de contagio participa activamente y muy comprometida en su rol, la burocracia sindical, que garantiza se trabaje aun en las peores situaciones sanitarias, sin chistar. Esta guardia de cancerberos desmiente la existencia pandémica y señalan que “es sólo un resfrío fuerte”. En la mayoría de los sindicatos, como en la UF lo hace Sergio Sasia, se corre la idea que los trabajadores esenciales con síntomas del Covid 19 deben aislarse 3 o 4 días porque al ser “esenciales” no necesitan más que ese tiempo para recuperarse. La insalubridad apoyada por la patronal retiró la atención médica en domicilio a los obreros contagiados. A este cuadro de depredación social se lo acompaña sin alcohol en gel, sin jabón en los vestuarios del personal ferroviario, con higiene cero en los baños, sin papel higiénico y los lavatorios con agua de dudosa procedencia.
                El testeo universal nunca ha existido en Argentina y los estudios científicos señalan que es el más bajo del planeta.  De allí que cualquier previsión enfocada en reducir los contagios haya fracasado en esto 9 meses, una y otra vez pero siempre acompañada por arengas televisivas del poder ejecutivo o de ministros embaucadores, que sino involucraran la salud y la vida de miles de personas, serian de una comicidad descollante.
                Los medios alimentados económicamente por el gobierno insisten en la “responsabilidad individual” pero ocultan que la actividad industrial funciona arriba del 90% sin que las patronales garanticen aislamiento alguno y si existe algún ejemplo patronal de cuidado humano, es solo la excepción que confirma la regla.
                En el cuadro sin salida de la pandemia el virus avanzó en Dinamarca, enfermando a los criaderos de visones, donde se anunció se sacrificarían ¡10 millones! de ejemplares de esa especie al comprobar que eran portadores de una mutación del nuevo coronavirus (www.Pagina12.com.ar 1/12/2020). La capacidad destructiva de los capitalistas que explotan los criaderos de visones como negocio lucrativo, no tiene límites y de esta intervención que quiebra el ecosistema natural podemos esperar una violenta respuesta contra la humanidad.

La vacuna: ¿Panacea universal?
               Frente a la crisis humanitaria inmanejable  por los límites que impone el lucro y la anarquía del capital surge la vacuna como el remedio a la enfermedad.
                En la danza del negocio millonario hay cientos de vacunas en desarrollo y 11 las que están en fase 3. El 12/8/2020, el gobierno argentino anunció la coproducción con México de la vacuna contra el coronavirus AZD1222, diseñada por la Universidad de Oxford. El acuerdo permitirá fabricar 250 millones de dosis de la vacuna (que se está en fase experimental) y abastecer a toda América Latina, excepto a Brasil, con vacunas que costarán 3 o 4 dólares por dosis.
                El acuerdo de transferencia de tecnología entre el laboratorio británico AstraZeneca, dueño de la fórmula­ ­-muy cuestionada por el New York Times- el argentino mAbxience propiedad de Sigman, fabricante del principio activo, y el laboratorio Liomont, encargado de la estabilización, fabricación y envasado y Slim que financiará el proyecto.
                Detrás de esta trama empresarial hay dos explotadores: Carlos Slim, 5º hombre más rico del mundo, y el menos conocido: el estalinista Hugo Sigman, argentino, dueño de un imperio farmacológico que va desde Vietnam hasta Barcelona, desde Marruecos hasta Paraguay y de Rusia hasta la Patagonia argentina. (nuso.org agosto 2020).
                 Sigman y Slim además de empresarios son acreedores de nuestra deuda externa y están de ambos lados del mostrador son “auxiliares contra el Covid 19” y  “hambrientos buitres” esto nos expone como rehenes del capital extranjero y del nacional. Así los trabajadores y el pueblo somos clientela cautiva del negocio y esto agudiza el insoportable sometimiento nacional.
                Hoy Putin desestimó su propia vacuna y aseguró que las otras opciones no cubren todas las franjas etarias.
                 La fragilidad del cogobierno nacional es notoria.
 
         (*) Del Partido Obrero Tendencia